Porque
éste era el último año del cerdo y me parece que ahora a uno se le abre un nuevo
talonario. Que debe ser llenado con optimismo, reflexiona Miguel Rep cuando se lo
interroga sobre el porqué del contraste 1999-agenda pesimista/2000-agenda optimista. De
un estado a otro, sin escalas. A la maldita cifra redonda del 2000 no le doy mucha
bola en verdad, dirá más tarde. Pero sí que empieza un nuevo ciclo. La
agenda del año pasado era como muy barroca, como si fuera una suma de muchas cosas que
habían pasado e iban a pasar. Ahora hay como una voluntad de empezar de cero.¿Y
Lukas, el dark eternamente conflictuado y abrumado por el ser y la vida, eje central del
bajón propuesto por la anterior edición? Lukas no puede soportar otra cosa que no
sea una agenda pesimista. En esta, creo que aparece una sola vez, pero para mostrar el
contraste. Pero están los otros, que no creo que sean optimistas. En todo caso, son
vitales. Por ejemplo, en el caso de Gaspar, que creo es el menos vital, por lo menos tiene
esa cosa de haber llevado adelante su familia, que es lo único que le salió más o menos
bien, pese a sus bajones y a haber pasado por todas las tormentas. Están, además,
Auxilio y los mellizos, Luis y Septiembre... Pero la verdad es que más que los
personajes, lo que está en la agenda es una cosa más metafísica: los diálogos con la
luna, con el mar. Las búsquedas del bebé, lo que piensan. Es como ¿qué será de
esto?. Diseñada por Alejandro Ros, editada y seleccionada por Mariela Mosnaim y,
detalle fundamental para entender el contraste con la del año pasado, en colores, la
agenda 2000 de Página/12 es, en palabras de su autor, una respuesta. En cada
semana del año por venir, un pequeño cuadro expresa la sensación positiva del momento.
No hay lugar para la tristeza. Lukas sólo podía hacer una agenda en 1999. Porque
se acaba algo... Yo sabía que nunca más iba a aparecer él en una agenda, dice.Sin
embargo, el primer intento en cuestión, resultó contradiciendo su espíritu,
inclusive todo un éxito. El mismo autor lo ha comprobado a lo largo de este año, y
de todas las maneras posibles: por amigos, conocidos y desconocidos que usaron y/o
regalaron el ejemplar. Todos los que la tienen la usan. Eso está bueno. Aunque era
difícil y conflictiva para entender, inclusive para vender. Había gente que creía que
traía mala suerte, mala onda. Alguna gente habrá pensado ¿cómo me vas a regalar
una agenda pesimista? ¡Es un bajón!, porque puede aceptar la fatalidad de la Ley
de Murphy, pero no la idea de pensar un año entero pesimista. Como al final ocurrió: fue
un año horrible. En fin, creo que la agenda acompañó esa horripilancia de este año.
Esperemos que la agenda optimista acompañe esa cosa de bañarse, salir limpio a enfrentar
el día, monologa Rep.Aunque no tenga proyección de los días ni
tampoco una idea certera sobre qué va a ocurrir pasado mañana, el humorista
piensa que una agenda también sirve para una pequeña pero importante duda temporal. Del
tipo: ¿Qué será de nuestras vidas el 8 de agosto del 2000? No lo sé, aunque no
soy de consultar mucho una agenda. Sin embargo, lo que descubrí con la agenda de Lukas es
que estaba buena, no tanto para recordar compromisos, sino para recordar hitos que
sucedieron en tu vida. Quizás dentro de diez años, uno querrá saber qué pasó tal día
y para eso está bueno tener una suerte de testimonio escrito. Y te acordás: Ah,
ese día estaba almorzando con Hiroito... (risas). Eso es algo que hace Quino. Anota
todo: hasta qué película vio. Entonces él sabe que tal día de tal año vio La manzana.
Yo me acuerdo, por ejemplo, qué hice y con quién estaba la noche después del 5 a 0 de
Colombia a la Selección en la cancha de River. Yo propongo que la agenda también se
utilice para escribir, incluso en el día posterior, qué pasó. Tipo: Ayer debuté
en la isla Maciel... (risas). O Hoy asumo como jefe de Gabinete Para eso
está buena. El objetivo final de una agenda optimista es, justamente, que la gente la use
para recordar lo bueno. |