|
Por Fernando Cibeira y Adrián H. Mouján El juramento se lo tomó Antonio Cafiero, en su condición de vicepresidente primero de la Cámara, y los únicos presentes fueron los senadores justicialistas, que celebraron la llegada de Rodolfo Barra a la Auditoría General de la Nación (AGN) como su primer triunfo ante el flamante gobierno de la Alianza. "Acepté el cargo porque la función pública es la actividad más honrosa que puede desempeñar un ciudadano", dijo Barra, impertérrito, luego de jurar. Horas antes, tanto Carlos "Chacho" Alvarez como el titular de Diputados, Rafael Pascual, y el ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, habían admitido que su designación era legítima. La llegada del ex ministro de Menem mostró las primeras desavenencias entre el vicepresidente y el bloque de senadores de la coalición. Para colmo, como resultado de la negativa de Chacho de tomarle juramento a Barra, el PJ consideró rota la negociación para crear el cargo de vicepresidente de la Auditoría, tal como pretendía la Alianza. El acto fue desorganizado, pero para los peronistas tuvo sabor a triunfo en medio de una época teñida de aliancismo. "No entendemos por qué esta ceremonia no cuenta con el respaldo del partido del Gobierno, pero las leyes están más allá de las decisiones personales y partidarias", dijo Cafiero a voz de cuello en el improvisado acto que, finalmente, se realizó en un salón más grande al pensado debido a la proliferación de menemistas que invadieron la Cámara alta. Además de los senadores que se agruparon de pie alrededor de Barra, estaban, entre otros, Alicia Saadi, los diputados Arturo Lafalla y José Figueroa, y el ex jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez. En el bloque de la Alianza reconocen que tenían en mente un "Plan A" y un "Plan B". El "Plan A" era de máxima. Lo llevarían adelante Chacho y Pascual, que buscaban desbancar a Barra y pretendían que sectores no menemistas del PJ propusieran un nombre alternativo. El "B" contemplaba que si lo de Barra seguía adelante --como sucedió--, la Alianza conseguiría a cambio una mayoría en el cuerpo de conducción de la AGN. En la coalición consideraban que Barra estaba invalidado para el cargo por los puestos que ocupó durante el gobierno de Menem, tarea que ahora deberá investigar. Entre otras cosas, Barra trabajó en los pliegos de los peajes de rutas, el contrato para los DNI, y asesoró a la empresa que ganó la privatización para los aeropuertos y luego presidió el organismo de contralor. Con todo, Alvarez y Pascual se habían resguardado en una cuestión más de forma que de fondo para anular la designación. Sostuvieron que el nombramiento había sido extemporáneo debido a que el cargo le corresponde a la oposición y que el PJ lo hizo cuando todavía era oficialismo. Pero Menem ratificó el nombramiento el lunes y ningún justicialista salió a impugnarlo, dejando la jugada de la Alianza en offside. Luego, la negativa de Alvarez de tomarle juramento a Barra echó los planes por tierra y terminó de abrir una grieta dentro del bloque de la Alianza. "Chacho y Pascual firmaron la designación de Barra, pero ahora Chacho se niega a tomarle juramento. ¿Qué quiere, que el pato lo pague yo?", dicen que Genoud argumentó ayer ante sus colaboradores. El senador mendocino se refugió en su despacho durante todo el día, donde luego de la ceremonia saludó a Barra y a los legisladores peronistas, con quienes quiso mantener las buenas relaciones en pie. En cambio, Alvarez, que recibió el mismo llamado, se negó a recibirlos. Cerca del vicepresidente, consideraban que la actitud mantenida ayer les había deparado un módico triunfo. "Menem tuvo que reconocer que la primera designación de Barra había sido ilegal y su insistencia ratificó que sigue siendo el jefe del peronismo. No hay nuevos liderazgos: los demás hablan por radio, pero no hacen nada", evaluaban en el Frepaso. Un integrante del bloque de la coalición explicaba la diferencia de actitud entre Alvarez y Genoud. "Chacho recién llega y quiere demostrar que las cosas cambiaron. En cambio, Genoud arrastra seis años como jefe de bloque y sabe con qué bueyes está arando", sostuvo. Con la jura y asunción del polémico ex ministro, el PJ controla la AGN por una diferencia de cuatro votos a tres. "En la Alianza fueron muy ingenuos, volvieron a hacer política para los medios. Ni Chacho ni Duhalde trabajaron para que Barra no asumiera", afirmó un senador justicialista, que luego explicó: "Si Chacho lograba comprometer a Barra, que debía excusarse en caso de que hubiera investigaciones en privatizaciones en las que participó, nosotros teníamos que cambiar al auditor. Si Duhalde llamaba a los senadores que se decían duhaldistas para que no lo votaran, también hubiéramos tenido que cambiarlo. Pero nada de eso sucedió, así que no había motivo para volver marcha atrás".
|