Por Adriana Meyer La Sala I de la Cámara
Federal porteña ratificó el procesamiento por violación de la ley antidiscriminatoria
de los dueños de la editora Walhalla, que vendía videos de contenido antisemita. Y
devolvió el rol de querellante al Centro Simón Wiesenthal, que hizo la investigación y
promovió la denuncia inicial a la que luego se sumó la DAIA.
El representante del Centro, Sergio Widder, se mostró muy satisfecho por la
resolución de la Cámara, que estableció que Erica Dago y Héctor Buela se
habrían dedicado a la comercialización de películas, como la titulada El judío eterno,
con base en ideas sobre la superioridad de una raza y con expresos mensajes denigratorios
hacia todos los pertenecientes a la comunidad judía. Los jueces Horacio Vigliani y
Luisa Riva Aramayo entendieron que la promoción y venta de dichas películas
habrían sido los medios para alentar al odio contra tal comunidad, por razón de su
raza. La defensa del matrimonio alegó que se trataba de una mera
interpretación histórico-revisionista del pueblo judío, pero los camaristas
consideraron que los videos identifican a los judíos con fuerzas malignas, como
causantes de la decadencia humana, como inútiles para el trabajo, con la suciedad, con el
vicio, con la vagancia, con la delincuencia organizada y se los compara con seres vivos
detestables para el ser humano, como los parásitos o las ratas. Vigliani y Riva
destacaron que el material no parece haber sido creado con la finalidad seria de
discutir ideas. Página/12 también tuvo acceso a la resolución que rechazó el
planteo de los defensores de Dago y Buela sobre la falta de legitimación del Centro
Wiesenthal para ser querellante. Los camaristas invocaron la Convención Internacional
sobre todas las formas de discriminación racial para argumentar la legitimación activa
de esa organización no gubernamental como querellantes. En tal sentido entendieron que la
sociedad en su conjunto habría sido la damnificada en este caso. Un antecedente de un
reconocimiento similar ocurrió en el caso Cabezas cuando la Asociación de Reporteros
Gráficos fue admitida como querellante.
En junio, el noticiero Telenoche mostró una cámara oculta en la que el
propio Buela reconocía que estos videos están re-prohibidos. En el catálogo
de Walhalla que circulaba por Internet hay títulos como La marcha hacia el Führer,
Filmaciones privadas de Eva Braun o ¿Quién era Goebbels?. Otros figuran sin portada y
entre ellos están El judío Süss, un film de ficción realizado en la Alemania nazi en
el que aparece un judío que esquilma al pueblo, ese judío
asqueroso. La mentira del Holocausto es una película basada en una especie de
conferencia de prensa en la que se afirma que en la Segunda Guerra sólo murieron
unos miles de judíos y sin que Hitler lo supiera.
La ley antidiscriminatoria reprime con prisión de un mes a tres años a los que realicen
propaganda racista. Con el patrocinio de los letrados Pablo Jacoby y Pablo Slonimsqui, la
denuncia del Centro recayó en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral, quien allanó la
editora, en San Luis. Allí se encontraron masters de videos racistas, una máquina
copiadora y unos 300 videos. Dago fue detenida y Buela estuvo prófugo doce días hasta
que la policía lo encontró en pleno centro de San Luis.
OPINION
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