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Por Luis Vívori Hugo Arana se fue España, pero volvió y encontró su lugar. Convocado por la comedia de la TVE Tío Willy para recrear el papel del gay que interpretaba en "Matrimonios y algo más", Arana fue por unos capítulos, pero se quedó bastante más. A su regreso, y a diferencia de la mayoría de sus colegas, no encontró desempleo sino la posibilidad de dirigir por primera vez teatro con El Cartero, y de volver a la pantalla argentina. El actor protagonizará, junto a Moria Casán, "Buenos vecinos", comedia que describe el típico conflicto de vecinos medianera de por medio. La tira, que arrancaría con media hora de duración (21.30 a 22) para pasar a una completa desde enero, fue una iniciativa de Ideas del Sur (la productora de Marcelo Tinelli) y tiene guión de Mario Shajris ("Señoras y Señores"). --En general la ficción producida por Telefé tuvo un aire más familiero que profundo. ¿Qué lo atrajo para ser parte de este proyecto? --Puedo decir que este no es el caso. Aunque todavía es prematuro hacer conclusiones porque hay que ver el programa en el aire, puedo decir que estando Mario Shajris como autor esto no va a pasar. El tipo escribe muy bien, hace un seguimiento del carácter, de la psicología de cada personaje. Construye muy bien la historia y esto es esencial para garantizar la calidad del producto, porque el libro es la base. --¿La historia cuenta el conflicto típico que se da entre vecinos, medianera por medio? --El conflicto es el de un tipo que tiene un maxikiosco, vive con su familia y de golpe y porrazo le caen unos vecinos a la casa de al lado que estaba sin habitar, y ya desde el arranque se llevan como perros y gatos. Por supuesto después se suman otras historias y personajes en un entramado bien porteño y de barrio, pero sin cargar las tintas. El autor se nutre de la realidad y eso no es habitual. En general los personajes que construyen muchos autores son solo clichés. --¿Qué balance hace de su experiencia española? --La principal diferencia es la economía. España es una potencia y lo va a ser cada vez más. Entra mucho dinero y por eso compran nuestro petróleo o nuestros teléfonos. En lo que hace a realización no tenemos nada que envidiarles, pero ellos tienen tiempo para producir cualquier cosa. Por otro lado tienen una gran admiración por el actor argentino, que creo demuestra una vez más que nuestros actores son los que tienen más criterio en Latinoamérica por la forma que abordan la actuación. --Luego de tantos años de trabajo en pantalla, ¿piensa que hubo una evolución con respecto a cómo se trata la ficción? --Lo que hay en principio es menos espacio. Cuando empecé había elencos increíbles y mucha ficción. Más que evolución diría que va variando. Por otro lado escasean las preguntas, la reflexión. En general la TV está degradada en todo el mundo. En España producen grandes miniseries pero son una excepción. Antes me sentaba a mirar TV, ahora, salvo "Vulnerables" en el que encuentro algo de inteligencia, no hay nada para ver. --A casi dos meses de iniciada la medida de fuerza de los actores hay quien dice que los únicos perjudicados son ellos mismos. ¿Usted qué piensa? --Nuestra idea es mantener la decisión de no ir como invitados a la TV, pero desearíamos que fuera hasta mañana. Que haya un cambio y pronto. No conozco las últimas novedades, pero las cifras muestran una realidad que es indiscutible. Cada vez hay menos ficción y no tengo ninguna predisposición de transformarme en un monito que anda saltando en cuanto agujero hay por ahí. Alguna vez había que decir basta. Lo que yo elegí es ser un vehículo de ideas pensadas por un autor y de eso sí estoy orgulloso. --Por otro lado en el gremio de los actores hay algunos con mucho trabajo y muchos que no tienen nada. --Es cierto, y debe haber múltiples razones. Supongo que una de ellas es la tendencia de esta sociedad a sacarle el jugo a determinadas situaciones. Al que está en el candelero hay que explotarlo a mil y creo que no es sólo una cuestión de los productores, sino de la sociedad en general. Debe haber algún lugar en la psicología de la gente, algo desesperado y desesperanzado que dice: "esto funciona, demos esto". Hay una especie de miedo a lo desconocido.
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