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LOS ROSARINOS GANARON LOS PUNTOS QUE NECESITABAN
Central, cerca del milagro

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Perdía, pero ganó sobre la hora el partido pendiente con Instituto, alcanzó a Boca y ahora también le discute el título a River.


t.gif (862 bytes)  Si algo le faltaba a Central para demostrar sus argumentos y aspirar a pelear el Apertura hasta el final, ayer ante Instituto rindió un examen perfecto. En desventaja, y con un hombre menos, siguió creyendo en sus posibilidades, y así consiguió primero el empate y más tarde el triunfo, a siete minutos del final. Ahora igualó la línea de Boca en el segundo lugar y quedó a tres puntos de River, cuando restan seis por jugar. En Instituto fue el último partido de Ernesto Corti al frente de la conducción técnica, ya que renunció luego de la derrota.
Nada fácil resultó para Central la excursión por Córdoba. De arranque nomás Instituto salió a copar la parada, a partir de la inteligencia de Sarría para conducir y de Buján para ubicarse siempre vacío por la izquierda. El equipo de Bauza estaba desconcertado y por eso Buljubasich pasó varios sobresaltos. A los cinco minutos, Buján reventó el palo derecho, dos más tarde Corti cabeceó a las manos del arquero y luego lo perdió Jiménez.
Una vez pasado el sofocón inicial, Central salió a contestar con la habilidad de Ezequiel González y la movilidad de Maceratesi. Así se armó un partido bárbaro con llegadas en los dos arcos, donde la mitad de la cancha era una simple zona de tránsito. A cada ataque de Instituto le seguía una réplica a fondo de Central. Pero como los dos arqueros respondieron con acierto, el 0-0 con que terminó la primera parte fue un castigo demasiado caro para los dos.
En la segunda parte, los rosarinos dieron una muestra de carácter. Con un jugador menos por la expulsión de Gerbaudo al final del primer tiempo, y en desventaja desde el arranque por el golazo de Rimoldi, los de Bauza no renunciaron nunca a jugar por abajo. Instituto se replegó para intentar liquidarlo de contra, pero no tuvo precisión para armar sus ataques, por lo que Buljubasich no pasó sustos. Y la insistencia de Central tuvo su premio. Pizzi conectó de volea un tiro libre de Rivarola y marcó el empate.
Ya con igualdad en el marcador y en la cantidad de hombres, Central tomó decididamente la iniciativa. Tuvo la victoria cuando Ezequiel González eludió al arquero, pero Bessone salvó en la línea. Pero cuando la figura de la cancha tuvo otra chance no la desaprovechó: amagó entre dos defensores y le pegó al primer palo de Cabrera. El 2-1 levantó las esperanzas de Central, y le permitió a su técnico cambiar el discurso: “Ahora la gente se puede ilusionar con el campeonato”.

 

Cómo se define el torneo

Con la victoria de los rosarinos, ahora son cuatro los equipos que tienen posibilidades matemáticas de ser campeón. River tiene 40 puntos, Boca y Central 37 y San Lorenzo 34. Los tres primeros pueden ser campeón directo, San Lorenzo necesitaría de un desempate. River recibe a Ferro y visita a San Lorenzo en la última fecha, Boca juega en Córdoba ante Belgrano el domingo y cierra con Talleres en la Bombonera, Central enfrenta a Argentinos en cancha de Ferro y se despide con Vélez en Arroyito mientras que San Lorenzo va a Jujuy para jugar con Gimnasia y recibe a River en la última fecha. En caso de empate entre dos equipos habrá un partido desempate en cancha neutral que incluye un eventual alargue y definición por penales. Si son tres o cuatro los que llegan al primer lugar habrá triangular o cuadrangular. La suerte de San Lorenzo estará definida este domingo ya que aún ganando, si River empata, queda sin posibilidades.


 


 

LE GANO 3-0 AL ALAGOANO Y OBTUVO LA CONMEBOL
Primer título grande de Talleres

t.gif (862 bytes) Habían pasado 36 segundos del tiempo reglamentario. El destino de la definición por penales parecía inevitable cuando Astudillo tiró el centro número mil. Pero esta vez en tiempo y lugar exactos. Maidana apareció como un tanque por el segundo palo, metió el cabezazo y desató la euforia de los cordobeses. Talleres levantó el 4-2 del partido de ida con el dramático 3-0, ganó la última Copa Conmebol y logró su primer título internacional.
Hay que decirlo, Talleres jugó mal. El impresentable árbitro paraguayo Grance le dio una mano enorme cuando a los 4 minutos expulsó a Fabio Magrao por una falta que no cometió y después de haberle sacado la roja a Williamis. Fue el primer papelón de la noche, que continuó con una mirada permisiva a las teatralidades del arquero Veloso, a los reclamos de ambos equipos y a una falta de autoridad inadmisible para una final continental. Con aquella ventaja de tener un hombre más del inicio, Talleres nunca supo hacer valer la superioridad numérica. Como principiantes cayeron en la lógica trampa del Alagoano que “arreó” los avances cordobeses hacia el centro y casi obligó a tirar centros para lucimiento de Veloso y el grandito Jivago. Talleres ganó porque el Alagoano es menos de lo que se espera de un equipo brasileño de mediana estatura. Y si encontró los tres goles en tres centros, fue porque de tanto insistir con la misma fórmula tuvo la suerte necesaria en el momento justo. Cuando ya estaba un gol arriba, Pino tiró afuera un penal y parecía que la fortuna iba a sonreír a los visitantes. Sobre el final hizo la mueca hacia los cordobeses.
Pese a sus limitaciones ofensivas, Talleres había creado clarísimas situaciones en el primer tiempo. Dos veces lo tuvo Gigena, una Astudillo y otra Aguilar, pero llegó al gol de Silva en un pelotazo mal controlado por los defensores. En la segunda parte hubo menos claridad y, de tanto ir y tirar bochazos y corners, en dos pudo quebrar la resistencia rival.

 

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