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El cordobes Ramon Mestre, interventor en Corrientes
Para apagar el incendio

El ex gobernador asumirá el lunes. Y dijo que no habrá más fondos que los del adelanto de la coparticipación. Los autoconvocados siguen en el puente.

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Terragno, Mestre y Storani juntos en la conferencia de prensa.
“Tengo el gusto y el honor de anunciar a Mestre”, dijo Storani.

Por Fernando Cibeira

t.gif (862 bytes) El ex gobernador de Córdoba, Ramón Mestre, asumirá el lunes como interventor federal en Corrientes, designado por Fernando de la Rúa. Luego de un extenso cónclave en la Rosada, al que se fueron agregando ministros hasta casi improvisar una reunión de gabinete, el ministro del Interior, Federico Storani, aseguró, en un tono muy formal, tener “el enorme gusto y honor de anunciar que esta difícil misión será desempeñada por Ramón Bautista Mestre”. El ex gobernador dijo sentir “una enorme responsabilidad” por la tarea encomendada y que su objetivo era “volver a la normalidad institucional en Corrientes”. No lo tendrá fácil. Por la noche, un millar de autoconvocados correntinos continuaban cortando el Puente General Belgrano y sostenían que no levantarían los piquetes hasta que le aseguren que cobrarán los cinco meses de sueldos que les adeudan.
El miércoles a la medianoche, el Congreso aprobó en trámite ultrarrápido la intervención a Corrientes, una medida decidida por De la Rúa luego de considerar que se habían agotado las instancias de negociación entre las partes en conflicto. Ninguno de los dos autoproclamados gobernadores interinos –el justicialista Hugo Perié y el liberal Carlos Tomasella– cedían posiciones mientras que las rutas de acceso y salida de Corrientes estaban cortadas por las protestas, llevando la provincia al aislamiento.
Una vez resuelta la medida, el próximo problema para De la Rúa fue dar con el nombre adecuado para hacerse cargo de la crisis. Su reflejo primario fue ofrecerle el cargo al ex ministro de Alfonsín, Ideler Tonelli, quien se desempeñó como el último interventor a Corrientes durante el gobierno de Carlos Menem. Como Tonelli respondió que no, al Presidente le llevaron la propuesta de Mestre. El ex gobernador cumplía con los requisitos que buscaban en la Rosada: probada experiencia como administrador y ninguna vinculación con la clase política correntina.
Según uno de los funcionarios que formó parte de la seguidilla de reuniones por el tema, en un principio De la Rúa no se mostró muy convencido. “El pensaba en un administrador más disciplinado”, argumentaba el funcionario, haciendo referencia al reconocido carácter fuerte de Mestre. “Pero para Corrientes hace falta eso”, se respondía el funcionario, que recordaba los canales de diálogo que intentaron crear con los cabecillas de las protestas, sin ningún resultado.
Ayer a las 10.30, Storani aseguró que el nombre del interventor se conocería en cuestión de “minutos o de horas”. En total, fueron 11 horas las que mediaron con el anuncio, que se consumieron entre la llegada de Mestre desde Córdoba y la reunión que congregó a varios ministros en la Rosada. Buen conocedor de las dificultades que deben atravesarse para financiar una provincia –debió hacer un fuerte ajuste en Córdoba–, Mestre extenuó con sus preguntas a los informantes sobre la crisis correntina. Además de Storani, llegaron hasta allí el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno; el ministro de Economía, José Luis Machinea; el ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra; la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide; el ministro de Infraestructura y Vivienda, Nicolás Gallo; y el secretario de Provincias, Walter Ceballos, más otros secretarios y subsecretarios.
En la conferencia de prensa posterior, Mestre aceptó que no habría más fondos que los 90 millones de pesos que ya fueron aprobados por el Congreso para ser girados en concepto de adelanto de coparticipación. “No existen más recursos”, sinceró el flamante interventor. Pero igual se aseguró que habrá un inmediato envío de 30 millones con el que espera empezar a saldar parte de la deuda con los empleados públicos antes de fin de año y pagar los sueldos de diciembre en la primera quincena de enero.
Más allá de la necesidad de efectivo, Mestre se aseguró que contará con el apoyo total de la Rosada. “Lo vamos a ayudar más en especies que otra cosa”, comentaba luego un ministro. Para aliviar la emergencia correntina, el Gobierno pondrá en marcha un urgente plan de contingencia social que incluirá desde cajas de alimentos y programas de empleo hasta planes de vivienda y pavimentación para generar puestos de trabajo. Además, se diagramará un proyecto de refinanciación de deudas y se ofrecerá un plan de pago a los correntinos, en los que se comenzará a saldar con quienes perciben los sueldos más bajos. Terragno explicó que el plan estará bajo la coordinación del secretario Ceballos, que se encargará de distribuir la ayuda que enviarán desde Interior, Infraestructura, Salud y Desarrollo Social.
La ilusión del Gobierno es que Mestre asuma el lunes sin piquetes en las rutas, un horizonte que por ahora se presenta tormentoso. Sin precisar la fuente, Storani aseguró que “el 75 por ciento de los correntinos está de acuerdo con la intervención”. Y buscó ganarse la simpatía de “un pueblo que ha sufrido en todos estos años y fue estafado por la corrupción y las malas administraciones”, dijo. Pero también remarcó los límites para las protestas y los cortes de ruta: “Lo único que no vamos a hacer en este Gobierno es dejar de gobernar”.

 

BREVE HISTORIA DE RAMON MESTRE
Malhumorado y mandón

Por Santiago Rodríguez

t.gif (862 bytes) Malhumorado y mandón. Tan así es Ramón Mestre, que ninguno de sus correligionarios se animó a afirmar que iba a ser el interventor de Corrientes hasta que Fernando de la Rúa anunció su designación. “Guarda con el Chancho que si no le llegan a dar algo de lo que pide, es capaz de levantarse de la mesa y dejarlos pagando”, especulaban anoche en la misma Casa Rosada mientras transcurría la reunión que el Presidente y varios de sus ministros mantuvieron con el ex gobernador cordobés para ultimar los detalles de su desembarco en Corrientes. Pero así como le reprochan su estilo y su obstinación, no hay radical que se atreva a poner en duda las condiciones de administrador que Mestre exhibió en Córdoba.
“Capacidad de administración probada y ninguna vinculación con Corrientes.” Si era el perfil de interventor –y lo era– que buscaban los hombres del Ministerio del Interior, Mestre aparecía como uno de los mejores posicionados para hacer frente al descalabro correntino.
Mestre asumió la intendencia de Córdoba en 1983. Entonces, el municipio estaba preso de un contrato leonino con una empresa recolectora de basura de los Macri y la sede de la comuna ocupada por los empleados. Mestre no titubeó: revocó el contrato y desalojó a los municipales y al año ya había inaugurado 33 escuelas.
Aquella no fue una excepción: Mestre ha demostrado a lo largo de su carrera ser expeditivo y no tener contemplaciones. Ocho años más tarde -tras dos mandatos consecutivos como intendente– saltó a la gobernación de Córdoba. Recibió de manos de su histórico rival, Eduardo Angeloz, una provincia caótica en la que se imponía un ajuste y lo hizo.
“Yo eché de la administración pública a 16 mil radicales”, reconoció el año pasado en el último tramo de su campaña por la reelección –cuando las encuestas comenzaron a anticipar la que sería su derrota a manos del peronista José Manuel de la Sota– y aseguró también que muchas de esas medidas no lo dejaron dormir. Lograr el tono humano y autocrítico con el que apareció en aquel spot televisivo le demandó tres días de filmación, pero ya era tarde: los cordobeses ya lo tenían catalogado “como un tipo hosco, que choca con todos y no sabe buscar consensos” y de nada le sirvió haber inaugurado tantos hospitales durante su gobierno, una obsesión que aquellos que lo conocen vinculan a su profesión de médico odontólogo.
Su obstinación lo llevó también a erigirse en el más acérrimo opositor de la constitución de la Alianza. Tras la derrota, muchos le reprocharon no haberse aliado con el Frepaso, así como también su buena relación con Carlos Menem. Fiel a su estilo, Mestre no dio el brazo a torcer y dijo que había perdido porque “en la sociedad se instaló la idea de que debía producirse una alternancia después de 16 años de gobierno radical”.

OPINION
Ajuste con tooonada
Por Mempo Giardinelli

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