Por Eduardo Videla
El efecto
2000 puede ser algo más que una falla informática. Nadie sabe bien, a ciencia cierta,
qué pasará cuando como millones de personas creen cambie el milenio. Pero
por las dudas, los equipos de salud de la Ciudad de Buenos Aires están preparados para
una emergencia fuera de serie. No habrá licencias ni vacaciones para el personal
sanitario entre el 28 de diciembre y el 3 de enero, porque en ese lapso se prevén desde
un número mayor de nacimientos hasta un crecimiento geométrico de crisis de angustia y
depresión y hasta intentos de suicidio. Eso sumado a las tradicionales consecuencias de
los festejos: quemaduras con pirotecnia, lesiones en los ojos y accidentes producidos por
el consumo excesivo de alcohol, que se suponen mayores a lo habitual porque también los
festejos serán más grandes que de costumbre. En los últimos días hemos detectado
un incremento de las llamadas donde se percibe el miedo a lo que pueda ocurrir con el
cambio de milenio. Son cuadros psicológicos de excitación y de ansiedad. Gente
angustiada que no sabe qué va a pasar el 31, que sospecha que puede terminar el
mundo, relató a Página/12 Marcelo Muro, director general del SAME, el servicio
médico de emergencias de la ciudad.La Secretaría de Salud porteña ha montado un
gabinete de crisis, liderado por el director de Trauma y Emergencias de la ciudad, Jorge
Neyra, que se encargó en principio de prever las consecuencias del Y2K o efecto 2000.
Según Neyra, todos los equipamientos de los hospitales están adecuados al cambio de
cuatro dígitos del nuevo año. De todas maneras, estamos preparados porque no se
sabe qué va a pasar ese día con los servicios públicos ni qué extensión va a tener lo
que ocurra, dice el especialista en emergencias. Lo que se presume es que en el
primer minuto del 2000 puede haber cortes de luz y, como consecuencia, disminución en la
provisión de agua, así como la caída del servicio telefónico. Por eso, cada uno de los
33 hospitales porteños fue equipado con al menos un equipo electrógeno, con el
combustible necesario para hacerlo funcionar durante varios días y, además, con tanques
cisterna para proveer agua potable. Y todos los operadores del área de salud que trabajen
en la emergencia estarán conectados por una red de handies y celulares. Esta
emergencia tiene una ventaja sobre cualquier otra: sabemos cuándo va a ocurrir,
dijo Neyra. Y mencionó otra ventaja adicional: A través de la Dirección de
Defensa Civil y de las empresas de servicios públicos, tendremos en la tarde del 31
información sobre lo ocurrido en países como Australia, Japón o Nueva Zelandia, donde
la media noche va a llegar 12 horas antes que aquí.Eso en cuanto al efecto 2000.
Pero así como todo fin de año es momento de balance, mucho más lo es un fin de siglo o
de milenio. El fin de siglo es un hecho que puede incidir en la salud mental de la
población. Se trata de un hecho que conmociona bastante, sobre todo a las personalidades
más vulnerables. Puede derivar en brotes delirantes o depresivos, con intentos
suicidas, argumentó el psiquiatra Rubén Citadino, jefe del Departamento técnico
del Hospital Alvear, especializado en emergencias psiquiátricas. El Alvear, junto al
Borda, el Fernández, el Tobar García y el Piñero, forma parte de la red de emergencias
psiquiátricas coordinadas por el SAME, con 12 profesionales en guardia activa. El SAME,
justamente, incrementará en un 20 por ciento su dotación de unidades móviles:
Habrá cinco ambulancias de emergencia y cinco unidades de intervención rápida
más que de costumbre, precisó Muro. Las guardias de personal de ambulancias, en
cambio, se incrementarán en un 50 por ciento.Las previsiones alcanzan a las unidades de
cuidados críticos de todos los hospitales (salas de terapia intensiva, unidad coronaria y
neonatología). Por recomendación de la Sociedad Argentina de TerapiaIntensiva, por cada
dos médicos en las unidades de cuidados especiales, habrá uno más de guardia.
Esto es por si hay un corte de luz y llegan a fallar los grupos electrógenos del
hospital, para que haya personal suficiente, explicó Muro. Si falla un
respirador artificial, debe haber gente para ventilar a un paciente en forma manual,
agregó Neyra. El Hospital de Niños Juan P. Garrahan premiado por tener el mejor
plan de contingencia de América latina dispone de dos grupos electrógenos y
reservas de combustible para alimentarlos. No habrá vacaciones ni licencias para el
personal entre el 27 de diciembre y el 5 de enero, y se corrieron las cirugías
programadas a partir del 28. Todo el personal quedó en situación de disponibilidad y las
guardias activas se reforzaron en un 20 por ciento por encima de lo habitual. Se
espera que mucha gente pueda ser derivada por dos causas: la existencia de algún tipo de
problema o que algunos hospitales que no realizaron correctamente la conversión necesiten
derivar pacientes, afirmó Gustavo Carolo, gerente de Sistemas del Garrahan. El
hospital, aseguró el profesional, compatibilizó y certificó sus 2800 equipos
biomédicos.El Hospital Argerich, en la Boca, también se proveyó de dos grupos
electrógenos y gasoil para 15 días. Pero además se pidió a Aguas Argentinas 15
mil litros de agua potable, que serán suministrados por camiones cisterna a partir del 26
de diciembre, informó Jorge Rodríguez, coordinador del Grupo Informático del
hospital. Rodríguez integra el comité de emergencia que el 31 estará comunicado por
handies, en alerta por si hay que poner en acción el plan de emergencia.Se han
reforzado en un 100 por ciento las guardias especiales y todo el personal que no trabaje
durante esos días quedará en situación de guardia pasiva, agregó Rodríguez. En
otro punto clave, en el Instituto del Quemado único establecimiento del país que
se especializa en este tipo de atención, se hizo el acopio del material necesario
para curaciones. Existe disponibilidad de insumos para varios días, informó
el director del instituto, Ricardo Rímoli. Para el caso de que ocurra alguna
emergencia de grandes dimensiones -agregó, el hospital dispone de áreas
fácilmente adaptables, como un gran comedor, que se puede transformar en sala de
internación.En el Santa Lucía, otro lugar crítico, se supone que con el cambio de
milenio los festejos van a ser más eufóricos, va a haber más pirotecnia y por lo
tanto, más accidentados, según indicó el jefe de Unidad de Emergencia del
hospital, Antonio Familietti. Por lo tanto, aquí también las guardias serán reforzadas.
Y el Hospital de Clínicas también tiene preparado lo suyo, para atender posibles
problemas, propios o ajenos: un incremento del 20 por ciento en las guardias activas y del
100 por cien en las pasivas, en las áreas de guardia, quirófano, terapia intensiva y
enfermería, según informó su director, Guillermo Otero. No queremos que la
gente se alarme, no nos estamos preparando para Kosovo, tranquiliza por fin Víctor
Capilouto, director de Defensa Civil, mientras prepara su última reunión con gente de la
Federal, Bomberos, del Ejército y del SAME, que estarán de guardia en la noche del
31.Producción: Daniel Franco.
Preparadospara todo
Defensa Civil
dispondrá entre el 31 de diciembre y el 1º de enero de una guardia de 70 personas sobre
un plantel de 115, con 31 móviles. Ya realizó un inventario de equipamiento de
hospitales y sanatorios en la ciudad: los 33 hospitales porteños cuentan con grupos
electrógenos.
El SAME pondrá a
disposición del operativo 65 ambulancias, diez más que de costumbre.
En los hospitales
porteños nadie podrá tomarse licencia entre el 28 de diciembre y el 3 de enero. El
personal de áreas críticas, como guardia, cirugía y unidades de cuidados intensivos
permanecerá en guardias pasivas. Las guardias activas se incrementaron entre un 20 y un
100 por ciento.
Por recomendación de
la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, el personal de las unidades de cuidados
especiales será reforzado en un 50 por ciento.
Para salvar cualquier
problema en las comunicaciones, la convocatoria del personal afectado a las guardias
pasivas no se hará por un llamado telefónico sino a la inversa: Tendrán que
concurrir a su puesto de trabajo si no se los llama, dijo el director de Trauma y
Emergencia, Jorge Neyra.
Por si hay un corte
prolongado de luz, que afecte el abastecimiento de agua potable, algunos hospitales, como
el Argerich, estarán provistos por camiones cisterna suministrados por Aguas Argentinas.
Además, Defensa Civil organizó un operativo de envase de agua potable, a través de
equipos del Ejército.
Como también se
prevé que el efecto 2000 afecte las comunicaciones telefónicas, se dispuso una red de
comunicaciones por handies, a través de la banda VHF, y un sistema de conexión
telefónica punto a punto, independiente de la red general.
Habrá un refuerzo
especial de los equipos de psicopatología, con 12 profesionales coordinados por el SAME.
El centro de referencia será el Hospital Alvear.
Los hospitales
hicieron acopio de insumos por si las fallas de sistemas afectan a sus proveedores. En
algunos servicios del Hospital Alvear, incluso, hicieron acopio de linternas.
Sobreviviendo a la fiesta
Los hospitales están preparados, pero sería mejor no recurrir a ellos. Eso piensa el
gobierno porteño, que difundió una serie de sugerencias para prevenir accidentes:u No
utilizar pirotecnia no autorizada y disminuir al máximo el uso de pirotecnia autorizada,
para evitar quemaduras y heridas en los ojos.u Evitar el consumo de alcohol cuando se va a
conducir un vehículo. El que maneja no bebe. El que bebe no maneja. En los días de las
fiestas, limitar al máximo la velocidad.u No utilizar armas de fuego. La presencia de un
arma de fuego en el hogar aumenta tres veces el riesgo de homicidio y cinco veces el de
suicidio. u Tener especial cuidado con los corchos, al destapar botellas, para impedir
traumatismos en los ojos.
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