Por Martín Granovsky Alguien tiró la llave para
abrir el Congreso y la Alianza espera encontrarla hoy mismo. El sueño, según lo definió
anoche a Página/12 un alto dirigente, tiene esta forma: que el Senado acepte traducir en
proyecto de ley el compromiso fiscal al que llegaron los dirigentes de la Alianza y los
gobernadores en la madrugada del martes. Y el infierno tiene esta otra: que un grupo de
senadores peronistas dilate cualquier tratamiento con el solo objetivo, sostiene la
Alianza, de aumentar su valor en el mercado del voto.
El pronóstico más optimista es que hoy las diferencias queden resueltas. Sería un
milagro.
El más difundido es que la Cámara de Diputados apruebe a mediados de la semana que viene
el paquete de leyes para cubrir el bache fiscal y que el Senado demore una decisión casi
hasta fin de año.
El fondo real de la discusión es quién paga y quién carga con el costo político del
próximo ajuste, sobre todo en las provincias. Delante de ese fondo la mayoría de los
gobernadores del Partido Justicialista había acordado un compromiso de recibir
colaboración del gobierno central para refinanciar sus comprometidas situaciones, enjugar
el rojo de sus cajas previsionales y, a cambio, apoyar la sanción del presupuesto para el
2000 y del paquete impositivo.
También acordaron desembolsos para las provincias. Un volumen de 1350 millones el año
que viene y otra para el 2001 que partirá de un mínimo de 1364 millones.
Según explicaron los dirigentes clave de la Alianza a este diario, el punto más
importante es el último.
Es una señal política de gobernabilidad a dos años resumió un funcionario
designado. Necesitamos esa señal y un compromiso parlamentario de los senadores
peronistas hasta el 2001.
Y agregan con cierta esperanza:
Es la misma señal de gobernabilidad que necesitan los nuevos gobernadores.
Se refieren, en especial, a Carlos Ruckauf en Buenos Aires, Carlos Reutemann en Santa Fe y
José Manuel de la Sota en Córdoba. Tres potenciales jefes del peronismo en reemplazo de
Carlos Menem. Tres presidenciables que, interpreta la Alianza, no quieren quedar asociados
a una imagen de obstrucción ante la opinión pública. Tres dirigentes que apuestan a
colocar candidatos propios para la renovación total del Senado y la renovación parcial
de diputados en el 2001.
Si hay que garantizar este acuerdo en el Senado, yo hasta me voy a excusar de
recibir a las primeras delegaciones extranjeras para concentrarme en este tema
prometió ayer Ruckauf a Federico Storani, que mañana asumirá como ministro del
Interior.
Como presidente del Senado, Ruckauf maneja la labor parlamentaria, el acuerdo entre los
distintos bloques para fijar el orden del día. En ese orden del día debiera entrar la
traducción legislativa del compromiso fiscal.
El problema es la cooperativa se quejó ayer por la tarde un senador radical.
Ese es el nombre que los senadores están empezando a usar para referirse a quienes no
responden directamente a los gobernadores ni forman el grupo de los menemistas más
dispuestos al diálogo. La Alianza está convencida de que senadores como Augusto Alasino
tratarán de reforzar la autonomía que alcanzaron.
Un día hasta Domingo Cavallo nos explicó que él no había suprimido el pago de
sobresueldos con fondos reservados a muchos senadores porque decía que después no le
aprobaban las leyes comentó un alto dirigente de la Alianza.
Pidió reserva de identidad solamente hasta que consiga los datos y pueda
denunciarlos. La palabra fatídica que menciona la Alianza es peaje.
Cuando la utiliza habla de un mecanismo de toma y daca no solo de proyectos de ley sino de
lotes de puestos y estructuras en el Senado.
Ayer, tanto los dialoguistas como los autónomos cuestionaron a la Alianza porque, en su
opinión, quisieron acordar con cincuenta a la vez en lugar de elegir a tres o
cuatro y negociar en serio.
Los aliancistas sostuvieron, en cambio, que ésa era su única posibilidad. Su
razonamiento tiene tres patas. Palabras más o menos lo expresan así:
Pagar peaje una
vez significa el precedente de tener que pagarlo siempre.
Hacer una
negociación en las sombras equivale a admitir un método de hacer política incompatible
con la imagen de transparencia que quiere imponer la nueva coalición.
Consagrar a
tres, o a dos, o a cinco, puede ser peligroso desde el momento que, incluso pagando los
dos costos anteriores, la anarquía del bloque peronista de senadores podría tornar
estéril cualquier acuerdo, porque no hay una jerarquía clara.
En la Cámara de Diputados, en cambio, la Alianza experimenta menos temores. Calcula que a
lo sumo el peronismo dilatará el trámite hasta la semana que viene, cuando el nuevo
gobierno tenga mayoría propia y quede claro que es la gestión de Fernando de la Rúa la
que fuerza la aprobación del paquetazo impositivo.
De todos modos, tanto en Diputados como en el Senado la atención de la Alianza está
puesta en conseguir que no quede divorciado el presupuesto de los impuestos. La meta es la
simultaneidad.
No podemos aceptar un presupuesto desfinanciado, salvo que querramos caer en un
dibujo que no tiene nada que ver con las cifras reales dijo el diputado Darío
Alessandro, nuevo presidente del bloque Frepasistaradical.
Página/12 quiso saber qué hará la Alianza si hoy no logra el tratamiento del compromiso
fiscal en el Senado. La respuesta que obtuvo es que el gobierno que asume mañana confía
en exponer públicamente a los senadores y hacerlos pagar un costo. Cree que los votos
están suficientemente frescos como para que De la Rúa esté en condiciones de enrostrar
al peronismo la ingobernabilidad del país sin que por eso reciba críticas o pueda ser
considerado débil. Varios dirigentes de la Alianza ya insistieron ante De la Rúa para
en sus palabras, claro incluya una crítica frontal por
obstruccionismo o por uso de doble discurso, aunque la última
palabra será dicha recién esta noche, cuando haya quedado claro el balance parlamentario
del día.
A mí me da gracia cuando algunos elogian cómo quedó el mapa político y muestran
las trabas como una situación ideal se quejaba ayer por la mañana un dirigente de
la Alianza.
Por lo menos hasta el 2001, ésta es la odisea del Senado.
La división de los senadores del
PJ forma una oposición desordenada
Están los que responden a sus
gobernadores. Los ex funcionarios del ala política del menemismo. Y los
independientes como Augusto Alasino.
Augusto Alasino, presidente del bloque
del Partido Justicialista en el Senado.
El sector de Bauzá y Eduardo Menem quiere reemplazarlo a lo sumo en febrero. |
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Por Adrián H. Mouján
Un importante grupo de
senadores justicialistas dijo a Página/12 que hoy bajará al recinto a discutir el
compromiso fiscal, pero legisladores del Noroeste aseguraron que buscarán un giro en
algunos detalles. Quieren que el manejo de los fondos del Fonavi, del tabaco y otros
aportes destinados a planes sociales siga llegándoles sin condiciones y que no sea
Machinea el encargado de darle un destino. Eso supondría de hecho una rediscusión que
dilataría cualquier debate parlamentario.
Senadores de las provincias del Noroeste confiaron a Página/12 que el Pacto no se
va a aprobar como fue enviado, porque hemos hablado con los gobernadores y han surgido
algunas dudas sobre cuestiones de fondo del proyecto. En realidad, las cuestiones de
fondo son las mismas que los gobernadores plantearon en la reunión que sostuvieron pocos
días después del 24 de octubre en la Casa Rosada.
La traba al proyecto se debe a que las divisiones existentes en el bloque del PJ, y,
básicamente, a su resurgimiento como grupo de poder dentro de la geografía
argentina, como lo definió un experto senador aliancista. El martes pasado, estos
dos factores impidieron la aprobación del Pacto Fiscal, y ayer, a pesar de los llamados
cruzados entre todos los integrantes del bloque del PJ, aún no se había llegado el
acuerdo. Por estas razones, la reunión que hoy por la mañana sostendrán los senadores
peronistas concentrará la atención de todos.
El grupo más duro está formado por el entrerriano Augusto Alasino, actual titular del
bloque, el pampeano Carlos Verna, el formoseño Ricardo Branda, el correntino Angel Pardo,
el chubutense Osvaldo Sala y el jujeño Alberto Tell, quienes han construido un fuerte
polo. Controlan varias de las principales comisiones a pesar de que algunos de ellos
están enfrentados con el gobernador peronista de su provincia, y en otros casos el PJ es
oposición a nivel provincial.
Un grupo integrado por Eduardo Menem, Jorge Villaverde, Eduardo Bauzá, Héctor Maya y
Carlos De la Rosa a quienes la semana que viene se le sumara Carlos Corach,
denominado por los aliancistas como los dialoguistas, intentará imponer su criterio y que
el bloque baje a dar quorum, para evitar una crítica lapidaria de Fernando de la Rúa en
su discurso de asunción de mañana.
En una vereda independiente se encuentran el santafesino Jorge Massat, Antonio Cafiero,
los tucumanos Ramón Palito Ortega y José Fernando Carbonell, el pampeano
Enrique Mario Martínez Almudevar y el riojano Jorge Yoma, entre otros. El cambio de roles
en el bloque depende del tema a ser analizado, según explicó un senador del NOA. A
mí, el gobernador de mi provincia me llamó para decirme que bajara a votar el Pacto
Fiscal tal como se acordó, dijo. Pero acá estamos hablando de entregarle a
Machinea el manejo de fondos importantes para las provincias, y creo que hay que plantear
algunas modificaciones ya que el dinero debe volver a cada provincia. Me corresponde
plantear mis diferencias porque yo también soy un representante del pueblo de mi
tierra.
Voces de los sectores dialoguista e independiente acusan a Augusto Alasino de
intentar crear una caja chica para sus amigos al convertirse en filtro para la
aprobación de iniciativas, según dijo un senador mediterráneo. Los amigos de Alasino
son Verna, quien seguirá encabezando la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y Branda,
que continuará al frente de la comisión de Legislación General, un verdadero filtro
para la creación de cualquier nueva ley, como podría ser un nuevo Código Penal.
Hoy, por hoy, Branda está sentado encima de la ley contra el lavado de dólares. Y
se piensa quedar así hasta tanto en la Alianza negocien con él, explicó un
senador riojano, y de esa forma buscó retratar el papel que cumplen estos legisladores
que no responden a ninguna figura del PJ a nivel nacional. A la vez, los dialoguistas y
los independientes acusan al grupo de Alasino de haberle entregado a la
Alianza la presidencia de varios comisiones estratégicas y de haber negociado
cargos para ellos, a cambio de apurar la entrega de la Presidencia Provisional del Senado
(que ostentaba Eduardo Menem), aunque un rato antes en una conferencia de prensa Alasino
aseguró que la postura del bloque era no cederla. Tampoco están de acuerdo con la
destitución del juez federal cordobés Ricardo Bustos Fierro por el Consejo de la
Magistratura. Alasino y Branda integran ese organismo.
Son varios los que aventuran que en febrero, luego de que el primer paquete de leyes
enviado por la Alianza haya salido del Congreso, la continuidad de Augusto Alasino será
puesta en duda. La idea es reemplazarlo por un dialoguista que pertenezca a una
provincia grande, comentó un senador de esa franja.
LAS GARANTIAS DEL GOBERNADOR A LA ALIANZA
Ruckauf es el mejor del grado
Por Felipe Yapur
Fueron
una, dos, tres, diez las conferencias telefónicas que mantuvieron el martes Carlos
Ruckauf y Fernando de la Rúa cuando la sesión de senadores, donde debía tratarse el
presupuesto 2000, el pacto fiscal y el paquete impositivo, estaba a punto de naufragar.
Luego de que el bloque justicialista decidió no bajar al recinto el gobernador electo
bonaerense se encontró con el futuro presidente. En el hotel Panamericano le aseguró a
De la Rúa que hoy tendrá las leyes que necesita y para ello tiene pensado presidir la
reunión de labor parlamentaria pero, si es necesario, también está dispuesto a conducir
la sesión prevista para esta tarde. El Presidente electo necesita un país ordenado
y nosotros no se lo vamos a impedir, fue la explicación de un operador del todavía
vicepresidente a Página/12.
El encuentro se gestó por iniciativa del propio bonaerense, sin consulta previa con los
otros mandatarios provinciales. Necesitado de una buena relación en su provincia con la
Alianza, que tendrá la hegemonía en las dos cámaras legislativas, apenas se enteró de
la resistencia de los senadores justicialistas a respetar el pacto cerrado con Machinea,
Ruckauf se puso la camiseta de la buena convivencia y comenzó a llamar a De
la Rúa.
Señor Presidente, usted necesita que el país esté ordenado y que su gobierno sea
confiable para el mundo dicen los hombres de Ruckauf que le dijo a De la Rúa y
trascartón se comprometió, una vez más, a que el acuerdo alcanzado se cumpla a
rajatablas.
Los íntimos del futuro gobernador juran dos cosas. Por un lado, que lo que está haciendo
lo acordó con Eduardo Duhalde, quien todavía mantiene una cuota de poder en el PJ
bonaerense. Por el otro, que Ruckauf no pidió nada a cambio por su gestión: No le
dijo nada, y eso que nosotros en la provincia tampoco tenemos aprobado el presupuesto. Lo
importante es que el gobierno de ellos tenga un buen comienzo. Pero el
vicepresidente, viejo conocedor del lenguaje de los gestos públicos, sabe que todo lo que
está haciendo servirá para consolidar su imagen de presidenciable en el 2003. Además,
si el presupuesto es aprobado hoy, De la Rúa tendrá en la columna del debe un crédito
para el bonaerense.
Por lo pronto, Ruckauf le garantizó a De la Rúa que tiene pensado recordarles a los
gobernadores José Manuel De la Sota (Córdoba), Rubén Marín (La Pampa) y Carlos
Reutemann (Santa Fe) el acuerdo alcanzado el lunes pasado cuando, mientras almorzaban en
el restaurante Pedemonte, decidieron apoyar las leyes que necesita la Alianza. Este
es un tema que preocupa a Rucucu y por ello hasta suspendió reuniones en la provincia
para que hoy salga todo bien, le aseguró a Página/12 uno de sus principales
operadores.
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