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Homenaje a Jacobo Timerman en una sinagoga de Nueva York

La familia anunció la creación de una beca que llevará el nombre del periodista, en la Universidad de Columbia.

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Por Mónica Flores Correa
Desde Nueva York

t.gif (862 bytes)  En un acto, cuyos asistentes llenaron la gran sinagoga B'nai Jeshuron del West Side neoyorquino, se rindió ayer homenaje al periodista Jacobo Timerman en su calidad de luchador por los derechos humanos e inclaudicable defensor de la dignidad humana.

La ceremonia fue conducida por los rabinos Rolando Matalón y Marcelo Bronstein y por Naomi Meyer, viuda del rabino Marshall Meyer, quien también fuera un renombrado militante por los derechos humanos y miembro de la Conadep. Entre los oradores, figuraron personalidades destacadas del mundo estadounidense como el congresista Benjamín Gilman, miembro del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, la ex secretaria de Derechos Humanos de la administración Carter, Patricia Derian, y el columnista Anthony Lewis, del New York Times. También estuvieron presentes en el encuentro los hijos de Timerman, Héctor y Javier, Robert Bernstein, fundador de Human Rights Watch, el cónsul argentino Guillermo McGough y el periodista Horacio Verbitsky. Y se leyeron cartas de adhesión de Raúl Alfonsín y el ex presidente norteamericano Jimmy Carter. La familia del periodista fallecido el 11 de noviembre anunció la creación de la beca "Jacobo Timerman" de la Universidad de Columbia, Nueva York, que se destinará únicamente a estudiantes de periodismo latinoamericanos.

"Cuando muere el hombre que sea la Torah y sus propias acciones todo lo que se lleve", leyó Matalón al iniciarse el acto agregando que el propósito de la ceremonia era honrar al director de La Opinión como "padre, abuelo, amigo, intelectual brillante, humanista y héroe".

Javier Timerman hizo una cálida semblanza doméstica del padre, subrayando la ternura que había demostrado siempre por hijos y nietos, muy diferente de la personalidad sarcástica y compleja que lo caracterizaba en su vida pública.

Además de la dignidad y de la intransigencia con respecto de la defensa de ciertos valores claves, en la mención de cualidades apareció el humor corrosivo de Timerman. Después de contar un altercado con Albano Harguindeguy, ministro del Interior de la última dictadura militar en la Argentina y "un individuo brutal", que tuvo al entonces detenido Jacobo Timerman como motivo de la discusión, Patricia Derian relató que más tarde, cuando lo conoció al periodista ya liberado en Nueva York, Timerman la saludó con un "hola, prima". "Después de mi pelea con Harguindeguy, el general fue a verlo a Timerman y le dijo furioso: "¿Qué relación tiene esa mujer con usted? ¿Qué es de usted? ¿Prima?", y Timerman le contestó 'sí'." Derian, quien fue aplaudida calurosamente, dijo que Timerman "nos dejó con una tarea por hacer. La gente en el poder no se puede autoperdonar. Debemos asegurar que los perpetradores (de violaciones a los derechos humanos) sean juzgados y reciban su castigo, dijo.

También se resaltó el humanismo sin fronteras del autor de Prisionero sin nombre, celda sin número. "Cuando lo entrevisté en Israel (donde se había asilado después de su prisión), él terminó entrevistándome a mí, contó Anthony Lewis.

 

EL RECUERDO DE LOS RABINOS MATALON Y BRONSTEIN
"Haberlo conocido es un orgullo"

 

Por M.F.C.
Desde Nueva York

t.gif (862 bytes) "Nosotros (Bronstein y él), como discípulos de Marshall Meyer, pensamos que debíamos realizar esta ceremonia para compartir nuestro orgullo de haber conocido a Timerman", dijo el rabino Matalón a Página/12 en un aparte de la ceremonia de ayer. "Su influencia se extendió más allá de la Argentina, opinó el religioso quien agregó: "Estamos orgullosos de honrar a una persona que con su notable coraje representa lo mejor del pueblo judío. Pensamos que el ejemplo que dio su valentía nos debe impulsar a terminar la tarea en derechos humanos que aún no ha sido concluida".

El rabino dijo que el fundador de La Opinión y Primera Plana "vivió su judaísmo de manera muy firme y apasionada". Indicó también que "pocos judíos en la Argentina manifestaron tanto coraje como el que tuvo en sus denuncias de los horribles abusos que cometió la dictadura militar".

También en diálogo con este diario, Anthony Lewis, renombrado columnista liberal del New York Times, recordó que si bien no había mantenido una estrecha amistad con Timerman, se había encontrado con el periodista en varias oportunidades. "La primera vez en Washington, en uno de los corredores del Congreso estadounidense, a principios de la década del ochenta, cuando Timerman iba al Capitolio para realizar denuncias por el terrorismo de Estado en la Argentina. Posteriormente, lo entrevisté en Israel".

Para Lewis, Timerman fue "un hombre extraordinariamente valiente que comprendió que toda persona tiene derecho a ser respetada como un ser humano sin distinción de identidad étnica". El columnista elogió la posición de Timerman en el conflicto palestino-israelí. "Aplicó esta visión de que la gente tiene derecho a ser respetada en su calidad de ser humano al insistir públicamente en que los palestinos tenían derechos igual que los judíos".

Lewis calificó de "explosivo, verdaderamente poderoso y devastador" al libro Prisionero sin nombre, celda sin número, donde el director de La Opinión relataba detalladamente su experiencia en la cárcel y las torturas padecidas durante el gobierno de la junta militar.

 

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