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Por Facundo Martínez ¿Por qué quiere volver después de estos cuatro años? Tengo expectativas y ganas porque me preocupan los problemas del club y esta conducción desacertada y contraria a los intereses de Boca. Además, sé que hoy el aporte personal no sería el mismo: antes, nosotros empezábamos de cero, mientras que ahora tenemos mucha experiencia acumulada. Usted ha sido siempre muy crítico de la gestión de Macri. ¿Por qué? Porque nosotros estamos en contra de las sociedades anónimas, del Fondo Común de Inversión y del abandono del rol social de la institución. ¿Qué es lo primero que haría si gana las elecciones? El tema de la propiedad de los jugadores es clave. Nosotros hemos transitado el camino de los jugadores compartidos, mixtos, prestados... Pero cuando empezamos era un fenómeno casi folklórico. Hoy son empresas, grupos económicos que terminan teniendo más poder que el club. En nuestra plataforma esto es terminante: sólo vamos a tener jugadores del club. ¿Qué harían con los jugadores que hoy son del Fondo? Primero hay que ver cómo termina lo del Fondo. Lo tiene que decidir la Justicia. Habría que devolverles a los cuotapartistas su porcentaje para que automáticamente los jugadores pasen a ser del club. ¿Algo así como lo de Vélez? La propiedad plena de los jugadores permite planificar las ventas. Se puede vender un jugador por año y no seis o siete. Yo he hablado mucho con Raúl Gámez sobre esto. Lo que no quiero es vender un jugador a un empresario y que éste lo venda después por mucho más a otro club. ¿Cuál es para usted el rol del dirigente? Defender el patrimonio del club. Ahora los clubes parecen ser la vidriera de jugadores para que los empresarios hagan sus negocios. ¿Dirigentes vocacionales o profesionales? Creo que la combinación adecuada es el gerenciamiento profesional eficiente, con la dirección amateur institucional. Una entidad sin fines de lucro no está impedida de tener un elenco gerencial de primer nivel. Tiene que haber un buen gerente general, un buen gerente financiero, pero la política debe estar siempre en manos de los dirigentes. ¿Qué balance económico dejó usted cuando terminó su gestión? Dejamos un balance superavitario, sin pasivos vencidos, totalmente al día, y con un pasivo total de menos de la mitad del que hay actualmente, que es de 42 millones de dólares. ¿Macri dice que la deuda es de 15 millones? El pasivo se compone de deudas a proveedores y a jugadores, y deudas por obligaciones en hacer. Los directivos de Boca dicen que ésas no son deudas, pero en realidad lo son. Si uno vende derechos televisivos, que ya cobró, los debe. Es cierto que hay deudas vencidas, las exigibles, y deudas a vencer. Dentro del pasivo exigible, aparecen en el balance más de 10 millones de deudas vencidas. Eso significa que hay problemas: un atraso en el financiamiento. Y el grueso de la deuda es con el plantel y técnico. ¿Si Boca debe 42 millones, por qué se opone a lo de los avales bancarios? Macri puede avalar con su patrimonio lo que quiera o donar toda la plata que quiera para sanear el quebranto. Es mentira que le prohibimos hacerlo. Nos oponemos a la obligatoriedad. Además, porque no se trata de un aval por la gestión sino por la variación patrimonial que, por ejemplo, se puede dar con una devaluación de la moneda o una huelga de jugadores. ¿Alegre y Heller comprarían jugadores? Yo estoy convencido de que no se vendieron más jugadores porque hay elecciones. Ahora, desde afuera, no puedo responder esa pregunta. Si ganamos, primero debería hablar con Carlos Bianchi. ¿Y los juveniles? ¿Dónde están? El único que salió de las inferiores es Arruabarrena y llegó con nosotros. Ellos no promovieron uno. Los otros son comprados, como Riquelme, La Paglia, Samuel; para eso no hay que traer a Griffa y gastar cinco millones por año. Ese proyecto, hay que reconocerlo, fue un fracaso. La realidad es que no hay. ¿Que piensa de Bianchi? Su relación con la actual comisión directiva no es buena; ellos no le perdonan que haya bancado a los jugadores en sus reclamos. Creo que con nuestra llegada esa relación, que está desgastada, se va a recrear. ¿Bianchi fue fundamental para el éxito? Creo que sí. Porque Boca era un desastre, una torre de Babel total. Hay que acordarse del cabaret de Latorre, de la pelea de Gustavo Barros Schelotto con Veira, de Riquelme diciendo que Macri era un mentiroso. Después, vino Bianchi y lo arregló todo. Macri dice que usted obra de mala fe. Yo podría hablar muchísimas cosas de Macri como persona o como empresario y me he cuidado mucho de hacerlo. Sólo me refiero a él como presidente de Boca. Yo no hablo de los conflictos legales que tiene, ni de las empresas en las que participa. El, sin embargo, se ha metido con mi profesión y con mi actividad, y por eso le estoy iniciando una querella. ¿La campaña publicitaria no le parece un poco agresiva? No es agresiva, más bien es divertida. No decimos nada ofensivo; decimos de una manera llamativa lo que en la plataforma decimos seriamente. ¿Qué club quieren con Alegre? Un club donde se respete la historia, la tradición y el sentimiento boquense; que sea dueño de su destino, de su patrimonio y de sus decisiones, y que no dependa de un tercero ni para comprar o vender jugadores ni para hacer un museo. ¿Por qué quiere hacerse cargo de un club que a su entender está mal económicamente? Todavía no es un muerto, es sólo un enfermo grave. La otra vez nos tocó llegar a revivirlo. Le tuvimos que hacer respiración boca a boca, pero creo que ahora se puede pilotear. Lo que hay que hacer es tomar decisiones correctas, pero ahora. Se ha duplicado la deuda; si hacen lo mismo en los próximos cuatro años, entonces la situación puede ser muy grave. ¿Qué piensa del futuro de Macri en la política? Alegre siempre cuenta que, en 1995, Macri le dijo que tenía la aspiración de hacer una transición en Boca para después pasar a la política, que quería ser intendente o presidente de la Nación. Yo creo que, si gana, Macri no va a completar los próximos cuatro años. El aspiraba a ser el aglutinador de las fuerzas peronistas para disputarle la Ciudad a la Alianza, pero esa alternativa parece estar más cerca de Cavallo; así que fuera de eso creo que no tiene adónde ir. Por eso Boca parece ser un buen lugar. Obviamente, si pierde, sus chances políticas podrían quedar dañadas. ¿Hay posibilidades de ganar el torneo? Un partido lo puede ganar cualquier equipo. El fútbol no es lógico. Chacarita perdía 4 a 2 faltando cinco minutos y empató. Entonces, no es una cosa imposible de pensar. ¿Gana Boca, ganan Alegre y Heller, y pierde River? Eso sería maravilloso.
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