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Por Laura Vales Medical Jet S.A. la compañía de ambulancias aéreas con la que Víctor Alderete voló fuera del país rumbo a Punta del Este es prestadora del PAMI y figura en sus registros como una de las empresas que hoy está cobrando dinero de la obra social por sus servicios. La firma y los pormenores de su vinculación con la obra social de los jubilados tienen su historia: fue beneficiada con contratos a precios envidiables durante toda la gestión de Alderete, a pesar de que le pasaba presupuestos hasta cuatro veces más caros que a cualquier otro cliente y de que había sido denunciada por esta maniobra. Los que conocen desde dentro los pasillos de la obra social aseguran que la clave debe buscarse en las gestiones del yerno de Alderete, César López Elorreaga, quien ocupó hasta hace poco la estratégica función de coordinar los vuelos sanitarios del PAMI. El fundador y socio mayoritario de Medical Jet es el brigadier retirado José Antonio Juliá, ex jefe de la Fuerza Aérea. En el expediente que presentó en la Inspección General de Justicia, Juliá figura como dueño del 51 por ciento del paquete accionario, mientras que su hijo Gustavo tiene otro 17 por ciento. La empresa fue creada en enero de 1994 y mostró un crecimiento notable: en apenas ocho meses aumentó su capital social de 100 mil a 800 mil pesos. Fue la primera compañía de emergencias médicas del país y todo indica que se convirtió en una prestadora con coronita dentro del PAMI apenas Alderete asumió como su presidente. En diciembre del 98, por ejemplo, Medical Jet se presentó a uno de los tantos concursos de precios para cubrir un servicio de ambulancia aérea. Se trataba de trasladar a una paciente con cáncer desde Rosario a Formosa, itinerario por el que la firma del brigadier Juliá pasó al PAMI un presupuesto de 18 mil doscientos pesos. En ese mismo momento, Medical Jet cobraba a cualquier particular cuatro veces menos para hacer el mismo viaje. Los datos están asentados en una denuncia que presentó a la Justicia la Asociación de Trabajadores del Estado, en la que consta que el presupuesto habitual de la firma para cubrir ese traslado aéreo era de apenas cuatro mil quinientos pesos. Medical Jet no ganó el concurso en cuestión, aunque vale la pena aclarar que no quedó fuera de juego por ofrecer precios sobrevaluados. A la compulsa se habían presentado otras dos firmas: Aerovida, que fijó sus pretensiones en 18 mil doscientos pesos y Federal Aviation S.A., que presentó la oferta más baja $17.760 y por lo tanto resultó elegida. Como se ve, los tres presupuestos estuvieron muy por encima de los precios de mercado. Las sospechas de estar ante una compulsa armada se alimentan con un dato central que también quedó asentado en el expediente: tanto la compañía del brigadier Juliá como la empresa ganadora funcionan en la misma oficina de Hipólito Irigoyen 785. Un detalle que para los investigadores tiene una lectura directa: que podría tratarse de una misma firma que operaba bajo dos nombres para competir en licitaciones como éstas. Carlos Oviedo, representante de la CTA en el PAMI, fue un poco más allá: Se debería investigar si el yerno de Alderete, César López Eleorraga, quien estaba a cargo del sector traslados en la obra social, cumplía a la vez funciones de carácter administrativo en Medical Jet, porque ésas son las versiones que recogimos dentro del PAMI, dijo ayer a este diario. López Elorreaga se alejó del organismo después de que la Justicia recibiera la denuncia por sobreprecios. Pero a Alderete el tema pareció tenerlo sin cuidado: mantuvo a Medical Jet en el listado de prestadores del PAMI y la semana pasada se subió a su Lear Jet 25 para viajar de La Rioja a Punta del Este, previa escala en Buenos Aires. Ahora, desde el Uruguay, asegura que se presentará a la Justicia apenas lo requieran. Tal vez entonces responda si los fondos para costear el vuelo privado salieron de su bolsillo. Y si la factura tuvo los mismos precios preferenciales que Medical Jet cobraba al PAMI.
Todo listo para el procesamiento
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