Página/12
en Perú

Por Carlos Noriega
Desde Lima
  Cuando faltan tres semanas para que se cierre la inscripción de los candidatos presidenciales a las elecciones del año 2000, un personaje que no será candidato a cargo alguno es quien ocupa el centro de la escena política y del debate. Y, sin duda, ese lugar de primera fila es el que le está reservado durante toda la campaña electoral, que desde ya está rodeada de amenazas y ataques a los opositores a la candidatura oficial, infiltraciones y espionaje en las agrupaciones políticas, y una millonaria campaña a favor del candidato presidente con recursos del Estado que va a la par de una agresiva campaña de desprestigio contra el resto de candidatos. Y en todos estos hechos aparece la sombra de este personaje de oscura trayectoria: el ex capitán y actual asesor presidencial Vladimiro Montesinos. Aunque no da entrevistas ni aparece en público es el eje incuestionable de la atención general.

Este nuevo escándalo en torno de Montesinos comenzó cuando el ex presidente del gobierno militar, general en retiro Francisco Morales Bermúdez (1975-80), trajo a la memoria pública parte del pasado delictivo de este misterioso personaje a quien sus áulicos llaman "el doctor" y al que se considera como el hombre más poderoso del Perú. Morales Bermúdez recordó en una entrevista que Montesinos había sido expulsado del ejército en 1976 por falsificar documentos para viajar sin permiso a Estados Unidos. Según esta denuncia, las firmas falsificadas fueron las del propio Morales Bermúdez y la del entonces ministro de Guerra. El ex presidente militar también habló con dureza de lo que llamó "una cúpula militar que viene realizando una tarea política, de política de grupo". Esta tarea política sería asegurar la re-reelección de Alberto Fujimori y esa cúpula respondería a las órdenes de Montesinos. La reacción militar fue rápida y airada. En un inusual comunicado salió en defensa del ex capitán Montesinos y llenó de improperios al ex general Morales Bermúdez. El acusado no dio la cara. Otros hablaron por él. Fueron los jefes militares y el propio Fujimori quienes salieron a defenderlo y poner las manos en el fuego por él. La denuncia se refiere a cuando Montesinos viajó en 1976 clandestinamente a Estados Unidos para reunirse con oficiales y funcionarios norteamericanos. Para mala suerte de este ex capitán, en uno de los pasillos del Pentágono se cruzó con el entonces representante del Perú ante la Junta Interamericana de Defensa, quien comunicó a Lima esta presencia no autorizada. A su regreso Montesinos fue detenido, acusado por "desobediencia y falsedad", expulsado del ejército y condenado a un año de prisión, la que purgó en una cuartel militar. Pero el caso no terminó ahí y en 1983 Montesinos fue juzgado por traición a la patria. Las evidencias apuntaban a la sustracción y venta a la CIA de información sobre el armamento soviético comprado en la década del 70 por el Perú. Esta acusación fue sobreseída, pero a Montesinos se le prohibió el ingreso a cualquier dependencia militar. Cuando fue acusado de traición, el ex capitán fugó a Ecuador y de allí viajó a la Argentina, donde habría vivido dos años. Según uno de sus más cercanos amigos de ese entonces, el sociólogo Francisco Loayza, durante esa estancia en Buenos Aires Montesinos adquirió la nacionalidad argentina. Sobre este hecho no hay otra evidencia que la palabra de Loayza, quien asegura haber visto los documentos argentinos de identidad de Montesinos.

Al retorno de este pasado vinculado con la falsificación de documentos y venta de secretos militares se sumó otra grave denuncia que tiene que ver con el presente de este todopoderoso asesor: sus millonarios ingresos. El opositor diario Liberación reveló una cuenta bancaria en la que Montesinos registra ingresos por más de dos millones de dólares. La pregunta surge sola: ¿de dónde provienen esos ingresos? Y otra pregunta que se hace el diario que reveló esta cuenta: ¿cuántas cuentas bancarias más tendrá Montesinos en el país y en el extranjero? Otra vez fue el propio Fujimori quien salió en defensa de su asesor y lo hizo tratando de justificar esos millonarios ingresos con la profesión de abogado y los supuestos servicios que como tal pudiera dar quien oficialmente es asesor del servicio de inteligencia. Una defensa que resultó poco convincente y que, más bien, trajo a la memoria otro capítulo oscuro del pasado del ex capitán: su actuación como abogado de acusados de narcotráfico y su vinculación con importantes personajes y mafias del tráfico de drogas. Esa vinculación lo ha perseguido hasta el presente. En 1996 el narcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera, conocido en el mundo delictivo como "Vaticano", acusó al asesor de cobrarle 50.000 dólares mensuales de cupo para dejarlo operar, relación que según "Vaticano" se rompió cuando su supuesto protector pretendió duplicar su tarifa. "Vaticano" purga condena a cadena perpetua en una celda militar en la que está incomunicado. Se ha anunciado que la Fiscalía de la Nación investigará los ingresos de Montesinos, pero la Fiscalía está intervenida por una comisión nombrada por el gobierno y es precisamente Montesinos quien ejerce su poder sobre esta comisión, así como sobre otra comisión que tiene intervenido al Poder Judicial.

En medio de estos escándalos Montesinos terminaba, en secreto, de mover sus fichas para lograr el control absoluto de las fuerzas armadas. En diciembre se deciden los ascensos militares y los cambios de destino y los grandes favorecidos han sido los oficiales que pertenecen a la promoción 1966, de la que también egresó Montesinos y que por eso ahora se conoce como "la promoción Montesinos". Ellos han logrado la mayoría de ascensos a generales de división y han copado los puestos claves del ejército. El comandante general del ejército y jefe de las fuerzas armadas, general José Villanueva, el jefe de estado mayor y los jefes de cuatro de las seis regiones militares del país son de la "promoción Montesinos". A ellos se suma el general Luis Cubas, casado con una hermana de Montesinos, quien ha sido ascendido y desde enero ocupará la jefatura de la segunda región militar con sede en Lima, la más importante del país. En la marina y la aviación los leales de Montesinos también ocupan los puestos clave. Estas movidas de fichas en las fuerzas armadas y el cierre de filas de toda la cúpula del poder para defenderlo han demostrado el inmenso poder de Montesinos, considerado el jefe de facto del servicio de inteligencia, posición desde la cual habría organizado, según diversas acusaciones, la formación de escuadrones de la muerte y que durante la actual campaña electoral dirige el espionaje, seguimiento y amedrentamiento de los candidatos contra la re-reelección de Alberto Fujimori.

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