Por Diego Schurman Se la anuncia como la última
caravana del milenio. Saldrá de la Casa Rosada y terminará en Aeroparque. Será este
viernes, cerca del mediodía. Pero no la encabezará Fernando de la Rúa para celebrar la
toma del mando. El dueño de esa fiesta será Carlos Menem, quien no quiere quedar fuera
de la atención pública en un día pensado pura y exclusivamente para la Alianza.
La despedida la están organizando Luis Barrionuevo, Alberto Pierri y Alberto Kohan. Y el
mensaje político no será sólo para la coalición opositora sino también hacia el
interior del justicialismo. Es que, además de mostrar un contraste con la apurada salida
de Raúl Alfonsín, se buscará posicionar a Menem como jefe de la oposición.
El sindicalista, el diputado y el secretario general de la Presidencia cuentan con el aval
de Menem. No será, después de todo, la primera vez que el mandatario intente quitar
protagonismo a sus contrincantes. El día de la interna de la Alianza, cuando se dirimía
la candidatura a presidente entre De la Rúa y Graciela Fernández Meijide, Menem anunció
por televisión su propuesta de abolir reforma de la Constitución mediante la
obligatoriedad del voto, lo que generó todo tipo de especulaciones sobre una maniobra
encubierta para colar la re-reelección.
El adiós del menemismo al Presidente se realizará un día después del acto del Gran
Rex, donde Menem será agasajado por gobernadores, ministros, secretarios e intendentes.
La idea es que, una vez que entregue la banda y el bastón a De la Rúa, el para entonces
ex mandatario descienda por la explanada de la Casa de Gobierno hacia la Plaza Colón
a espaldas de la Rosada y se dirija al Aeroparque Jorge Newbery vivado por
miles de manifestantes.
El itinerario no es caprichoso: Menem tiene programado volar a Córdoba para participar de
la asunción de Germán Kammerath en la intendencia de la capital provincial.
Para llevar gente, Pierri y Barrionuevo son dos especialistas. Ambos supieron llenar la
Plaza de Mayo en el 98, cuando Eduardo Duhalde tenía aspiraciones para llegar a la
presidencia. Desde entonces hasta la fecha, el dueño de La Matanza abandonó las filas
del duhaldismo para militar con fervor en el menemismo. El sindicalista, en cambio, sólo
hizo una escala en La Plata aunque nunca dejó de cumplir el papel de
recontraalcahuete de Menem, como alguna vez se autocalificó.
Pierri, a través de su vocero Jacinto Gaibur, movilizará decenas de micros de distintas
zonas del conurbano bonaerense. Lo mismo hará Barrionuevo, cuyo fuerte es el distrito de
San Martín. Habrá un pedido expreso para que no se lleven estandartes. Pero nadie puede
asegurar que eso se cumpla. Muchos querrán capitalizar un acto preparado a medida de
quien aspira volver al poder en el 2003.
De la supervisión se encargará Kohan, a través del subsecretario de Acción Política
de la Presidencia, Antonio Riccillo. En todos estos días llamaron punteros,
referentes, diputados preguntando qué se podía hacer el 10 de diciembre. A todos les
dijimos lo que había que decirle: que se vengan a la calle Leandro Alem para saludar al
Presidente porque al Salón Blanco no van a poder ingresar, señaló Riccillo a
Página/12.
La principal preocupación de los organizadores que exageradamente pronostican una
concurrencia de 10 mil personas es evitar algún tipo de incidentes con los
militantes de la Alianza, que se concentrarán el mismo día y a la misma hora en la Plaza
de Mayo para vivar a De la Rúa.
No alcanzará con utilizar un doble vallado, como el que ya está instalado en los
alrededores de la Casa Rosada. También hará falta asegurar un afiatado dispositivo de
seguridad e inteligencia. No son casuales los continuos contactos telefónicos que
mantienen por estos días Barrionuevo y el operador en las sombras del radicalismo,
Enrique Coti Nosiglia. De las conversaciones también participan dos hombres
de la Secretaría de Inteligencia del Estado. Uno es su titular, Hugo Anzorreguy. El otro,
Osvaldo Agosto. Se trata del ex encargado de la delegación del organismo en Madrid y
mentor de varios de los carteles con los que River Plate el equipo del que es hincha
Menem festeja sus campeonatos.
La invitación a la caravana buscará romper las barreras del ultramenemismo, cuyos
principales exponentes mantuvieron ayer continuas conversaciones para asegurar una nutrida
concurrencia. En ese marco se entendieron los llamados cruzados entre los diputados César
Arias, Loly Domínguez y el vocero Gaibur. Habrá que ver si alguno de los que está fuera
del círculo áulico del Presidente se anima y dice presente en la última caravana del
milenio.
Nombramiento de Menem a Caselli
Embajador por tres días
Por Felipe Yapur
Carlos
Menem es un hombre agradecido. Ayer lo demostró cuando nombró, decreto mediante, al
futuro secretario General de la Gobernación bonaerense, Esteban Cacho
Caselli, como embajador extraordinario y plenipotenciario mientras integre el Consejo
Ejecutivo de la Fundación Sendero para la Paz del Vaticano. El propio Caselli, quien
abandonó su cargo diplomático justamente en la Santa Sede hacia fines de noviembre, se
apresuró a asegurar a Página/12 que es un nombramiento honorífico, no cobraré
sueldo ni gastos. Pero la decisión del Presidente sorprendió a propios y
extraños. Fuentes de la Alianza dijeron que los nombramientos políticos cesan
cuando el presidente Menem termine su mandato. En tanto, sectores del menemismo del
Senado de la Nación dijeron que esto parece una maniobra sólo para molestar a
(Fernando) De la Rúa.
Cuando este diario habló con Caselli, el ex embajador primero se sorprendió. Luego, con
una voz casi pontificia, reconoció estar al tanto del nombramiento. Entonces aclaró que
no se trata de un agradecimiento del Presidente. En realidad, el título sirve para
poder representar al país y durará sólo cuatro años, mientras sea consejero de la
institución. Pero tanto en la política, como en los pasillos del Vaticano, nada se
hace sin una segunda intención; es bueno recordar el papel que desempeñó Caselli en la
relación del menemismo con el papa Juan Pablo II. Fruto de la campaña antiaborto que
encabezó el propio Menem, la Fundación premió al riojano en junio pasado. Luego,
Caselli fue uno de los que posibilitaron a Menem participar de la canonización del primer
San Héctor de la historia y que, a la sazón, es argentino. Entonces, pareciera que Menem
no quiere perder las fluidas relaciones con los hombres del Vaticano.
En la Cancillería, el nombramiento cuyo decreto lleva la firma de Menem y del
ministro de Salud, Alberto Mazza fue una sorpresa. Una fuente del Palacio San
Martín reconoció no estar al tanto del nombramiento. Se escudó diciendo que Menem
es presidente hasta el 10 de diciembre y puede hacer los nombramientos que quiera. Aunque
después la Alianza los revoque.
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