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 Sangrientos
y espectaculares. Así son los atentados de ETA. Y así podría haber sido el primero que
inaugurara la ruptura unilateral del alto el fuego, proclamada el 28 de noviembre por la
guerrilla separatista. Pero no fue. Al menos ése fue el anuncio triunfal del ministro
español del Interior, Jaime Mayor Oreja, después de que la Guardia Civil interceptara
ayer en Calatayud, a 200 kilómetros de Madrid, una "furgoneta-bomba" con casi
una tonelada de explosivos que iba a ser detonada "inmediatamente" en la capital
española. No fue. Pero podría haber sido el mayor atentado en la historia de la lucha
armada por la independencia vasca.Eran las tres y media de la tarde (hora local). La Citroën circulaba por el kilómetro 204 de la autopista nacional número dos, a 17 kilómetros de Calatayud, cerca de Zaragoza. Una pareja de efectivos de la Guardia Civil detectó que la camioneta había cometido una infracción. Y la detuvieron. Pero lo que encontraron era más que una falta de tránsito: 900 kilos de cloratito y 50 de dinamita encerrados en una caja de aluminio fijada al suelo, capaces de hacer volar un edificio entero y destrozar todo lo que estuviera en un radio de 100 metros. El conductor, José María Novoa Arróniz, aseguró que se había limitado a recibir 50.000 pesetas (poco más de 300 dólares) para llevar la camioneta desde la localidad francesa de Bayona hasta una empresa de mensajería ubicada en el madrileño aeropuerto internacional de Barajas. Pero la pesada evidencia de una bomba de tal magnitud hizo que la explicación pareciera una excusa. El conductor pertenece "al entorno" del Movimiento Nacional de Liberación Vasco (MNLV), fue primer suplente en la lista que presentó Euskal Herritarrok (EH, frente electoral etarra) en las elecciones municipales de Valle de Arana y participó en concentraciones a favor de los presos de ETA. Y estos datos fueron suficientes para que el ministro hablara de una batalla perdida para ETA. "Madrid era el objetivo de la furgoneta-bomba, que venía preparada para ser activada inmediatamente. No tenía que ser muy manipulada. Era de manejo sencillo y sólo bastaba con accionar el detonador", precisó. Después de 14 meses de tregua, la vuelta a las armas fue justificada el 28 de noviembre por ETA como una respuesta a la "política represiva" de España y Francia en el País Vasco. Pero tanto el gobierno como la oposición rechazaron ese argumento. "ETA busca cumplir con sus amenazas sangrientas", respondió ayer el presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid y miembro del oficialista Partido Popular (PP), Alberto Ruiz Gallardón. "Este, sin lugar a dudas, es el mejor regalo de Navidad que podía hacer la Guardia Civil a toda la sociedad española", se congratuló Mayor Oreja. Y el contraataque del Partido Nacionalista Vasco (PNV) no se hizo esperar. Su presidente, Xabier Arzalluz, advirtió que "es muy frívolo decir lo que ETA puede o no puede hacer. No sabemos nada de sus intenciones. Siempre he dicho que ETA es autónoma y actuará con sus criterios". Disparó además que las informaciones sobre un inminente atentado son "un intento de rentabilidad electoral". De todos modos, la posibilidad de un atentado etarra parece más que una maniobra electoral. Y ante la posibilidad de que el "comando Madrid" --que sería el que iba a detonar la "furgoneta-bomba" incautada-- esté instalado y a punto de actuar, la policía hizo un llamado a los ciudadanos para que "comuniquen a las autoridades" cualquier información sobre vecinos sospechosos.
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