Es el mayor desastre natural del siglo en ese país. El gobierno cree que los muertos pueden llegar a 5 mil. Para colmo, sobrevuela el fantasma de las epidemias y el desabastecimiento. |
La verdadera magnitud de la tragedia provocada por los temporales en Venezuela --la mayor producida en el país en este siglo-- quedó de manifiesto este fin de semana, cuando las autoridades hicieron el primer balance de la catástrofe: por lo menos 700 muertos, 7 mil desaparecidos, 20 mil personas heridas y más de 100 mil que perdieron su hogar es el primer saldo del alud de barro y agua que sepultó a un amplio sector del litoral venezolano, después de dos semanas de intensas lluvias. Aunque el canciller José Rangel advirtió que los muertos pueden llegar a 5 mil. Mientras las fuerzas de rescate --reforzadas por numerosos contingentes extranjeros-- trabajan a brazo partido en busca de sobrevivientes, para el gobierno del presidente Hugo Chávez comienzan a asomar dos nuevos fantasmas: las epidemias, provocadas por la cantidad de cuerpos en descomposición sepultados en el lodo, y el desabastecimiento de elementos de primera necesidad. Chávez, que se instaló en el aeropuerto internacional de Maiquetía, centro refugio de sobrevivientes, en plena zona afectada, informó ayer que ya han sido localizados 500 cadáveres en el área del estado de Vargas, la más afectada por el fenómeno. A ellos hay que sumar unas 80 personas que murieron en los vecindarios pegados a la ladera de la montaña, en Caracas, sobre los que también se desbordaron ríos de agua y lodo salidos del Avila, la cadena montañosa que divide la capital del litoral. Y las víctimas registradas en otros estados del país. Todo indica que las cifras son provisorias: el propio presidente reconoció que "habrá cuerpos que nunca se recuperarán". Según testigos, numerosos cadáveres flotan en las aguas del Caribe, frente a la costa, y decenas afloran del barro, en las zonas antes habitadas. Chávez criticó a la "irresponsabilidad" de gobiernos anteriores que obligaron a muchos venezolanos a construir "viviendas precarias de chapa y cartón" en zonas que son cauce natural de agua en tiempos de crecidas. El presidente prometió que después del rescate, los sobrevivientes serán ubicados "en febrero próximo" en nuevas viviendas, en otras regiones del país. En tanto, los desaparecidos ascienden a 7 mil, según informó el ministro de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel. "Se han atendido a 20 veinte heridos y hemos evacuado a 70 mil u 80 mil damnificados, que perdieron sus casas y que se encuentran en refugios improvisados en escuelas, edificios públicos, iglesias y hospitales, principalmente de la capital", declaró por su parte el ministro de Defensa, Raúl Salazar. El funcionario informó que ya se ha trasladado al 80 por ciento de los sobrevivientes, "aunque aún nos falta rescatar a muchos damnificados". El cuadro no podía ser más desolador: vehículos totalmente enterrados, edificios hundidos en el lodo hasta el primer o segundo piso, barrios totalmente destrozados y miles de personas deambulando por las calles. A eso se sumaron situaciones de saqueos, a raíz de lo cual el gobierno implantó en toda el área el toque de queda. En el devastado estado de Vargas, miles de personas recogieron los pocos elementos personales que pudieron rescatar del desastre y emprendieron un masivo éxodo hacia la capital, La Guaira, 20 kilómetros al norte de Caracas, donde se encuentra el puerto y el aeropuerto internacional, con la esperanza de recibir comida, agua y refugio. Las autoridades todavía tienen graves problemas para llegar al área del desastre, totalmente incomunicada por carretera. La zona era recorrida, al menos, por 36 helicópteros, que regresaban cargados de heridos, algunos muy graves, los que eran trasladados a la capital. Los cuerpos de rescate, trasladados al área por aire y en barco, recorrían casa por casa para tratar de localizar heridos y personas que no habían podido salir, muchos de ellos en avanzado estado de deshidratación y con heridas. "Rompemos los techos, las puertas, entramos como sea en las viviendas, algunas despedazadas, otras tapiadas bajo los escombros, el lodo y el agua, para sacar a personas que todavía están allí", informó el coordinador del cuerpo de bomberos, Antonio Briceño. El funcionario recomendó que todas las personas que viven en esa área sean evacuadas, debido a que no hay agua potable, ni alimentos ni electricidad. Entre los países que más ayuda brindaron se encuentran México, Estados Unidos, Cuba, España e Italia. El desastre sobrevino después de dos semanas de fuertes lluvias sobre Caracas y estados vecinos, que desbordó numerosos ríos. El jueves a la madrugada y el viernes a la noche, el lodo sorprendió a los pobladores arrasando lo que encontraba a su paso. El litoral caribeño --la zona más devastada-- era el principal punto de veraneo de millones de caraqueños. Allí se combinaban poblaciones coloniales con balnearios y poblados pesqueros. Después del desastre, se supone, jamás recobrará su aspecto anterior.
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