Por Mariana Carbajal
El manager
de modelos Pancho Dotto será investigado por presunta corrupción de menores. La
investigación fue ordenada por la Sala VII de la Cámara del Crimen, en una causa
iniciada por un particular a raíz de un artículo sobre la vida de las
"lolitas" de la agencia de Dotto, publicada en setiembre en la revista Gente. El
tema, siempre polémico, fue la nota de tapa del semanario y estuvo ilustrado con fotos de
modelos, de 13 a 16 años, en topless y con tangas diminutas. "Me parece bien que la
Justicia investigue y se despejen todas las dudas sobre el trabajo de las modelos menores
que represento", respondió Dotto a Página/12, al enterarse por la prensa de la
decisión del tribunal. El fallo, que se conoció ayer, revocó el
archivo de la causa dispuesto en primera instancia por la jueza de menores Cecilia Maiza,
quien evaluó que con los elementos reunidos hasta ese momento no tenía pruebas
suficientes para procesar a Dotto. La medida fue apelada por el fiscal Fernando Rouco
Oliva. El fiscal de Cámara, Ricardo Sáenz, apoyó el recurso y los magistrados de la
Sala VII, Guillermo Ouviña, Abel Bonorino Peró y José Manuel Piombo, dejaron sin efecto
el cierre del sumario y ordenaron medidas procesales para que avance la pesquisa.
"Habría que distinguir el efecto que puede tener sobre las chicas el hecho de posar
para las fotos que salieron en la revista, de la publicación en sí misma, que creo que
no promovería la corrupción de menores", dijo a este diario el fiscal Sáenz.
La causa comenzó con una denuncia de un particular, identificado como
Jorge Patricio Vergara. Sáenz aclaró que es habitual que cuando un expediente se archiva
velozmente, como ocurrió con éste, la Cámara disponga que se prosiga la investigación.
Sin embargo, explicó que en los casos en los que no hay acciones físicas contra las
presuntas víctimas, el delito de corrupción de menores es "muy difícil" de
probar. "Debería determinarse, a través de pericias psicológicas, si su instinto
sexual fue corrompido. Pero es muy difícil que se llegue a inculpar a la agencia o a los
padres de las chicas", indicó el fiscal de Cámara.
"Me parece bien que se investigue si es que la gente está
preocupada" por el tema, señaló Dotto. Pero consideró "demasiado fuerte"
la carátula de la causa por presunta corrupción de menores. "Tengo entendido que la
única prueba que se aportó a la investigación fue la revista, yo nunca fui citado a
declarar", contestó --en forma escrita-- Dotto a este diario.
La nota que generó la denuncia mostró a seis "lolitas" de
su agencia Dotto Models, en ropas muy ligeras, sexies y seductoras. La producción
fotográfica apareció el 21 de setiembre. Entre las chicas, estaba Paula Talavella, de 13
años, ganadora del concurso Sedal Look '99, organizado por la misma agencia para detectar
nuevas caras, en el que se presentaron más de siete mil chicas de entre 13 a 15.
También se mostró con sus pechos, todavía
infantiles, apenas cubiertos por sus brazos y haciendo colaless, Ivana Saccani, de 15,
quien empezó a hacer cursos de modelaje a los 12 en Junín, donde vive su familia.
"Puede ser que seamos un poco chicas para hacer esas fotos, pero depende de la
madurez de cada una. Nadie me obligó y estuvimos muy contenidas", explicó a Página/12.
Ivana empezó a trabajar a los 14 para la agencia Ford y desde agosto está con Dotto.
Para ello se mudó a un departamento de la agencia en Buenos Aires, donde convive con su
madre de lunes a viernes, y siguió sus estudios secundarios en la escuela Faustino
Sarmiento. "Ser modelo es un trabajo. Es mentira que seamos prostitutas. Yo me mato
estudiando", apuntó, indignada por la polémica que periódicamente despiertan las
precoces modelos.
Las seis chicas de la nota no fueron las primeras "lolitas".
Hace seis años, muchos se espantaron con el inicio de la carrera de Nicole Neumann cuando
apenas tenía 12. Antes, sorprendieron María Inés Rivero, que empezó a los 14, y
Araceli González, que se subió a la pasarela por primera vez a los 15. Estados Unidos y
Europa tienen las suyas: veinte años atrás, Brooke Shields hizo una publicidad de Calvin
Klein siendo niña; ya entrados los 90, la siguió Kate Moss o Milla Jovovich, que a los
11 ya había sido chica de tapa de una revista italiana.
"Yo soy manager de modelos, ese es mi rol. Tengo en claro que los
menores deben crecer y desarrollarse como personas al tiempo que trabajan, por eso
habitualmente personal de mi empresa acompaña y hace el seguimiento de los trabajos de
los menores, incluso en muchas producciones fotográficas son acompañadas por sus
padres", precisó Dotto.
La corrupción de menores de 18 años está penada con reclusión o
presión de 3 a 10 años, "aunque mediare el consentimiento de la víctima". El
Código Penal eleva la pena de 6 a 15 años cuando la víctima fuera menor de 13 años.
TRES VISIONES SOBRE LAS MODELOS NIÑAS |
"Objetos de deseo"
Irene Conterlink (titular del área
Derechos del Niño de Unicef Argentina)
"El trabajo adolescente puede admitirse
en situaciones específicas donde consolide la formación escolar y tienda a promover
ciertas habilidades. No es el caso de las modelos, a quienes su trabajo las distrae de la
escolaridad. La actividad de las púberes como modelos responde más a un deseo de los
adultos que al de ellas mismas, aun cuando pueden verbalizarlo como deseo propio. Es
comparable a la situación de los chicos a quienes sus padres hacen jugar tempranamente al
tenis de competición, con expectativas de hacer dinero gracias a ellos; pero en el caso
de estas chicas se agrega el tema de la estimulación sexual temprana. Ellas son colocadas
en un lugar erótico, como objetos de deseo, y son apartadas de la normal sociabilidad con
sus pares, donde la sexualidad se establece poco a poco a lo largo de ensayos y errores.
El resultado es el que se ve en las fotos de estas chicas: la gestualidad y actitud
correspondiente a mujeres mayores, inevitablemente impostada."
"Ruptura del contrato"
Silvia Bleichmar (psicoanalista)
"La actuación de chicas como modelos es
una ruptura del contrato de protección generacional: cada generación debe ayudar a la
que viene a terminar de construirse antes de asumir ciertas funciones; permitir la
evolución y el desarrollo de cada etapa. El apresuramiento de las lolitas, como el
trabajo infantil en general, forma parte de la cadena de transgresiones a los contratos
con la infancia. El cuerpo de las lolitas se ofrece así al adulto como sexuado, y no ya
como cuerpo que debe ser protegido. Bajo el capitalismo salvaje, la preservación del
cuerpo infantil queda sustituida por su comercialización. Esto es propiciado por el hecho
de que, en esa escena, el cuerpo de la modelo se presenta como si fuera un pretexto para
la mostración de ropa, cuando en realidad la ropa es el pretexto para el acceso al cuerpo
infantil sexualizado. De este modo, en ese juego de engaños, el que mira puede hacer como
que desconoce que lo que desea es ese cuerpo infantil."
"Un público morboso"
Roberto Piazza (diseñador de alta
costura)
"Para ser una auténtica modelo, una mujer debe tener de
25 años para arriba. Una adolescente puede tener buena cintura y buena piel pero no puede
portar un vestido de alta costura porque es una mujer sin historia. El glamour, el chic,
esas palabras intraducibles, son patrimonios de mujeres con historia. Una chica de 15
puede tener un cuerpo espectacular pero no puede tener el dominio de personalidad, la
mirada, la picardía, la elegancia, la perversión de una mujer de 30. Sin embargo, la
mayoría de los diseñadores, productores y fotógrafos de moda se limitan a la frivolidad
momentánea, no entienden la alta costura como un arte y siguen apelando a las lolitas. Se
dirigen a un público masculino morboso y a un público femenino envidioso: a hombres para
quienes no importa la moda, sino que solamente les encanta ver tetas y culos; y a mujeres
que se sueñan eternamente jóvenes, espejándose en la imagen de la nena que ven caminar
por la pasarela." |
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