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Las ventas de Navidad no tienen luces ni arbolito

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Pese al publicitado fin del milenio, los despachos de juguetes, cotillón y artículos navideños no muestran mucho dinamismo. Estimaciones de empresarios del sector ubican las ventas en un 20 por ciento por debajo del año pasado.


Por Hebe Schmidt
t.gif (862 bytes)  "Sin pena ni gloria" coinciden en calificar a las ventas de fin de año los fabricantes de juguetes, cotillón y artículos navideños. Ni la publicidad del fin del milenio logró animar al alicaído consumo. "Hasta el momento, el rubro está facturando un 20 por ciento menos que en el '98", señaló a Página/12, Miguel Faraoni, presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, Artículos de Cotillón y Navidad.

El sector emplea a 1100 personas y mueve cerca de 450 millones anuales. De ese total, el 40 por ciento es de fabricación nacional y el resto proviene del sudeste asiático. El monto ubica a esa industria en el segundo puesto del ranking por volumen en Sudamérica detrás de Brasil. Como es de suponer, los despachos en ese mercado alcanzan su pico máximo durante las fiestas de fin de año, época en que se vende el 35 por ciento (157,5, millones) del volumen total. El mercado de artículos navideños como pinos, bolas, lametas, guirnaldas, globos, pesebres y figuras decorativas trepa a los 40 millones de pesos.

"El fin del milenio no mejoró la situación del sector", aseguró Alejandro Contrucci, socio de Euro Thre y Gianfranco Contrucci, firmas que comercializan árboles navideños y pesebres. Y agregó: "La devaluación del real nos obligó a achicar nuestra cuota de exportación a Brasil en un 85 por ciento". Por su parte, Roberto Cigarrán, presidente de Rocig, una de las empresas nacionales líderes en artículos de Navidad, coincide con Contrucci: "La exportación a Brasil murió, en estos momentos estamos cerrando nuestra filial en ese país".

"Los importadores no trajeron novedades, y nosotros nos jugamos a hacer productos nuevos; esto nos permitió estar levemente mejor", indicó Ana María de Pérez, presidente de Traditions, que fabrica adornos navideños. "Hablé con mis clientes (entre los cuales se cuenta a los supermercados Tía y Norte), y la situación para ellos está igual. Lo cierto es que la gente no tiene un peso... y de Brasil, ni hablar, directamente no pudimos entrar al mercado".

Para no sucumbir ante el cierre del mercado brasileño, algunos empresarios prefirieron buscar nuevas alternativas. "Para nosotros, las ventas fueron buenas: por un lado, somos la única firma del Mercosur que exporta a Estados Unidos y Canadá", explicó Jonathan Scher, gerente comercial de Navistar, una de las firmas nacionales líderes en el rubro. En el país, durante el '98 se vendieron 60 millones de bolas de Navidad y 3 millones de arbolitos.

Los fabricantes aclaran que no están en contra de las importaciones, pero reclaman que se incrementen los aranceles de aquellos productos en que la industria nacional puede ser competitiva y la posibilidad de ampliar su participación en el mercado de un 15 por ciento actual, a un 40 por ciento. Porque, de no haber una alguna medida que pueda paliar la situación del sector, en poco tiempo más, la industria del juguete, cotillón y Navidad en Sudamérica quedará en manos de Brasil", pronosticó Faraoni.

 

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