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El ex general paraguayo Lino Oviedo estaría en Uruguay, según revelaron fuentes policiales y de inteligencia a la prensa local. No sólo eso, sino que su escape allí, según la información del diario La República de ayer, habría sido fraguado "a máximo nivel" entre los gobiernos argentino y uruguayo. La fuente que citó La República afirmó además que existió un plan para realizar un "movimiento militar" (golpe) en Paraguay, que no dio resultados solamente porque "los oviedistas no trabajaron bien". El ministro del Interior uruguayo, Guillermo Stirling, negó ayer que hubiera indicios de que Oviedo estuviera en Uruguay, y aseguró que, si aparece, sería detenido "de inmediato por infringir leyes de migración". En Paraguay, el presidente Luis González Macchi denunció una "campaña de rumores" montada por el oviedismo para "intimidar" a la población. Más práctico, el ministro de Defensa, Nelson Argaña --hijo del vicepresidente Luis María Argaña, por cuyo asesinato se culpa a Oviedo-- ofreció 100.000 dólares por su captura. Los más tentados podrían ser ciudadanos uruguayos. El diario El Observador de Montevideo informó ayer, citando a "fuentes policiales", que Oviedo había ingresado el jueves en Uruguay vía Colonia. "Desde allí fue trasladado a un establecimiento rural en la zona del litoral, propiedad de un amigo brasileño", concluía el artículo. Por su parte, el diario La República se basó también ayer en versiones de "fuentes militares" para afirmar que Oviedo fue visto el viernes al mediodía "en un comercio de la zona suburbana de Montevideo en un remís negro con chapa argentina". El ex general habría estado acompañado por "tres guardaespaldas". El origen de esta versión pudo haber sido el llamado que el ministro del Interior Stirling afirmó haber recibido el viernes del diputado José Mujica del Frente Amplio. Según Stirling, Mujica le reveló que "un comerciante amigo suyo dijo que cuatro personas habían llegado a su local en Rincón del Cerro (un suburbio de la capital), y que tenía la certeza de que uno de ellos era Oviedo". Las ramificaciones de la presencia de Oviedo podrían complicar el gobierno uruguayo de Julio María Sanguinetti. La República aseveró que Oviedo entró en Uruguay mediante a "una operación concertada al máximo nivel entre el todavía presidente argentino Carlos Menem y nuestro país". El diario citó extensamente a un "informante oficial", quien subrayó que "Oviedo viajó a Uruguay desde Buenos Aires a pocas horas del arribo del presidente Sanguinetti a la Argentina (para la asunción del presidente Fernando de la Rúa). Todo se realizó con un cronograma previsto y con el compromiso de que Oviedo permanecería el menor tiempo posible en nuestro país". El principal contacto de Oviedo en Uruguay habría sido "el embajador argentino, brigadier Antonietti, un amigo personal de Menem y Oviedo". Además, Oviedo ya habría estado en Uruguay en setiembre. Partió el 12 de ese mes "tomando un ferry en Colonia junto con un automóvil Chrysler modelo de lujo, color gris, de cuatro puertas y vidrios oscuros; obviamente no pasó por Migración". Sobre el paradero actual de Oviedo, la fuente dijo que "bastaría buscarlo por el este: no es tan difícil si verdaderamente se quisiera encontrarlo". El plan inicial habría sido que Oviedo recibiera asilo "formal o informal" en Bolivia, pero ayer el gobierno de ese país (quizá respondiendo a la versión del diario uruguayo) aseguró que le negaría el asilo si alguna vez lo pidiera. Las relaciones entre los gobiernos "colorados" de Paraguay y Uruguay ya eran tensas. Aun antes de la "crisis Oviedo", Asunción estaba exigiendo la extradición de un ex ministro y un ex legislador paraguayos exilados vinculados con Oviedo. El canciller paraguayo José Félix Fernández Estigarribia dijo ayer que sólo enviará un embajador a Montevideo cuando reciba un "gesto" sobre este tema. Con rumores situando a Oviedo en casi todos sus países fronterizos, la Justicia paraguaya preparaba ayer el borrador de un nuevo pedido de extradición para cuando se lo ubique con certeza en algún país. Hablando para su frente interno, el presidente González Macchi minimizó el impacto de Oviedo en Paraguay, afirmando que "la ciudadanía ya no cree en los mesiánicos". Refiriéndose al acuartelamiento del Ejército del viernes, el presidente subrayó que "las Fuerzas Armadas están normalizadas".
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