León Arslanian.
|
Horacio Rafael Román.
|
Por Horacio Verbitsky
La
consagración que realizó Carlos Ruckauf de la provincia de Buenos Aires a una Virgen; el
nombramiento en el ministerio de Justicia del ex juez Jorge Casanovas (quien como fiscal
de Lomas de Zamora fundamentó con una cita de la Suma Teológica de Santo Tomás de
Aquino su solicitud de aplicación de la pena de muerte a un secuestrador y homicida); las
citas religiosas del Eclesiastés en el primer mensaje de Aldo Rico; las últimas
designaciones en el ministerio de Seguridad, confirman la alianza entre la ultraderecha
peronista de raigambre clerical y los ex militares alzados en armas para imponer
condiciones a un gobierno legal. Es el renacer del mito de la Nación Católica, que fue
la justificación subyacente de los golpes militares de 1930, 1943, 1966 y 1976. El
nacionalcatolicismo siempre necesita de la efusión de sangre, como fundamentó el 23 de
setiembre de 1975 el provicario castrense Victorio Bonamín, dos semanas antes de que el
entonces ministro Ruckauf refrendara el decreto presidencial que ordenó aniquilar
el accionar de los elementos subversivos. Pero el muy liberal y laico gobierno
nacional demostró en Corrientes qué relativas son algunas categorizaciones en la
Argentina. Mientras Ruckauf, Rico y Casanovas elevan su vista a las alturas, otros hunden
sus pies en el barro del garito, el prostíbulo y el comercio de sustancias
estupefacientes de venta prohibida. El poderoso senador Horacio Román, señalado por
funcionarios de las gestiones anteriores como emblemático del sistema de recaudación
política que pervirtió a la policía y llevó a su disolución, preside la comisión
bicameral legislativa encargada del seguimiento de la reforma policial. Román tiene en su
poder una primera lista de 40 comisarios a reincorporar a las filas. Entre ellos están
los jefes del movimiento denominado Los sin gorra y varios oficiales que
fueron jefes de comisarías de la ex Unidad Regional de Lanús a órdenes del comisario
mayor Mario Chorizo Rodríguez, durante la gestión del ex jefe de la mejor
maldita policía del mundo, Pedro Klodczyk, y que participaron en la masacre de Andreani.
Su reincorporación explicaría la conversión policial en una milicia de hombres
alegres anunciada con una cita teológica por el humorista involuntario Rico.
Sistema recaudatorio
El Operativo Retorno se anunció durante la gestión de Osvaldo Lorenzo pero se frustró
por dos imprevistos: el descubrimiento de que su secretario de Seguridad, Héctor Lufrano,
aportaba su valor agregado como defensor a poderosas bandas de ladrones, y el asesinato a
mansalva de los rehenes de Ramallo. La coherencia de este proceso es indudable: Lorenzo
llegó con aquel plan una vez que el entonces candidato Ruckauf forzó el alejamiento del
ex ministro Arslanian arguyendo que las restricciones al viejo sistema de recaudación
eran intolerables para los intendentes justicialistas. Durante un seminario organizado en
la Facultad de Derecho por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), en diciembre
del año pasado, dos ex funcionarios de la intervención que encabezó Luis Lugones, ambos
del Frepaso, dijeron que la reforma policial se detuvo a nivel de los municipios. Ignacio
Vélez refirió que en un solo día se recibieron 74 llamados de jueces e intendentes que
pedían que no se expulsara a determinados policías. Uno de ellos tenía dieciocho causas
por homicidio en riña, que es el nombre judicial del gatillo fácil, siete por apremios
ilegales y dos por comercio de narcóticos. Marcelo Fabián Saín añadió que los
punteros del Partido Justicialista en el conurbano financian sus actividades políticas
con el tráfico de productos estupefacientes, en complicidad con la policía.
El secretario de seguridad de Arslanian, Alberto Beraldi, que estaba presente, no refutó
este tremendo punto. En diálogo con este diario,tampoco Arslanian lo negó.
Relevamos a jefes departamentales en zonas muy pesadas, como Morón y la
Matanza, dijo Beraldi en el seminario. Me tuve que bancar presiones de
intendentes, que las hubo cuando les tocamos su sistema recaudatorio , agregó luego
Arslanian. Morón es el territorio de Román y la Matanza el de quien lo secunda en la
Comisión de Seguimiento de la Reestructuración de la Policía Bonaerense, Andrés
Bevilacqua.
Memorias de la Jotaperra
Completan la comisión bicameral los también justicialistas Juan Antonio Garivoto y Juan
Ernesto Estanciero y los aliancistas Eduardo Sigal y Alejandro Mosquera (Frepaso) y Daniel
Salvador (UCR). Al terminar su mandato dejó su lugar en la comisión el diputado radical
Eduardo Florio, quien coincidía con las críticas de Ruckauf a la división policial en
18 jefaturas y al Código de Procedimientos en lo penal, al que atribuía haber provocado
una crisis de inseguridad. Lo mismo piensan los dos ex secretarios de Seguridad durante el
anterior gobierno radical bonaerense, Marcos Di Caprio y Héctor Bertoncello, lo cual
facilita la tarea del nuevo gobierno y complica la de la Alianza, cuya mayoría clara en
ambas cámaras de la Legislatura la habilitaría a reclamar la presidencia de la
Comisión. Román, Bevilacqua y Garivoto militaron en la Jotaperra de José López Rega.
En 1973, Bevilacqua era el segundo de Alberto Brito Lima en el grupo de choque
ultraderechista Comando de Organización que abrió fuego sobre los manifestantes que se
acercaban al palco de Ezeiza. Luego se convirtió en el hombre de confianza del ex
presidente de la Cámara de Diputados, Alberto Pierri. Tal vez esto explique que en la
lista de comisarios a reincorporar figuren desde apóstoles del gatillo fácil y
participantes en la denominada masacre de Andreani, de 1996, hasta los responsables del
espionaje ideológico en las escuelas primarias bonaerenses en 1994.
El Pacto
Hace diez años, cuando Rico no pensaba en otra cosa que maquillaje facial, Román
cabalgó sobre el autoacuartelamiento policial para desestabilizar al ministro de Gobierno
de Antonio Cafiero, Luis Brunati, cuya política de reforma ya era resistida por los
uniformados. En tiempos más recientes se opuso a la intervención de la organización
armada por un civil y estuvo entre quienes se confabularon para liquidar a Arslanian.
Ahora que esa pesadilla terminó, Román ubicó a uno de sus colaboradores en la
comisión, José Ermindo María, en la Secretaría de Relaciones Institucionales del
Ministerio de Seguridad, donde cada día se desanda algún paso de la reforma y cada
funcionario civil padece el control de un uniformado. Para comprender los alineamientos de
estos días es preciso internarse en los laberintos del hoy difunto partido creado por
Rico, el Modín. María fue uno de los negociadores por el Modín del acuerdo que se
celebró en 1994 para que Rico apoyara la cláusula constitucional que habilitó la
candidatura de Duhalde para un nuevo mandato provincial y que preludió el ingreso del ex
militar al PJ. En la Secretaría de Relaciones con la Comunidad, Rico designó a otro de
los negociadores de aquel pacto, pero por el Partido Justicialista, Washington Cruz. Dos
amigos y colaboradores de Rico, el ex ministro de la dictadura Guillermo Fernández Gill y
el mayor (R) Juan Enrique Guglialmelli dijeron que aquel pacto incluyó un pago millonario
de Duhalde a Rico. Fernández Gill fue filmado con una cámara oculta, su testimonio forma
parte de una causa que no instruye el juez federal Juan José Galeano y fue difundido por
el periodista Andrés Klipphan en el programa de televisión Día D.
Guglialmelli, en cambio, concedió un reportaje al mismo Klipphan para la revista XXII.
Dijo que el valor global del pacto, en el que afirmó haber participado, fue de 30
millones de dólares, de los cuales 12 en efectivo y el resto en cargos políticos,
acuerdos y concesiones.
Me olvidé la gorra
Según el ex secretario de Seguridad Lufrano los casos a reconsiderar serían los de
algunos policías que tuvieron que abandonar el servicio por olvidarse la gorra,
llegar tarde o por cuestiones administrativas. Los antecedentes de varios de los
integrantes de la primera lista de reincorporaciones de Rico y Román no parecen ajustarse
a esa descripción. Por ejemplo:
Adonajlo
Rimaulo, Rubén Miguel. DNI 5.071.263, Legajo 11755. Fue puesto en disponibilidad
el 18 de febrero de 1998. Es investigado en la causa Andreani. El asalto al minibanco que
funcionaba en el local de la empresa Andreani en Avellaneda, hace tres años, que el
comisario Mario Rodríguez describió como el episodio más sangriento de la historia
policial argentina, en el que murieron nueve personas, entre ellos dos policías, fue
también una emboscada. Según el testimonio judicial del sargento Domingo Schiliase, la
policía conocía por un confidente la preparación del asalto, suministró armas a los
ladrones y los esperó en el lugar para fusilarlos. El legajo de Adonajlo indica que
participó a bordo de un auto Peugeot 504 patente B 2322618 junto con el oficial ayudante
Héctor Villalba. Su nombre también apareció cuando el juez federal Galeano tiró del
hilo de la explosión de la AMIA y se encontró con otros delitos cometidos por efectivos
policiales. En un momento de irritación por su prescindibilidad declaró que
llegamos a esta situación porque la policía se politizó y se llegó al extremo de
que los intendentes ponían a los comisarios en las dependencias que eran cabecera de
partido.
Abraham, Luis
Salvador. También figura en la lista de investigados por Galeano que circuló en
el Congreso. Además, los jueces de Lomas de Zamora Silvia González, Emilio Villamayor,
Hugo Van Schilt y Marcelo Soukop y el juez federal de La Plata Arnaldo Coraza se
interesaron por él y por otros 32 comisarios cuando intentaban descubrir la red de apoyo
policial al ex comisario Juan Ribelli, detenido por el atentado a la AMIA. Según la causa
judicial por enriquecimiento ilícito, es dueño de tres casas y cuatro autos. Vive en un
lujoso chalet edificado sobre un terreno de 1200 metros cuadrados, parque al frente y
arboleda al fondo, en el barrio residencial La Colorada, de Monte Grande. Valuación:
300.000 pesos. Abraham fue uno de los comisarios prescindidos que dejó su gorra frente a
la jefatura en el primer acto de protesta contra la reestructuración.
Segura,
Domingo Orlando. DNI 10.230.961. Su legajo, 11.502, incluye sucesivas
felicitaciones durante la dictadura militar por eliminar a dos asaltantes de colectivos, a
tres personas que llevaban bultos en actitud sospechosa y a un sospechoso. En
noviembre de 1982 fue condenado a un año de prisión con inhabilitación absoluta y
reincorporado al año siguiente. Resultó exento en dos sumarios que se le abrieron, en
1984, por atentado y abuso de armas, y en 1991 por apremios ilegales. Cuando era jefe de
la comisaría 4ª de San Francisco Solano fue imputado por extorsión y en 1997 fue puesto
en disponibilidad preventiva por exacciones ilegales. Como subjefe de la brigada de
investigaciones de Quilmes intervino en la escandalosa causa de la denominada Aduana
Paralela, un bluff político organizado desde el Poder Ejecutivo contra el ex
ministro Domingo Cavallo, que terminó con el sobreseimiento judicial de todos los
acusados. El interventor en la Aduana, Juan Carlos Tomasetti, se negó a seguir recibiendo
la mercadería secuestrada en los allanamientos porque el contenido de los camiones no
coincidía con la descripción de los recibos y comerciantes de Quilmes denunciaron que la
mercadería estaba reingresando ilegalmente al mercado. El dirigente de Acción por la
República Franco Caviglia sostuvo que, en 1996, Segura actuó en lo que denominó una
guerra de mafias contra personal de inteligencia de la Policía Federal, al
que le requisó dos camiones con containers cargados con mercadería sin documentación.
Bogado,
Pedro. En agosto de 1996 la jueza de Lomas de Zamora Marta Carranza lo procesó
por falsificación ideológica de instrumento público. Según la descripción del legajo,
Bogado actuó como instructor y secretario de investigación contravencional para proteger
a un ladrón apresado durante un robo. En la causa por robo hizo figurar autor
ignorado y al detenido Fernando Osvaldo Rau le hizo constar una causa por una
contravención menor. Fue sancionado con tres días de arresto por vejar a un
subalterno, el sargento Héctor Ríos, aunque el legajo no consigna en que
consistió la vejación, y con dos días de arresto por esconder una carabina que
presuntamente había sido usada en un hecho delictivo.
Lucero, Pablo.
DNI 8.383.938, Legajo 11742. Acumula 34 días de arresto por 16 causas o faltas. En 1977
fue eximido de sanción en un sumario por cuatro homicidios en riña
(Expediente 264832/76) y en 1997 fue felicitado por el Departamento Judicial de Morón por
su profesionalismo en el control de la toma de la Ruta Nacional 3, en Rafael
Castillo y Gregorio de Laferrere.
Franzoia,
Daniel. En 1996 fue denunciado por el remisero Sergio Mercado, quien sostuvo que
fue detenido en forma arbitraria y maltratado.
Cornejo,
Osvaldo Ramón. DNI 6.188.023, Legajo 11788. Fue titular de la Comisaría de
Almirante Brown, en diciembre de 1993, donde se amparaba el juego clandestino.
Bardone, Hugo
Santiago. DNI 11.494.058. Fue declarado prescindible en junio de 1998. En 1993 le
decretaron la disponibilidad preventiva por infracción al artículo 58 inciso 15 de la
ley 9550/80, que castiga todo acto que afecte gravemente la disciplina o la
responsabilidad de la Institución y el 17 de agosto del 94 le aplicaron 20 días de
arresto. Como Jefe de la Delegación de inteligencia de Quilmes remitió a los colegios
primarios de la zona un cuestionario que requeríalos antecedentes ideológicos de
los alumnos.
Raviscione,
Miguel Angel; Juárez, Daniel Alberto y Rivolta, Carlos Alberto. Directivos,
junto con Adonajlo y Abraham, del movimiento Los sin gorra, creado en
respuesta a las prescindibilidades decretadas por Arslanian. Los tres trabajaron en
comisarías de la ex Unidad Regional de Lanús cuando su jefe era Mario Rodríguez, uno de
los hombres de confianza de Klodczyk. Luego de la protesta callejera, en la que afirmaron
que nosotros también somos un caso Cabezas (sic), atribuyeron su
prescindibilidad al hecho de pertenecer a las promociones 52 y 53, que recibieron sus
diplomas del ex interventor militar, general Ramón Camps. La crónica con que el diario
La Nación informó de la creación del movimiento sostuvo que entre sus compañeros en
actividad de ellos siempre se dijo que estaban cercanos a los mecanismos de
recaudación clandestina procedente del juego y de la prostitución. Negaron que
hubiera existido la maldita policía y buscaron apoyos políticos, que encontraron en el
entonces secretario de Relaciones con la Comunidad de Arslanian, Juan José Alvarez, en el
senador Román y en el ex ministro del Interior, Carlos Corach. Uno de los argumentos que
repetían era que sus legajos estaban limpios. Ningún legajo es confiable, a muchos
les han arrancado hojas, respondió Arslanian. Basta verlos para comprobar que es
así.
Jofre, José
Alberto; Pérez, Máximo Angel; Llorens, Juan Domingo; De Fiore, Alberto; Azarchuck,
Néstor y Bardone, Hugo Santiago. Los seis apellidos (pero no los nombres, lo
cual implica cierto margen de error) aparecen en un informe interno elaborado en el
entorno del ex secretario de Seguridad Eduardo De Lázzari, que aludía a una red de
protección institucional que realimenta el círculo vicioso de la corrupción.
Según las investigaciones que el periodista Carlos Dutil, coautor del libro La Bonaerense
estaba realizando antes de morir, Jofre, quien fue jefe de Sustracción de Automotores se
habría reunido con el hombre de negocios dudosos Alfredo Yabrán. El texto del informe de
De Lázzari indicaba que dentro de laorganización policial existen líneas que
mantienen una relación funcional y privada que impone lealtad a un jefe superior
encumbrado en la cúpula de conducción, a cambio de privilegios funcionales, destinos
destacados, etc, que permite recaudar fondos ilícitamente para ese jefe superior. El
liderazgo de estas líneas, a veces está ejercido en forma orgánica por un funcionario
que a su vez responde a otro policía en situación de retiro o bien civil con cargo
político destacado. Esa lista de 77 nombres fue reflejo de una batalla interna en
la policía, de resultados oscilantes según el momento: De Lázzari impulsó la
separación de los 77, su sucesor Carlos Brown la frustró; el interventor Luis Lugones y
el ministro Arslanian la usaron como referencia; Lorenzo propició y Rico concreta la
rehabilitación de muchos de sus integrantes. En su elaboración intervino el comisario
Luis Vicat, asesor de De Lázzari que dirigió las pesquisas contra Klodczyk antes de caer
él mismo, purgado por Arslanian y acusado de grabar conversaciones de cuatro jueces
federales.
Carcano, Juan
Miguel. Ese apellido fue mencionado ante la Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas por dos ex detenidos, y consta en la lista compilada por esa
comisión y cuya difusión fue vetada por el ex presidente Raúl Alfonsín. La
información al respecto consta en el legajo 7169 de la Conadep y consigna que el grado
del policía identificado como Carcano era entonces el de oficial inspector, y que
prestaba servicios en el Departamento Central de la Policía de la provincia de Buenos
Aires.
Ricos tipos
Esta es la nómina de los 40 comisarios que el ministro de
Seguridad Aldo Rico se propone reincorporar:
Miguel Adonajlo
Daniel Alberto Juárez
Carlos Alberto Rivolta
Miguel Angel Raviscione
Daniel Franzoia
Domingo Campisi
José Alberto Yofre
Juan Tomás Taboada
Ricardo Alberto González
Miguel Cansina
Héctor Ferrari
Luis Abraham
Marcelo Alberto Martínez
Alberto De Fiore
Pedro Miño
Pablo Lucero
Marcelino Yurquina
Jorge Piazza
Carlos Horacio Echeverría
Juan José Gallardo |
José Angel Leppe
Carlos Campanaro
Ricardo Manuel Torres
Néstor Asarchuk
Juan Domingo Llorens
Raúl Ricardo Varrenti
Alfredo Saúl Sierra
Héctor Jorge Penín
Alfredo Alberto Alcaraz
Daniel Alberto Basualdo
Juan Miguel Carcano
Abel Horacio Varela
Máximo Angel Pérez
Pedro Bogado
Roberto Domínguez
Osvaldo Cornejo
Hugo Santiago Bardone
Domingo Orlando Segura
Fernando Giménez
Carlos Francisco Jasa |
|
|