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PRIMERA REUNIÓN DE GABINETE DEL GOBIERNO DE DE LA RÚA
Un día que fue de todo menos aburrido

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El debut del nuevo gobierno se produjo mientras había represión en Corrientes y una toma de rehenes a cuadras del Congreso. De la Rúa reunió a sus ministros, convocó a extraordinarias y hoy tomará juramento a secretarios de estado.


Por F. C.
t.gif (862 bytes)  Del primer día de Fernando de la Rúa como presidente en funciones podrán decirse muchas cosas menos que fue aburrido. Con el Congreso convulsionado por la impugnación a Rodolfo Barra en la Auditoría, mientras que a pocas cuadras había un asalto con rehenes con televisación en directo, con la Gendarmería reprimiendo una protesta en Corrientes, De la Rúa encabezó igual su primera reunión de gabinete que culminó con la firma del decreto de convocatoria a sesiones extraordinarias. La jornada de hoy no se quedará atrás. De movida no más, comenzará a tomarle juramento a los secretarios de Estado en dos tandas.

Los ministros se juntaron en el segundo piso de la Casa Rosada. El tema, en principio, seguro que no fue económico, porque José Luis Machinea fue el que llegó más tarde, cuando la reunión ya estaba empezada. De la Rúa ya había acordado con el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, la convocatoria a sesiones extraordinarias hasta el 29 de febrero. En la reunión quedó definido que se enviarán para su tratamiento 10 leyes, que incluirán las del paquete económico que tanto desvelan al Presidente y las que había anunciado para combatir la inseguridad (ver aparte).

Luego, el ministro del Interior, Federico Storani, se ocupó de la fuga del ex general paraguayo Lino Oviedo --"no hay nuevos datos", se informó-- y tras cartón se dedicó Corrientes, uno de los temas calientes del día. Para no comprometer de más al flamante Presidente, luego se aclaró que el informe fue sólo de situación y que no se había analizado el fondo de la cuestión.

Como voceros del encuentro, Terragno y el vocero propiamente dicho, Darío Lopérfido, se encargaron de estrenar el salón de conferencias de la Rosada, hasta hace poco escenario de los malabares lingüísticos del pensador del menemismo, el ex secretario de Planeamiento Jorge Castro. Terragno y Lopérfido no supieron decir si la costumbre de De la Rúa de convocar casi en forma periódica a su gabinete se extenderá o si será sólo hasta que el Gobierno tome impulso y pueda caminar solo. Además, en todo momento se preocuparon en remarcar que no había sido una reunión de gabinete "en serio", sino que se trató sólo de un encuentro informal.

La reunión se fue desgajando. Algunos ministros salieron a cumplir con compromisos previos. Otros, como Terragno, quedaron dándoles los últimos retoques a los decretos por firmar.

Hoy De la Rúa terminará de redondear lo que será su organigrama de funcionarios, al comenzar a tomarles juramento a los más de 40 secretarios de Estado que ocuparán la segunda línea de su gestión. Habitualmente, a los secretarios los ponen en funciones los ministros, pero el Presidente decidió hacerlo personalmente para "jerarquizarlos", según explicaron en Gobierno. La resolución de De la Rúa obligó a aplicar un plan de cuotas para que los futuros funcionarios y sus familiares puedan presenciar la ceremonia con comodidad. Habrá un primer turno de juramentos a las 10 y un segundo a las 17. Incluso, anoche se daba por seguro una tercera ronda de asunciones el miércoles. Pero en este caso no sería tanto por razones de espacio sino por la falta de resolución crónica en algunos lugares.

El principal es la SIDE, en donde --luego de muchas idas y vueltas-- nadie en la Rosada se anima a arriesgar el nombre de un posible designado. Lopérfido reiteró ayer que el secretario general de la Presidencia, Jorge de la Rúa, se ocupará también de la transición en el área de inteligencia "hasta que lo disponga el presidente de la Nación".

En cambio, otros casilleros se llenaron. A partir de un par de reuniones a solas con De la Rúa, el ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, pudo definir que su viceministro será el ex camarista civil Jorge Pérez Delgado. Y luego de que Jorge Torlasco rechazara hacerse cargo de la estratégica Oficina Anticorrupción, Gil Lavedra designó a José Massoni, actual titular del Tribunal Oral en lo Criminal número 2 de Capital. De esta forma, Massoni se ocupará de investigar los manejos turbios del menemismo. Mañana mismo, cuando asuma la intervención en el PAMI, su Oficina tendrá su primera investigación por delante, según dispondrá el decreto que firmará De la Rúa.

 


Diez proyectos al Congreso

Fernando de la Rúa definió ayer los diez proyectos de ley que espera se traten durante las sesiones extraordinarias del Congreso, que se extenderán hasta el 29 de febrero. El Ejecutivo pidió que se traten:

--El compromiso federal acordado con los gobernadores y el presupuesto.

--El paquete de reforma tributaria más un conjunto de medidas para combatir la evasión.

--La ley contra el lavado de dinero y la del arrepentido.

--El agravamiento de penas para los delitos cometidos con armas de fuego.

--Y otras leyes de carácter más administrativo: el permiso para que el Presidente pueda viajar al exterior, la aprobación de acuerdos internacionales y la consideración de ascensos de militares, jueces, diplomáticos y funcionarios del Banco Central.


El equipo de Llach

El ministro de Educación, Juan José Llach, está decidido a achicar la cartera. El presidente Fernando de la Rúa pondrá hoy en funciones a los dos secretarios del área, los radicales Andrés Delich (Educación) y Juan Carlos Gottifredi (Educación Superior). En el área de Educación, Delich designó como su segundo al pedagogo Gustavo Iaies, especialista en Didáctica de las Ciencias Sociales y Tecnología Educativa. El ex viceministro de Domingo Cavallo se ocupó de colocar hombres suyos en otros puestos clave: nombró a su primo Hugo Mariscotti para manejar la caja del Ministerio; a Ricardo Cortés Conde como jefe de asesores y le ofreció a Ricardo Murtagh, quien trabajaba con Cecilia Felgueras en el Gobierno porteño, el manejo del Plan Social Educativo. Murtagh proviene de Caritas, por lo tanto, al igual que Cortés Conde, tiene excelentes relaciones con la Iglesia.

 

"Lo de carnales ofende"

Luego de reunirse con el ex canciller Guido Di Tella, su sucesor, Adalberto Rodríguez Giavarini, buscó diferenciarse. Dijo que la política de relaciones carnales que siguió el menemismo "ofende algunas sensibilidades y sentimientos" entre los pueblos de Argentina y Estados Unidos. Giavarini anunció entonces una nueva política exterior "de fuerte defensa de los intereses nacionales". Canciller entrante y saliente se encontraron en el Palacio San Martín. A la salida, Rodríguez Giavarini acompañó a Di Tella hasta la puerta de su auto protegiéndolo de la lluvia con un paraguas. Desde allí, Di Tella fue a los tribunales de Comodoro Py a pedirle al juez Jorge Urso que lo cite a declarar

 

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