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El País Por Juan José Aznárez La entrega se efectuó en las esclusas de Miraflores, a 10 kilómetros de la capital. Moscoso y Carter coincidieron en destacar que Panamá y Estados Unidos, abiertamente enfrentados en varios tramos de su historia, deben acometer una nueva relación bilateral, desde el respeto y el equilibrio. Los dos rechazaron las advertencias de quienes pronostican que Panamá no será capaz de administrar debidamente un canal de 76 kilómetros cruzado diariamente por 40 buques, ruta del 4 por ciento del comercio mundial, del 16 por ciento latinoamericano y el 15 por ciento del estadounidense. El 40 por ciento de las exportaciones de grano norteamericanas pasan un cauce que Panamá quiere modernizar y aprovechar económicamente con una inversión de 1000 millones de dólares. "Lo convertiremos en una empresa líder del comercio mundial", prometió la presidenta en un discurso integrador. El protagonismo histórico de Torrijos, que derrocó al esposo de Moscoso, el caudillo conservador Arnulfo Arias, y fue adversario del movimiento al que pertenece Moscoso fue recordado y reconocido por ésta con respeto. El difunto general, cuyo hijo, Martín Torrijos, asistió a los actos, negoció que la entrega definitiva tuviera lugar el mediodía del próximo día 31, pero fue adelantada para facilitar la asistencia del mayor número de gobernantes. Acudieron a Miraflores 1500 invitados, entre ellos los presidentes de Bolivia, Hugo Banzer, Jamil Mahuad, de Ecuador, Miguel Angel Rodríguez, Costa Rica, Ernesto Zedillo, México y Andrés Pastrana, Colombia. El rango de la delegación de Estados Unidos, la ausencia de su presidente y dirección política, disgustaron a la mayoría de los panameños, y al propio gobierno. Los Tratados de 1977 establecen que Estados Unidos podrá intervenir militarmente en Panamá, incluso con una decisión unilateral, si considera que peligra el canal inaugurado el 15 de agosto de 1914 y en cuya construcción participaron 75.000 personas. Carter desarrolló una lectura tranquilizadora de esta espada de Damocles. "Los tratados le dan a Estados Unidos el deber de defender el canal de agresiones externas, pero se entiende que esto será siempre en cooperación y a pedido de Panamá", subrayó el ex presidente demócrata en su discurso. "Que esto quede bien claro." Los historiadores coinciden en que quedó bien claro, en el Tratado de Neutralidad de 1977, el derecho norteamericano a la intervención. Las circunstancias cambiaron, sin embargo, ya que la protestada reserva se redactó durante la Guerra Fría con la desaparecida Unión Soviética. El rey, que regaló a la presidenta Moscoso una reproducción de planos del Panamá del siglo XVI, un libro sobre las colecciones de arte de la época y una fotografía dedicada en la que aparece con doña Sofía, recibió un tratamiento especial en la ceremonia y en la prensa. "Hacía tiempo que no teníamos un rey aquí", comentó un periodista. Don Juan Carlos manejó las perillas e interruptores del centro de mando de Miraflores que abren las puertas de 700 toneladas de las esclusas. Liberó 200.000 millones de litros y permitió el paso de un remolcador. "Majestad, tiene que estar muy pendiente", bromeó el ingeniero jefe durante la operación. También acompañó a Moscoso y a Carter en la cabecera de la mula mecánica que arrastra a los barcos hacia las esclusas, y en la que los gobernantes invitados efectuaron un breve recorrido. El canciller español Abel Matutes dijo que España aprueba las conversaciones de Panamá con Estados Unidos y la comunidad internacional para asegurar la defensa del canal y perseguir a los narcotraficantes que lo eligen para el ocultamiento de sus embarques. Panamá recibe del España el 50 por ciento del total de la cooperación recibida.
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