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LA CRISIS DEL PUENTE SACUDIO AL GOBIERNO DESDE LA MADRUGADA
El infierno visto desde la Casa Rosada

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Storani se enteró del comienzo de la represión  poco después de las cuatro de la mañana. De la Rúa sólo abandonó el tema una vez en el día.


Por Sergio Moreno
t.gif (862 bytes)  Federico Storani conversaba con un colaborador cuando la secretaria entró con un celular en la mano y un papelito indicando quién llamaba. "¿Así que te gustó? Bueno, muchas gracias." El ministro del Interior acababa de recibir una comunicación del Presidente Fernando de la Rúa para comentarle la conferencia de prensa sobre Corrientes que había ofrecido en el Salón de los Bustos de la Casa Rosada.

La mañana en que cumplió su primera semana en el cargo comenzó temprana y amargamente para el ministro. Pasadas las 4 de la madrugada, el jefe de su custodia despertó a "Fredy" para transmitirle una llamada del comandante de gendarmería Ricardo Chiappe, al frente de las tropas federales en Corrientes, con las noticias del puente.

Tras los informes de rigor y las llamadas cruzadas con el viceministro, Carlos Becerra; con el secretario de Seguridad, Enrique Mathov; con el secretario de Asistencia Financiera a las provincias, Walter Ceballos, y con el interventor designado, Ramón Mestre, el ministro llamó al Presidente para ponerlo al tanto de la dimensión de los choques en el puente General Belgrano y en los barrios adyacentes.

Los informes contradictorios que partían desde la capital correntina causaban escozor. De tres muertos iniciales la cifra se elevó a cinco, entre ellos una mujer embarazada, de unos 35 años, que había fallecido --se dijo-- asfixiada por los gases lacrimógenos con los que la Gendarmería regó todo el lugar. Finalmente, los muertos comprobados al cierre de esta edición fueron dos, pero no por ello disminuyó la magnitud de la tragedia.

Para tratar de poner un poco de claridad en la confusión, los servicios de seguridad buscaban precisiones sobre las víctimas y los detenidos. Desde Interior llamaron a todos los hospitales para chequear datos y confirmar número de víctimas.

Hubo un momento en que los funcionarios sintieron que la crisis se podría agravar. Fue alrededor de las nueve y media de la mañana, cuando el periodista Néstor Ibarra puso al aire por radio, en simultáneo, al gobernador interino Hugo Perié (PJ) y al ex mandatario y ex intendente de Corrientes, actualmente detenido en una clínica, Raúl "Tato" Romero Feris, del Partido Nuevo. Ambos se trataron de "buchón", "ladrón" y otras delicias. El conductor optó por sacarlos del aire mientras seguían insultándose mutuamente.

La dureza del cruce indujo a los funcionarios aliancistas a desatar una catarata de declaraciones para tratar de calmar los ánimos.

De la Rúa sólo robó un poco de tiempo al tema excluyente del día cuando recibió a Fernando de Santibañes, probable titular de la Side (ver página 10), y a Víctor Savanti, miembro del consejo asesor que inventó el ex banquero amigo del Presidente. Después, todo fue Corrientes en la jornada del Presidente. Decenas de reuniones y minirreuniones con Storani, Mestre y el equipo de Interior se sucedieron a partir de las 10,30.

Antes del mediodía, De la Rúa tomó su lapicera y redactó un escueto comunicado expresando su "gran dolor" por los muertos y los heridos, que su vocero Darío Lopérfido se encargó de leer ante la prensa minutos después. "El Presidente expresó que todos debemos lamentar las manifestaciones de violencia en la provincia de Corrientes, poner el máximo empeño en restablecer cuanto antes la paz social y el orden legal para seguridad de todos los ciudadanos", indicó Lopérfido, y opinó que "hay grupos que están en algunos casos funcionando con francotiradores, que pareciera que no pertenecen a la provincia".

Por la tarde, el Presidente recibió al jefe de gabinete, Rodolfo Terragno, y al gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, que no dejó pasar la oportunidad para aparecer y dar su apoyo moral. Mientras tanto, Storani coordinaba telefónicamente con Graciela Fernández Meijide, ministra de Acción Social, el envío de medicamentos y ayuda humanitaria para la provincia, a la vez que recibía los partes de las fuerzas de seguridad describiendo el clima en la capital correntina cada 15 minutos.

Para que el mensaje cicatrizante llegase alto y claro hasta el litoral, el titular de Economía, José Luis Machinea, describía en rueda de prensa las características de la ayuda financiera destinada al distrito.

En ese momento --eran las cuatro de la tarde--, Mathov atravesó como una tromba el Salón de los Bustos, dobló a la izquierda y se metió en el despacho de Storani. Diez minutos después llegó Mestre, los ojos saltones, enrojecidos, el traje azul desabrochado, la mirada acuosa. Adentro esperaban, además, Ceballos y Becerra.

Tras el encuentro, Storani y Mestre partieron a una nueva reunión con De la Rúa, donde luego de repasar la situación de último momento se pergeñó la conferencia de prensa de media tarde en la que el ministro y el interventor ofrecieron la versión oficial. Lopérfido bajó para coordinar los detalles y los funcionarios se reunieron con los periodistas en el Salón de los Bustos.

Mestre irá el lunes a Corrientes, pero Storani decidió enviar a la provincia hoy a primera hora a Cevallos, que viajará acompañado de algunos funcionarios, los equipos técnicos que lo asistirán hasta que llegue el ex gobernador cordobés. Cevallos realizará una serie de anuncios y llevará consigo la segunda tanda de los fondos que la Nación aportará al distrito intervenido.

Por la noche, entre las 21 y las 22, el ministro del Interior recibió a Rodolfo Daer, titular de la CGT, a Juan José Zanola, del gremio bancario, Oscar Lescano (Luz y Fuerza) y los jefes del MTA, el camionero Hugo Moyano y el colectivero Juan Manuel Palacios. A diferencia de la CTA, que convocó a un paro para el lunes en repudio de la represión desatada bajo el puente Belgrano, los "gordos" de la CGT y el MTA no hablaron medidas de fuerza.

Al cierre de esta edición, el Presidente, el ministro del Interior y sus colaboradores seguían en la Casa Rosada. En Corrientes, el paso por el puente estaba restablecido y dos familias velaban a sus muertos.

 

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