Por Raúl Kollmann
A
Cabezas lo mató la policía. Jefes, policías con mando, no como yo que no tenía
jerarquía. En la cava hubo un patrullero y varios autos más. Ellos mataron a Cabezas.
Era una mensaje: querían que el cuerpo apareciera así, esposado y quemado. Yo soy el
chivo expiatorio de esta historia. Del otro lado de la línea, desde Dolores, la voz
de Gustavo Prellezo suena firme, categórica. Es raro cuando dice la Policía,
siendo qué justamente él era oficial de la Bonaerense, es decir integrante de la
Policía. Por primera vez, el hombre imputado de asesinar a José Luis Cabezas se
defiende en serio y acusa a altos mandos de su propia fuerza. En la entrevista nombra al
ex jefe de la fuerza, Pedro Klodczyk y al poderoso comisario retirado Mario Rodríguez. En
algún momento del diálogo tampoco descarta la hipótesis de Yabrán, aunque la considera
poco probable. Prellezo se negó a dar algunos detalles sobre los hechos de aquel 25 de
enero porque .-adujo no quiero que los ladrones de Los Hornos tengan tiempo de
reacomodar su historia mentirosa. Pero en el juicio voy a hablar y con testigos y pericias
voy a demostrar que la historia esa es falsa, recontrafalsa.
No tenga dudas, el asesinato lo ordenaron jefes de la Bonaerense. Esos son los que
hicieron zafar al comisario (Alberto) Gómez, el jefe de Pinamar, que estuvo en el
asesinato. En la cava y en los alrededores hubo un patrullero y otros coches. Tengo
testigos e incluso tengo un testigo dentro de la policía sobre algunas cosas que se
hicieron con el arma. El problema es que tienen miedo. Piensan que si hablan se meten en
un lío tremendo, que los van a matar o que les van a arruinar la vida. Igual voy a
demostrar lo que digo con esos testigos y con peritos.
Pero Prellezo... usted llevó a los ladrones de Los Hornos a la Costa. ¿Por
qué lo hizo si no era parte del operativo del crimen?
Sí, yo los llevé bastante antes. No puedo decirle para qué, pero le aseguro que
no fue para hacer esa cagada.
¿Y para qué los llevó?
No se lo puedo decir.
¿Para robar y vender droga?
Le repito: no se lo puedo decir.
Usted afirma que fue a la Costa después del asesinato. Estuvo allá y trajo
de regreso a los horneros. ¿No le parece prueba suficiente?
Varios testigos me vieron llegar por lo menos una hora y media después del momento
en que la autopsia dice que mataron a Cabezas. Ahora le voy a hacer una pregunta yo:
¿usted cree que yo hubiera ido a la Costa sabiendo que esos pibes mataron a Cabezas?
¿Voy a correr semejante riesgo? ¿Usted cree que si sabía del crimen yo hubiera ido a
devolver la llave del departamento en el que estuvieron los horneros? Todo es un invento.
Si es un invento como usted dice, ¿quién está detrás?
Conocí perfectamente a los horneros. estoy seguro de que no estuvieron en la cava
ni siquiera en el secuestro. No saben hacer nada, no pueden robar ni un quiosco. Son unos
pobres pibes. Les dieron plata, 600 pesos por mes, y repiten una historia que los va a
llevar a la cadena perpetua. A ellos les siguen prometiendo que en dos años van a salir y
ellos se lo creen. Están muy mal de la cabeza.
¿Quién les promete? ¿Quién les paga?
Usted fíjese quién es el abogado, Fernando Burlando. Siempre trabajó para la
Policía. El ex comisario Mastandrea ya lo dijo: a Burlando le pagan la policía y
Duhalde. Burlando les da letra de lo que tienen que decir.
Deme un ejemplo.
Los horneros dicen que todo fue casualidad: que ellos no sabían nada, que los tiros
salieron solos, que todo estaba mal armado. Es mentira: no hubo casualidad. Fue un crimen
perfectamente organizado. Si algo hubierafallado, a Cabezas lo enterraban en algún lado,
hacían desaparecer el cadáver y se hubiese encontrado semanas y hasta meses más tarde,
cuando ya se habrían borrado buena parte de las pistas. Si hubiese habido un error,
hacían eso, se lo aseguro. Pero no. El plan fue el contrario: esposarlo, quemarlo
parcialmente, dejar el cadáver tirado por donde iba a pasar Duhalde. Fue un mensaje,
hermano. Un mensaje de la Policía.
Según usted fue un crimen policial. ¿Quién lo ordenó?
Se dice que Mario Rodríguez o el jefe de entonces, Pedro Klodczyk. Pero no tengas
dudas de que fueron altos jefes policiales, no un oficial de poca jerarquía como yo.
Además, no descarto que haya habido un tema de los jefes policiales y las drogas. ¿Cómo
puede ser que nunca se haya investigado nada? En la agenda de Cabezas había una
anotación referida a 50 kilos de droga. En Pinamar había pintadas que decían Gómez,
dejate de vender drogas en Ku, justamente acusando al comisario Gómez de la venta de
drogas. El estanciero Cibert dijo que Cabezas investigaba algo de Yabrán y las drogas.
¿Nunca se les ocurrió investigar la cuestión de las drogas? Eso de que a Yabrán le
molestaban las fotos de Cabezas no se lo cree nadie. Ni un pibe de cinco años.
¿Quién estuvo en la cava?
Sólo le aseguro que yo no estuve. Además, le insisto en que no le quiero dar
demasiados detalles. Los horneros cambiaron su historia diez veces y la cambiarían una
vez más si les adelanto los elementos que tengo. Le insisto. Este es un crimen de altos
jefes. Incluso le digo una cosa: como dice (Miguel) Bonasso en su libro, ¿usted cree que
si Yabrán hubiese mandado a hacer ese operativo hubiera utilizado gente como los
horneros?
Le vuelvo a hacer la pregunta, ¿quién estuvo en la cava?
Le digo otra vez que yo no estuve y que sé que hubo un patrullero y varios autos
más. Desde hace tres años quieren hacerle creer a la gente que en la cava hubo una
camioneta de pajareros. Nunca los encontraron. Eran policías. Es evidente que eran
policías. En la historia inventada por los que les dan letra a los horneros dicen que yo
entré en la fiesta de Andreani. Voy a demostrar que no estuve ahí. Mucha gente me
conocía en Pinamar. Si hubiera estado, no sólo me hubieran identificado. Me hubieran
dicho ¿qué hacés Gustavo?.
¿Qué me puede contar de las armas usadas en el crimen?
Por ahora no le puedo decir nada. Voy a hablar de eso en el juicio.
¿Hay otra arma? ¿Sabe dónde está porque trajo de vuelta a los horneros?
Le dije que voy a hablar de eso en el juicio.
¿Qué pasa con la máquina de fotos?
Mire, toda la historia es una maniobra. Es evidente que la cámara de fotos la
tenía la Policía y la tiraron al río cuando necesitaban que apareciera como verdadera
la historia de los horneros. Si los propios horneros habían dicho que la desarmaron, que
la fueron tirando. Y después apareció justito cuando la necesitaban. La cámara la
tenía la Policía.
Hay testigos que declararon que lo vieron preparando el asesinato con
Gregorio Ríos y los horneros.
Esos testimonios son increíbles. Nunca pisé el restaurante MacPapas, no lo
conozco. Todos los socios de ese restaurante, es decir los socios del testigo Manselle,
que dice que me vio ahí con Ríos, aseguran que Manselle es un mentiroso. Igual los
investigadores y el juez le creyeron. Es inconcebible. La señora Riera dice que me vio en
la casa de City Bell. Llaman a declarar al jardinero y el hombre reconoce que en la causa
dijo lo que Riera le mandó a decir y que él no vio nada. Igual a Riera la toman en
serio. Le repito por centésima vez: está todo armado.
Prellezo, esto no lo dijo nunca. ¿Por qué recién lo dice ahora?
Cualquier cosa que yo hubiera dicho, con el comisario (Víctor) Fogelman en la
investigación, me lo hubieran tirado a la basura. En este mismo juicio, en el primer
día, yo dije que la sentencia está escrita. Y creo que es así. Pero voy a hablar. Voy a
pelear con testigos y con pericias. En este proceso no se busca la verdad sino que se
juzga lo que dijeron los horneros.
Señor Prellezo, se lo voy a preguntar directamente: ¿usted mató a Cabezas
o estuvo relacionado con el crimen?
No, no, soy el chivo expiatorio. Estoy por pasar el resto de mi vida en la cárcel
por un crimen que no cometí.
NUNCA SE INVESTIGO A FONDO LA
PISTA POLICIAL
Un relato con puntos oscuros
Por R. K.
En el diálogo con Página/12,
Gustavo Prellezo dice que no tuvo nada que ver con el asesinato de Cabezas y siendo
integrante de la Bonaerense, acusa a los jefes de su propia fuerza de haber urdido el
asesinato. Sin embargo, la versión del policía tiene varios puntos oscuros que para nada
se aclaran en su versión:
u El sostiene que Los Horneros no participaron de la operación del crimen y que todo es
un invento. A primera vista, da toda la impresión de que los ladrones de Los Hornos sí
estuvieron en el momento del secuestro. Eso de por sí incriminaría a Prellezo, por
cuanto esos delincuentes solían robar y vender droga para él.
u Es posible que la banda no haya estado en la cava, ya que su relato es contradictorio y
tiene discrepancias con las autopsias. Es más, hay una fuerte impresión de que a Cabezas
lo mataron dentro del auto y después recién lo llevaron a la cava. Tal vez en este punto
Los Horneros mienten para mejorar su situación procesal e incriminar a Prellezo. Lo
cierto es que parece que tanto el policía como los ladrones actuaron en alguna parte del
plan y por lo tanto saben más de lo que cuentan.
u Prácticamente no hay reconocimientos de testigos que hayan visto a Prellezo en Pinamar
la noche del crimen, pero su ex esposa tácitamente lo relaciona con la operación del
crimen, lo mismo que los psiquiatras y algunos testigos más bien débiles. Habrá que ver
en el juicio la fuerza de esas pruebas.
u Prellezo sostiene que el crimen fue perpetrado por jefes de la Bonaerense y no le
adjudica papel a la mafia de Yabrán. En el juicio debería verse la consistencia de los
elementos que hay contra los custodios del supercartero.
Más allá de los puntos oscuros, los dichos de Prellezo vuelven a apuntar a la pista
policial. Efectivamente, esa pista nunca se si-guió como corresponde, por cuanto la
investigación estuvo en manos de la propia Bonaerense se sabe, policía no
investiga policía y de un juez más que propenso a escuchar lo que le decían desde
La Plata.
Los Horneros están dispuestos a hablar
ante la Cámara mañana |
Su abogado mencionó
una negociación con el gobierno bonaerense que fue desmentida.
Los acusados darían una nueva versión de los hechos. |
Gregorio Ríos, el ex custodio de Alfredo Yabrán, en su banquillo de
frente al Tribunal.
La audiencia de ayer consistió en una larguísima lectura de declaraciones
indagatorias.
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Desde Dolores
El abogado de la banda de Los Hornos, Fernando Burlando lanzó ayer la versión de que
existen negociaciones con la provincia de Buenos Aires para otorgarles a sus representados
la conmutación de sus penas en el caso, altamente posible, de que sean condenados por el
asesinato de José Luis Cabezas. En el Ministerio de Seguridad y Justicia de la provincia
bonaerense negaron rotundamente la existencia de esas negociaciones. La declaración de
Burlando, se relaciona con el trascendido que anticipa que Los Horneros podrían hacer uso
de su derecho de hablar mañana ante la Cámara, según fuentes de la alcaidía del
Tribunal. Los Horneros, el eslabón débil de la poco verosímil historia
oficial del asesinato del fotógrafo.
La audiencia de ayer fue larguísima y tediosa, consistente en la interminable lectura de
las declaraciones indagatorias prestadas ante el juez de primera instancia José Luis
Macchi. El agobiante calor reinante agravaba la somnolencia de los asistentes. Las mayores
novedades del día surgieron de declaraciones de los letrados realizadas en las calles
aledañas al tribunal. La más llamativa fue la del abogado de los integrantes de la banda
de Los Hornos. Fernando Burlando deslizó, tal vez con alguna intención, la versión
sobre una posible conmutación de penas para los cuatro horneros, Horacio Braga, Sergio
González, José Luis Auge y Héctor Retana. Según el abogado que comparte la defensa de
los ex ladrones de Los Hornos con Juan Martín Cerolini, existen negociaciones con la
provincia de Buenos Aires para concederles a sus defendidos la conmutación de pena. El ex
senador provincial por el PJ Carlos Martínez, cuyo nombre fue sugerido como interlocutor
en esas negociaciones, negó ayer a Página/12 que haya conversado con los defensores de
Los Horneros. En ningún momento participé de alguna conversación, no he hablado
nunca con los abogados, ni con nadie, afirmó Martínez, designado como
subsecretario de Justicia bonaerense y asumirá en dos días, cuando le tome juramento el
gobernador Carlos Ruckauf. El nuevo subsecretario de Justicia integró la comisión de
seguimiento del crimen de Cabezas del Senado bonaerense y proviene de Los Hornos la
localidad de Braga, González, Auge y Retana, en donde es un reconocido líder
justicialista. Ayer, negó haber dialogado con los defensores de Los Horneros, aunque
reconoció que conocía a Auge.
Fuentes cercanas al tribunal minimizaron la denuncia de Burlando opinando que la hizo
sólo para contener a sus defendidos y hacerles creer que está tendiendo hilos con el
poder político para garantizar su impunidad.
Las mismas fuentes aseguran que la relación entre el letrado y los ladronzuelos acusados
de haber participado en el asesinato pasa por un muy mal momento y redondean la versión
asegurando que los acusados están dispuestos a hablar el viernes ante la Cámara, que se
apartarán de sus anteriores indagatorias y que contarán hechos hasta ahora jamás
revelados. La localidad de Los Hornos está presente en otro de los rumores del juicio. De
allí es Graciela Funes, la cuñada de José Luis Auge, que en un primer momento había
declarado que en una fiesta de cumpleaños familiar se sacó una foto con la máquina
fotográfica de José Luis Cabezas. Después se desdijo, pero es posible que el próximo
lunes, para cuando fue citada como testigo, vuelva a afirmar que efectivamente utilizó la
cámara de Cabezas en una fiesta, bastante tiempo después del crimen.
El Coco no se rinde
El verborrágico ex empleado legislativo Carlos Coco Mouriño defendió ayer
al fallecido empresario Alfredo Yabrán y manifestó sus dudas de que en el juicio oral y
público que se sigue por el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas se haga
justicia.
Es más de lo mismo. Desgraciadamente, no sé hasta qué punto se va a hacer
justicia con la muerte de Cabezas, porque mientras se siga en esta misma tesitura, para
tratar de desentrañar las cosas oscuras que tiene este juicio, como la cámara, la
pistola voladora, la memoria de Gabriel Michi, creo que es más de lo mismo, afirmó
Mouriño a una radio. De entrada se le puso a esta muerte un instigador, y se sigue
en esta misma línea, agregó, en referencia al ex jefe de seguridad del empresario
telepostal, Gregorio Ríos, señalado como autor intelectual del crimen. Tal como lo hizo
entre mediados de 1997 y mediados de 1998, Mouriño volvió a defender enfáticamente a
Yabrán: Una cosa es que te digan que disfrazás empresas, y otra que te tiren
muertos... A él, el tema Cabezas le dolía de verdad.
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PODRIA INCLUIR LAS ACTIVIDADES DE YABRAN
El abogado anticipa un Cabezas II
Un segundo juicio por el crimen de Cabezas es posible, declaró Alejandro
Vecchi, abogado de los padres de Cabezas, al explicar que todas las pruebas que no son
centrales para el eje de la causa el secuestro y asesinato de Cabezas no
serán tenidas en cuenta en el juicio oral. Así, los informes sobre las actividades de
Alfredo Yabrán, las pruebas sobre la agencia de seguridad Bridees y la documentación que
prueba la existencia de una zona liberada quedarán afuera por no ser útiles
para el avance del juicio, según la acusación fiscal. Ayer, el juicio oral y público
continuó en los tribunales de Dolores con el expreso objetivo de acelerar los tiempos de
las audiencias.
Dos fechas preocupan al tribunal de la Cámara en lo penal. El 25 de enero y el 9 de
abril. La primera es la fecha simbólica, mediática, a la que los camaristas quieren
llegar con la sentencia ya dictada porque se cumplen tres años del asesinato de José
Luis Cabezas. En abril, en cambio, serán tres los años de detención de los imputados, y
si no son sentenciados hasta entonces podrían quedar en libertad. Esto explica el
singular apuro que se evidencia en la sala de audiencias de Dolores. Hasta las mismas
partes del juicio observan con sorna y preocupación, en privado, la velocidad que se le
está imprimiendo al juicio oral y público, que puede provocar errores procesales que
obliguen a realizar un segundo juicio. Esto es una topadora y están abriendo camino
haciendo las cosas a la apuradas, aseguró ayer a Página/12 uno de los críticos
del proceso. Y conspira contra la suerte de todo el juicio.
Alejandro Vecchi, abogado de la familia Cabezas, decidió dejar fuera del juicio varias
pruebas pedidas por él: los informes sobre Bridees y los indicios relacionados con las
actividades de Alfredo Yabrán, porque no tiene que ver con el eje de la causa. También
desistió de 13 testigos, contribuyendo a acortar el tiempo que insumirá el juicio. Ayer
se conoció que el pedido de nulidad presentado el martes por la defensora oficial Analía
Pepi cuando la obligaron a asumir la defensa temporalmente de Camaratta y Luna, a
pesar de defender a Redruello, fue rechazado por la Cámara. Aunque tuvo un voto a
favor, el del camarista Jorge Dupuy. Esto revela que el juicio está al borde de caer en
nulidades que obliguen a reveer todo lo actuado en esta instancia.
La Fiscalía de Estado de la provincia de Buenos Aires se notificó de la demanda por
1.400.000 pesos que interpuso Flavio Steck, uno de los Pepitos de Mar del
Plata, que estuvo más de 60 días detenido por errores en la etapa de instrucción. A
sólo tres días del inicio del desfile de testigos, la posibilidad de que una lluvia de
demandas contra el estado provincial por la investigación, interpuestas por los detenidos
que después fueron liberados, preocupa a los allegados al juicio.
La segunda jornada se completó con la lectura de las indagatorias de González, Retana y
Auge y la declaración de la testigo sospechosamente muerta Margarita Formigo, cabo de la
policía. |
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