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Por Adrián H. Mouján y Raúl Kollmann Lino Oviedo se hizo humo. El ex general paraguayo escapó ayer de la Argentina, y según juraron en el gobierno argentino, habría regresado a su país. Paralelamente, Federico Pinto Kramer, el abogado del ex líder colorado, dijo que se encuentra en Bolivia a la espera de un levantamiento de un sector del campesinado paraguayo que responde al militar. Para crear mayor confusión, Raquel Marín, la esposa del ex militar confirmó que su marido dejó el país, aunque dijo desconocer su paradero. El último rastro que el gobierno tenía del jinete bonsai era de las 21 del miércoles, cuando ingresó en la casa del empresario menemista Arnaldo Martinenghi para cenar. La fuga de Oviedo, que desapareció sospechosamente a pesar de la custodia que ejercía sobre él la Policía Federal, generó un gran escándalo a horas de la asunción de Fernando de la Rúa: tanto el designado ministro del Interior, Federico Storani, como el presidente paraguayo, Luis González Macchi que se encuentra Buenos Aires para asistir al traspaso del mando acusaron de negligencia a los funcionarios menemistas.Se ha retirado del país para que el presidente Carlos Saúl Menem no tenga que dejarle el peso de Lino Oviedo al nuevo gobierno, dijo la esposa de Oviedo al llegar a Corrientes junto a su madre, sus dos hijos y una babysitter. Sólo Oviedo y Dios saben dónde está, agregó la mujer, que había llegado a Buenos Aires ayer por la tarde desde Tierra del Fuego, luego de conocer la fuga de su esposo.A pocas horas de dejar sus cargos, con cajas y carpetas dando vueltas por todos los despachos, y con la novedad instalada en las manos, los funcionarios menemistas se repartían culpas entre ellos. Tanto el ministro del Interior, Carlos Corach, como el secretario de Seguridad Interior, Miguel Angel Toma, aseguraron desconocer el paradero de Oviedo, y sólo dieron excusas vagas a la hora de explicar su fuga. El señor Lino Oviedo, de acuerdo con las constancias que tenemos hasta este momento, consiguió eludir la custodia policial que tenía. No sabemos y no tenemos precisión del lugar donde se encuentra, argumentó Corach.Fuentes del Ministerio del Interior y de la secretaría responsabilizaron a la SIDE de haberse encargado del operativo que le permitió a Oviedo renunciar informalmente a su condición de asilado y supuestamente-volver a su país. El hipotético regreso generó una alerta roja en Paraguay: las Fuerzas Armadas y la Policía fueron acuarteladas a pedido del Ejecutivo guaraní. Ante la consulta de Página/12, un funcionario muy cercano a Corach dio su versión de los hechos: O la custodia se durmió y Oviedo salió en el baúl de una camioneta, o vinieron agentes de la SIDE y les dijeron que ellos se hacían cargo de la situación. En cambio, en las filas de Hugo Anzorreguy negaron cualquier responsabilidad en el hecho y aseguraron que sólo tenían como misión controlar los aeropuertos de San Fernando y Don Torcuato, y otros aeródromos chicos, para que no se escapara. Pero a los espías les falló el olfato y Oviedo partió desde la casa de Martinenghi, ubicada en el barrio de Palermo, hacia Don Torcuato y desde allí se habría trasladado hasta Salta, desde donde siguió viaje por tierra hasta Bolivia, según los oviedistas. En el gobierno nacional dudaban sobre el destino del avión. Una hipótesis fue que el vuelo se detuvo en Formosa; otra, que siguió viaje hasta el departamento paraguayo de San Pedro de Amambay. Al respecto, el jefe de la agrupación sexta de Gendarmería Nacional, con asiento en Formosa, comandante Mario Valdés, aseguró que hasta ahora no tenemos datos identificatorios que permitan indicar que el ex general Oviedo haya pasado por territorio formoseño.Según describió a este diario un diputado colorado del sector argañista, en San Pedro de Amambay hay un caldo de cultivo social muy favorable a una rebelión, si es que Oviedo se encuentra allí y decide levantarse. Miembros de la comitiva paraguaya que se encuentra en Buenos Aires paraasistir al traspaso de mando, confiaron a este diario que la decisión de acuartelar a las Fuerzas Armadas se adoptó para saber quién está del lado nuestro y quién con Oviedo, mientras que a la policía le hemos enviado una nueva orden de captura para ese criminal.En las fuerzas de seguridad argentina la situación es mucho más grave ya que, a horas de irse, Corach le reclamó a Pablo Baltazar García, jefe de la Policía federal, que inicie un sumario entre los miembros de la custodia, situación que generaría una purga en la que caerían alrededor de 20 comisarios. La fuga generó una dura reacción de la Alianza. El vicepresidente electo Chacho Alvarez habló de negligencia o complicidad, y el designado ministro del Interior, Federico Storani, afirmó que es una grave improvisación y negligencia haberlo dejado salir del país sin autorización. Durante su encuentro con González Macchi, el dirigente radical acordó que analizarían los alcances a futuro de la huida de Oviedo.Ante las críticas de Storani, en los despachos de Corach y Toma reaccionaron molestos. La Alianza prometió que le iba a buscar un tercer país o devolverlo a Paraguay. Como no consiguen otro destino, y devolverlo a Asunción generaría una situación riesgosa, nos echan el fardo de resolver la situación. ¿Por qué me tengo que hacer cargo yo?, se quejó Corach entre sus colaboradores, luego de leer los cables que reproducían el enojo del gobierno entrante.¿Ustedes le siguieron buscando un nuevo destino a Oviedo después del 24 de octubre? preguntó este diario a un funcionario de Interior. No, porque ningún país lo quiere. Ni Alemania, ni Venezuela, ni Panamá contestó el colaborador de Corach.
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