Aguinaldo y docentes, fuente de tensión política

A diferencia de los tiempos de Domingo Cavallo, cuando el imponente auditorio del Banco Nación era desbordado por banqueros y empresarios ávidos de anuncios, ayer no había grandes expectativas. Más aún, que el ministro, José Luis Machinea, encargara a sus afiles --Vicens y Daniel Marx-- la explicación del plan fiscal y financiero del 2000 apuntaba, justamente, a no crear falsas expectativas y darle un carácter más rutinario a la presentación frente a los inversores.

De todos modos, los funcionarios hicieron todo lo posible por no defraudar a los mercados. Y, más allá de críticas puntuales de los economistas, cumplieron. En este sentido, fue Manuel Solanet, de la liberal Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), quien forzó a Vicens a dar una definición de alto voltaje político. Solanet le cuestionó, como la mayoría de los hombres de la city, que el Fondo de Incentivo Docente siguiera incluido en el Presupuesto del 2000, siendo que ya se había anunciado su futura eliminación. El secretario de Hacienda condicionó, entonces, el desembolso de los fondos presupuestados para pagar aumentos de docentes que no lo cobraron este año a una negociación con el gremio sobre la modificación del Estatuto, como reclama desde Washington el Banco Mundial. "Se juzgó que la continuidad del Fondo sólo por el 2000 era un vehículo apropiado para iniciar la discusión con el gremio docente" para modificar el Estatuto del sector, aseguró.

Vicens también anunció que el aguinaldo para los trabajadores del sector público "se abonará igual que el año pasado". El año pasado se pagó el medio aguinaldo antes del 31 de diciembre a los empleados que percibían un sueldo de bolsillo de hasta 1000 pesos, mientras que el resto cobró durante la primera quincena de enero. Para los jubilados, en tanto, se abonaría en diciembre el aguinaldo para los que perciben haberes inferiores a los 450 pesos, aunque advirtió que el límite podría ser superior si contaban con los recursos. Economía necesita desdoblar el pago del medio aguinaldo para cerrar las cuentas fiscales de este año más en línea con la meta de déficit pautada con el Fondo Monetario.

Aun así, el desvío será grande. Vicens reconoció ayer que el déficit de este año superará los 6200 millones de pesos, "lo que refleja una situación delicada que hay que resolver en forma inmediata bajándolo a 4500 millones en el 2000, cifra que está en línea con el financiamiento que puede obtener el país", afirmó.

Justamente, los economistas de la city duda de que, con el paquete tributario que está en el Congreso, logre alcanzar esa meta. Y le reclaman al Gobierno un mayor recorte de gasto público. "Los anuncios son poco ambiciosos en materia de baja del gasto público, prudentes en términos de lo que se piensa ganar con la reducción de la evasión y hacen demasiado énfasis por el lado de los impuestos", comentó a este diario Solanet. En tanto, Luis Secco, del Estudio Broda, calculó que, aun con el paquete impositivo anunciado, el déficit fiscal del año próximo no bajará de los 6 mil millones de pesos. Secco cree que en el equipo de Machinea son demasiado optimistas con el paquete: "Opinan que la recaudación va a aumentar todo lo que se legisle, pero no tienen en cuenta que el paquete va a ser un incentivo para que crezca la evasión o la elusión en Ganancias y otros impuestos", explicó. En cambio, Francisco Susmel, del Banco Hipotecario ,consideró que "las metas de reducción de evasión son bien conservadores" y, por lo tanto, evaluó como positivo que el Gobierno buscará cubrirse de cualquier bache aumentando impuestos.

Si el déficit fiscal es mayor al previsto, entonces Machinea deberá pedirles más financiamiento a los brokers de bancos locales y extranjeros presentes ayer en la reunión. "Vicens y compañía ya se están preparando para pasar la gorra", bromeaban algunos.

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