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Once juramentos por Dios y uno, sólo por la Patria


Por Fernando Cibeira
t.gif (862 bytes)  La Cámara de Diputados aprobó la Ley de Ministerios unas horas antes, así que no hicieron falta decretos que empañaran la ceremonia. Ayer a la tarde, entonces, Fernando de la Rúa pudo tomarle juramento a su gabinete completo, cuyo marca distintiva de nacimiento será por siempre la proliferación de economistas. Fue la primera ceremonia de la Alianza como dueña absoluta de la Rosada. Y se notó. Hubo ambiente festivo y el público, con mayoría de familiares de los designados, aplaudió por igual a propios y extraños.

En la semana, el bloque de diputados justicialistas había amagado con no aprobar la Ley dena04fo01.jpg (16333 bytes) Ministerios, sumándola a las negativas de las otras iniciativas que urgen a De la Rúa como el Presupuesto y el paquete impositivo. Enojado, el flamante Presidente amagó con solucionar la cuestión con su primer decreto de necesidad y urgencia. Al final, hubo acuerdo de caballeros y, ayer mismo, luego del discurso de De la Rúa, los diputados aprobaron la amplicación de ocho a diez ministerios por unanimidad, así que para la tarde el contratiempo quedó solucionado.

Las dos carteras nuevas son Desarrollo Social y Medio Ambiente --el ministerio que ocupará Graciela Fernández Meijide-- e Infraestructura y Vivienda, el de Nicolás Gallo. Otras modificaciones fueron que la cartera de Alberto Flamarique se denominará Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos mientras que la de Ricardo Gil Lavedra será Justicia y Derechos Humanos, de acuerdo a una iniciativa del senador Pedro Del Piero. Pasadas las 18, se abrió la puerta lateral del Salón Blanco de la Casa de Gobierno y los elegidos fueron apareciendo en fila. Gracias a unos papelitos pegados en las sillas, los familiares se habían ido acomodando en la ubicación correspondiente. Incluso, hizo falta agregar lugares adelante que ocuparon los hijos de De la Rúa y los de Carlos "Chacho" Alvarez. En primera fila, la fórmula radical del '83, Raúl Alfonsín y Víctor Martínez, conversaban sobre su estado de salud. A su lado, se ubicaron el titular de Diputados, Rafael Pascual, el provisional del senado, José Genoud, y el jefe de gobierno porteño, Enrique Olivera.

El Presidente comenzó los juramentos con el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, y con el ministro del Interior, Federico Storani. Ya los necesitaba para que rubricaran el decreto número 3, que reglamentó la ley de ministerios. Con la burocracia en orden, siguieron los demás.

La fórmula de juramento elegida por la mayoría fue la de "Dios, la Patria y los Santos Evangelios", mientras que el ministro de Salud, Héctor Lombardo, y el secretario general de la Presidencia, Jorge de la Rúa, lo hicieron por "Dios y la Patria". En cambio, Fernández Meijide lo hizo sólo por "la Patria". Como las misses, a medida que juraban, los ministros se iban colocando en los costados del escenario y saludando a quienes lo precedían. Luego del jurar, el ministro de Educación, Juan José Llach, le susurró a De la Rúa "gracias por la oportunidad, Fernando". En cambio a Gallo, con quien mantiene una relación de años, el Presidente lo despidió con un informal "Suerte, viejo".

Fiel a la rigores de su nueva área, el ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, adoptó una expresión marcial. Incluso luego de la ceremonia una joven que parecía su hija le decía que su "Sí, juro" había sonado "muy militar". La salida mezcló a todos con todos. El ex ministro Enrique "Coti" Nosiglia se llevaba a Alfonsín de un brazo mientras que los diputados frepasistas Darío Alessandro y Nilda Garré pugnaban por felicitar a su amigo Flamarique. El ministro de Economía, José Luis Machinea, fue de los que más saludos recibió. En cambio, el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini en un momento decidió no hablar más con nadie para atender el ruego de sus hijas, que no querían irse sin llevar una foto de recuerdo, objetivo que también perseguían Terragno y sus colaboradores.

La segunda parte de la ceremonia será el martes, cuando De la Rúa le tome juramento a los cerca de cuarenta secretarios de Estado que lo acompañarán, varios de los cuales recién decidirá durante el fin de semana. Hasta tanto, varios candidatos estarán preparando sus pocket.

 

Alderete, Hernández y una trompada

"Cómo te están embromando, ¿eh?", la chanceó un na04fo02.jpg (23282 bytes)aliancista. "Sí, pero yo también los embromo a ustedes", respondió rápido María Julia Alsogaray. Sin embargo, los ministros de la Alianza que ayer a la mañana la tuvieron cerca en el Salón Blanco informaron que la ex polifuncionaria preferida de Carlos Menem lucía tensa y nerviosa. Lo mismo observaron de Víctor Alderete, ahora ex administrador del PAMI (foto), quien miraba nervioso a la concurrencia durante la ceremonia y después, a la salida, saludó compulsivamente incluso al aire, como buscando retorno. Entretanto Alejandro Daneri, un diplomático de carrera incorporado como director de ceremonial de la Presidencia, lucía una señal del fin del menemismo: una venda en la nariz. Según dijeron funcionarios salientes a este diario, Daneri debió vendarse después de que Ramón Hernández, hasta ayer secretario privadísimo de Carlos Menem, le propinara una trompada. "Por lo menos Ramón esperó hasta el final", dijo comprensivamente un ex de la Presidencia. Un año atrás cuatro miembros del gobierno debieron sujetar a Hernández para que no atacara a Daneri, pero el ex basquetbolista riojano avisó entonces que Daneri terminaría mal. Nadie pudo informar sobre el motivo de diferencias resueltas de una manera tan académica, y Daneri tuvo la mala fortuna de que, por su cargo, la imagen de su nariz vendada pasará a la historia.

 

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