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En el último segundo pararon los aumentos de Alderete

El segundo día de la intervención en el PAMI, Felgueras se encontró
con los sueldos de diciembre liquidados con suculentos aumentos.
Hoy tratarán de frenar la privatización de los servicios médicos.

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La interventora del PAMI, Cecilia Felgueras, no encontró ni las llaves para abrir archivos.
Empezaron las conversaciones para levantar el paro de los médicos de cabecera que lleva cuatro meses.

Por Laura Vales

t.gif (862 bytes) Además de cajones vacíos, Víctor Alderete dejó en el PAMI un territorio minado. Eso deben haber sentido ayer las nuevas autoridades de la obra social en su segunda jornada de trabajo; en principio, porque descubrieron que alguien les había ahorrado el trabajo de liquidar los sueldos de diciembre incluyendo en ellos más de cuatro mil aumentos de última hora y recategorizaciones que Alderete repartió antes de irse. Apenas repuestos de la sorpresa, los interventores detectaron que esos beneficios, listos para ser pagados, ni siquiera habían sido refrendados por el directorio del instituto. Y dieron la orden de dejarlos sin efecto. Mientras tanto, en una carrera contrarreloj, terminaron de redactar un escrito que esta mañana presentarán ante la Corte Suprema para desarmar lo que consideran la herencia más pesada de la gestión anterior: el plan para traspasar a manos privadas los servicios médicos destinados a cuatro millones de jubilados.
Como se recordará, en el centro de este proyecto hay un negocio millonario por el que tres gerenciadoras pueden llegar a administrar el grueso de las prestaciones de salud. El plan llegó a licitarse y en enero de este año se declaró ganadoras a las empresas Siglo XXI, Argentina Salud y Plan Azul. Pero el traspaso nunca llegó a concretarse: el mismo día en que Alderete anunció los resultados de la compulsa, la Justicia hizo lugar a una impugnación presentada por la Defensoría del Pueblo porteña que congeló el proceso. La defensoría consideró que los pliegos de la licitación habían sido armados para beneficiar intereses que no eran precisamente los de los jubilados, y a partir de entonces comenzó una guerra judicial en la que Alderete puso todas sus energías en destrabar la virtual privatización del PAMI. Después de una serie de apelaciones, el caso llegó finalmente a la Corte, que debe dirimir si da vía libre o no al traspaso.
Con el escrito que hoy se presentará ante el máximo tribunal, las nuevas autoridades del PAMI desistirán de la apelación planteada por Alderete. Es decir, le dirán a la Corte que no están de acuerdo con el sistema ideado por la gestión anterior para poner en manos de tres intermediarias la atención de los jubilados. Por el contrario, los planes de la Alianza pasan por eliminar progresivamente el sistema de gerenciadoras para que el PAMI vuelva a contratar de manera directa a médicos de cabecera, clínicas y sanatorios. Consideran que de esta manera no sólo se ahorrará dinero sino que también se podrá controlar mejor la calidad de los servicios y se terminará con importantes focos de corrupción.
En las últimas semanas hubo versiones que indicaron que la Corte aprobaría este traspaso de los servicios a manos privadas. El tema es una de las preocupaciones centrales del Gobierno, que considera el saneamiento del PAMI como una cuestión de Estado.
Pero está claro que en este camino habrá no pocas dificultades. Ayer, por si quedaba alguna duda, se hizo evidente que a las nuevas autoridades del PAMI hasta lo más sencillo se le volverá complicado. Por empezar, se encontraron con que los archivos donde Víctor Alderete guardó los contratos de la obra social estaban protegidos por fuertes cerraduras. Y en el edificio de Perú y Diagonal Sur nadie parecía saber dónde estaban las llaves para abrirlas.
Mientras tanto, hubo conversaciones con los ministros de Salud de varias provincias para garantizar que los beneficiarios tuvieran atención en todo el país. El médico sanitarista Angel Tonietto, que integra la intervención junto a Felgueras y el economista Horacio Rodríguez Larreta, explicó a este diario que hoy el ministro de Salud, Héctor Lombardo, firmará un decreto para declarar el estado de emergencia sanitaria. En concreto, la medida significa que los hospitales públicos deberán reforzar sus servicios y que los gastos que deban afrontar serán asumidos por el instituto. La emergencia estará vigente hasta tanto se superen losconflictos con los prestadores, ya que la situación generalizada es que en el PAMI sólo están funcionando las emergencias médicas, mientras que el resto de las prestaciones están cortadas o sufren graves deficiencias.
Tonietto también mantuvo conversaciones informales con los médicos de cabecera, que están en paro hace cuatro meses por un atraso en los pagos y a última hora de anoche decidían en asamblea si levantarán la huelga. “Compartimos el proyecto de salud de la intervención” explicó Héctor Almada, secretario general de Appamia; “pero hay muchos médicos que están temerosos de levantar las medidas de fuerza sin haber firmado un preacuerdo. El miedo concreto es que nos den un pagadiós, es decir que las promesas no se concreten”. En el mismo sentido, Vicente Federico –titular del Sindicato Médico de la Argentina que nuclea a unos 400 profesionales– aseguró hoy que en su gremio están “esperanzados” con la intervención; “hemos solicitado una audiencia con las nuevas autoridades y esperamos que esto mejore, aunque peor de que lo que dejó (Víctor) Alderete nunca podría estar”, concluyó el médico.

 

Comisión investigadora
“Este déficit fue originado por prácticas corruptas, como fue la utilización de los fondos del PAMI para la actividad partidaria y la contratación de empresas inexistentes por las cuales se pagaron cápitas excesivas.” Así expuso ayer el diputado de la Alianza Alfredo Villalba parte de las razones que lo llevaron a presentar un proyecto de ley que propone la creación de una comisión investigadora de los contratos de gerenciamiento del PAMI e impulsa una conciliación obligatoria de las deudas para la regularización de la obra social con sus acreedores. “Ante una administración que llevó a la obra social de los jubilados a un déficit crónico que provocó la suspensión de las prestaciones y la falta de provisión de medicamentos, es urgente su tratamiento para no poner más en riesgo la vida de los mayores”, añadió Villalba. Pese a todo, fuentes del Gobierno dijeron que la propuesta no tiene demasiado sentido porque la Sindicatura General de la Nación y la Auditoría General de la Nación ya están trabajando en el tema. Y el lunes se sumará la Oficina Anticorrupción.

Terceros afuera
La virtual privatización de los servicios médicos del PAMI fue duramente cuestionada desde un comienzo. Cuando a principios de este año la Defensoría del Pueblo porteño impugnó las licitaciones de tres gerenciadoras, cuestionó algunos puntos centrales de los pliegos. Señaló, por ejemplo, que a los jubilados no se les garantiza el acceso a la información mínima para poder elegir a qué Red de Salud afiliarse. Agregó que no existen mecanismos eficientes de control que garanticen el suministro de una buena calidad de atención médica por parte de las redes. Indicó que tampoco está claro cómo se va a sancionar a los grupos empresarios en el caso de que no brinden prestaciones. Otro de los puntos de la impugnación estaba centrado en que los médicos de sanatorios subcontratados por la administración de salud no tenían una completa garantía de cobrar por sus servicios. Por último se cuestionó el monto de la indemnización con la que se beneficiarían las redes ante la rescisión de los contratos; aunque esto fue modificado por Víctor Alderete –que rebajó el resarcimiento de 600 a 160 millones–, la cifra sigue siendo considerada excesiva. A todo esto se sumaron las críticas de no pocos especialistas que decían que las ganancias de las empresas a cargo del sistema serían abusivas.

 

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