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 Después de
muchas idas y vueltas, finalmente, Carlos Silvani fue confirmado al frente de la
Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). “Silvani nos dijo que hay
lagunas en la legislación, problemas en el régimen procesal, actitudes judiciales que
demoran la ejecución, y que no hubo suficiente respaldo político para una acción
concreta contra la evasión”, afirmó el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, al
explicar la designación del ex funcionario menemista, que él mismo había criticado
duramente por la evidente falta de resultados en la lucha contra la evasión. El ministro
de Economía, José Luis Machinea, que hasta hace día operaba en favor de otros
candidatos, también se esforzó por justificar el nombramiento: “Teníamos otros
candidatos si Silvani no aceptaba la propuesta de un nuevo directorio de la AFIP y el plan
antievasión que diseñamos, pero como aceptó lo confirmamos”, sostuvo. Más allá
de las declaraciones, Silvani contó con un voto de oro en su favor: el apoyo de Fernando
de Santibañez, el asesor preferido de Fernando de la Rúa.La ratificación de Silvani al frente del órgano recaudador, cargo que ocupa desde octubre de 1996, describió en las últimos semanas más de una vuelta. En un principio, el vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez confirmó la continuidad del ex funcionario del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, el mismo día en que se anunció oficialmente el gabinete de ministros, Terragno salió al cruce de esa decisión. Entonces, el flamante jefe de Gabinete consideró un fracaso la gestión de la AFIP de los últimos años a la luz de los más de 20 mil millones de pesos de evasión. Más aún, reclamó para su cartera un rol protagónico en el control de la recaudación impositiva, como fija la Constitución nacional, y aseguró que la continuidad de Silvani no estaba decidida. A partir de allí, se barajaron los más diversos candidatos y cada sector empezó a operar para ganarse la venia presidencial. El propio Silvani, un técnico del FMI de bajo perfil antes de llegar a la función pública de la mano de Menem, realizó una audaz jugada política. Primero amagó con hacerlo y luego presentó formalmente su renuncia al cargo. “Del comité no van a sacar ningún tributarista con nivel. Si quieren que me quede, me van a tener que volver a designar”, se jactó en el ínterin, ante un grupo de funcionarios de la AFIP. “Silvani aceptó la reestructuración de la AFIP dispuesta por Economía, así como el plan que coordinará y supervisará la Jefatura de Gabinete. Sobre esas bases, Machinea resolvió que debía continuar en el cargo y cuenta ahora con mi apoyo”, dijo ayer Terragno, quien convocó una conferencia de prensa para hacer el anuncio. Minutos antes, el jefe de Gabinete se había reunido con el propio Silvani y Machinea, una puesta en escena montada para contrarrestar el desgaste que le produjo la designación en los espacios de poder internos del Gobierno. Terragno explicó, además, que “se estableció un mecanismo por el cual el plan tendrá metas para su cumplimiento”. Insistió con que, si bien la AFIP dependerá en forma operativa del Ministerio de Economía, “el responsable político de la recaudación es la Jefatura de Gabinete”. En este sentido, afirmó que “en forma mensual el ministro de Economía y el titular de la AFIP me rendirán un informe sobre la marcha del plan”. Además, dentro del directorio de ocho miembros que tendrá la nueva estructura de la AFIP, la Jefatura nombrará un director de enlace con Economía. Machinea tampoco se apartó demasiado de ese libreto, al justificar una designación que no lo entusiasmaba. “Creemos que hubo un trabajo hacia adentro de la AFIP interesante. Se ha progresado mucho y de tres a seis meses estaremos en condiciones de que ese trabajo rinda sus frutos”, dijo. En tanto, para explicar la falta de resultados de la gestión Silvani en la era Menem, manifestó que “hubo dos fallas: por un lado, la falta de vocación política del gobierno anterior para llevar adelante la lucha antievasión; y por otro lado, problemas de legislación”. Consultado acerca de si el nombramiento era transitorio, fue categórico: “Tiene todo el apoyo del Poder Ejecutivo para desempeñar su tarea. No hayun plazo para su designación, simplemente está confirmado en el cargo”, respondió. En todo este tiempo, Silvani tuvo un aval de oro, el que le ofreció Fernando de Santibañez, jefe del consejo de asesores del Presidente. Con Terragno tirando de un lado de la cuerda y Santibañez del otro, Machinea habría evaluado que ponerse a hacer fuerza junto al jefe de Gabinete le hubiera ocasionado un costo demasiado alto para ser pagado en la primera semana en el poder.
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