Por Horacio Cecchi
El cuco de
la oscuridad volvió a agitarse sobre los porteños con sucesivos cortes de energía
eléctrica, que afectaron a más de medio millón de usuarios de Edenor y Edesur, las dos
empresas distribuidoras de electricidad, y llevó al gobierno nacional y porteño a exigir
explicaciones. Los problemas se iniciaron a última hora del martes, en el barrio de
Agronomía, donde la subestación de Edenor dejó de funcionar. El problema se extendió a
Villa Luro y Devoto. Cuando todo parecía solucionado, ayer por la mañana, un
cortocircuito en la subestación Puerto Nuevo, también de Edenor, dejó sin servicio a
270 mil usuarios propios y 290 mil de Edesur. Las empresas recibieron no sólo reclamos
del público: el presidente del ENRE, Juan Legisa, arrojó un lacónico no estoy
satisfecho con el servicio. Rafael Veljanovich, ombudsman adjunto de los porteños,
exigió un resarcimiento a los usuarios afectados. Por la tarde, el jefe de Gobierno
porteño, Enrique Olivera, muy preocupado llamó a una reunión a los ejecutivos de las
dos empresas para pedirles explicaciones sobre eventuales planes de contingencia.
Los tenemos asumió uno de los gerentes, pero a veces pueden quedar
desbordados.Los cortes afectaron a los usuarios de las dos empresas. Según explicó
a Página/12 un técnico de Edesur, la red eléctrica que originariamente correspondía a
un solo distribuidor (Segba) quedó subdividida, pero en algunas subestaciones los
sistemas están vinculados. Es lo que ocurre por ejemplo en la subestación Agronomía,
jurisdicción de Edenor, pero de la que se desprenden cableados que alimentan a usuarios
de Edesur de Villa Luro y Villa Devoto.Fue esa misma subestación la que a las 21.16 del
martes hizo el prenuncio de la crisis. Un desperfecto en un transformador,
señaló a este diario el gerente de Relaciones Institucionales de Edenor, Fernando
Lavore. Ayer, el secretario de Energía de la Nación, Daniel Montamat, indicó que se
trataba de dos transformadores y un cable subterráneo de 132 kilovatios. Lo cierto es que
hasta las 22.35 los tres barrios quedaron sin luz. Edesur señaló que fueron 57 mil
usuarios afectados en su sector. Lavore aclaró que la reposición fue casi
inmediata, lo que indica un alto nivel de mantenimiento e inversión.Apenas una
hora, 19 minutos sin luz y todo parecía olvidarse. Pero ayer, la situación fue más
crítica: a las 8.29, con media ciudad movilizándose hacia el trabajo, saltaron
nuevamente los tapones, esta vez en la subestación Puerto Nuevo que Edenor comparte con
la empresa Generadora de Electricidad Central Puerto SA. Una falla humana que
provocó un cortocircuito, informó Lavore e insistió en que en menos de una
hora quedó resuelto. El corte provocó la salida de servicio de semáforos en
calles y avenidas neurálgicas como Libertador, Figueroa Alcorta, Santa Fe, Juan B. Justo,
Córdoba y Belgrano, donde se produjo un pandemónium de taponamientos e insultos. El
subte D quedó interrumpido durante 45 minutos y Caballito, Villa Crespo, Parque
Centenario, Coghlan, Colegiales, parte de Belgrano y Palermo, Once, Boedo, Almagro,
Chacarita, Monserrat y el microcentro sin energía eléctrica. En total 560 mil usuarios,
270 mil de Edenor y 290 mil de Edesur, porque, como señaló el técnico, el caso de
Puerto Nuevo es otro ejemplo de redes vinculadas.El colmo llegó pasado el mediodía en la
zona de Tapiales (ver aparte) con un hecho desusado en la seguidilla de cortes. La
gravedad de la situación quedó destacada con las declaraciones del presidente del ENRE,
el organismo de control de las distribuidoras eléctricas: Se están haciendo
inversiones afirmó Juan Legisa por la mañana, pero acá hay problemas de
management, de control, por eso ordenamos dos auditorías muy profundas hace dos meses. Yo
no estoy satisfecho con la calidad del servicio. Desde que el servicio eléctrico
quedó privatizado el Enre multó a Edenor por 13.273.855 pesos, y a Edesur por
11.763.852. Sin contar los 61 millones que se cargaron a cuenta de esta última después
del febrero negro. Lamentablemente, episodios de esta naturaleza no son para nada
casuales denunció el ombudsman adjunto de Buenos Aires, Rafael Veljanovich.
La falta de previsión y mantenimiento, y la ausencia de controles del ENRE nos hacen
presumir que las empresas no están al nivel de lo que su función demanda. Y
exigió un resarcimiento a los usuarios. Pero la profundidad de la crisis quedó marcada a
las 16. A esa hora, muy preocupado, el jefe de Gobierno porteño Enrique Olivera citó a
su despacho al presidente de Edenor, Francisco Ponasso, y al gerente general de Edesur,
José María Rovira, y a varios integrantes del Gobierno. En la reunión Olivera exigió
participación de las dos empresas en el Comité de Crisis, integrado por Defensa Civil,
el Same, y otros organismos de emergencia. Preguntó si tenían un plan B, para una
contingencia señaló uno de los participantes de la reunión. Le respondieron
que sí, que lo tenían. Pero aclararon que a veces el plan de contingencia puede verse
desbordado.NOTA 19A
|