Por Victoria Ginzberg
La
Subsecretaría de Derechos Humanos sigue vacante. El ex vocero de Raúl Alfonsín Federico
Polak, quien era el candidato más fuerte para ocupar el cargo, rechazó el ofrecimiento
que le hizo el ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra. La noticia causó cierto alivio
entre los organismos de derechos humanos, que habían expresado, por cartas enviadas al
ministro y al presidente Fernando de la Rúa, que Polak no reunía los requisitos
necesarios para el desempeñarse en ese puesto.El miércoles Página/12 anunció que
Polak, abogado experto administrativista y miembro de la Mesa Directiva de la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos (APDH), podría convertirse en el subsecretario de
Derechos Humanos del nuevo gobierno. Efectivamente el cargo me fue ofrecido, pero lo
pensé y decidí rechazarlo, aseguró ayer Polak a este diario. Su renuncia dejó
sin candidato al área de derechos humanos, uno de los pocos lugares relevantes que aún
siguen vacíos en el organigrama del nuevo gobierno. Antes de hablar con Polak, Gil
Lavedra le había ofrecido el puesto a la diputada frepasista Diana Conti. Pero esa
designación no conformaba a De la Rúa, quien recordó que Conti firmó el proyecto por
la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que el año pasado causó
una crisis dentro de la Alianza. Hasta ahora, no circulan otros nombres para el cargo,
aunque algunos dirigentes de derechos humanos mencionaron a Simón Lázara como uno de los
posibles candidatos. En las cartas que siete agrupaciones enviaron el miércoles por la
tarde a Gil Lavedra y De la Rúa mencionaron que Conti reúne las condiciones que le
faltan a Polak. Al enterarse de la posible designación del ex vocero de Alfonsín,
los miembros de los organismos de derechos humanos empezaron a sentirse preocupados.
No tiene antecedentes en el tema y la única vez que habló fue para criticar la
detención de Pinochet. No nos daba garantías, expresó Estela Carlotto, presidenta
de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo. A pesar de pertenecer a la APDH, Polak no
tiene actualmente una militancia activa en el movimiento de derechos humanos. De hecho,
muchos de los dirigentes desconocían sus antecedentes. En cambio recordaban, como lo hizo
Carlotto, que había escrito una columna criticando la detención del dictador Augusto
Pinochet por orden del juez español Baltasar Garzón. Si el alejamiento de Polak
tiene que ver con la opinión de los organismos, la decisión me parece sabia. Sería
bueno ahora que el ministro de Justicia se reúna con los organismos, que en lugar de
tomar una determinación política nos escuchara, porque por la experiencia que tenemos en
el tema podemos hacer muchos aportes positivos, aseguró Adolfo Pérez Esquivel. El
premio Nobel de la Paz y dirigente del Servicio Paz y Justicia (SerPaj) dejó claro que
los organismos pretenden reivindicar la subsecretaría como un espacio donde participar o,
al menos, poder dialogar permanentemente con el Gobierno. Marta Vázquez, de Madres de
Plaza de Mayo, Línea Fundadora, manifestó que esperan que quien ocupe la subsecretaría
sea una persona conocida, que tenga la vida empeñada en la defensa de los derechos
humanos.Por su parte, el director del centro de Estudios Legales y Sociales (CELS),
Martín Abregú, aseguró que la designación de Polak molestaba a los organismos porque
temían que se repitiera lo que hizo el menemismo con Inés Pérez Suárez, a quien
nombraron en la subsecretaría porque le debían favores de la campaña. Más
allá de lo bueno o lo malo de la gestión de Pérez Suárez, no es la manera en que un
funcionario debe ser elegido, manifestó Abregú.
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