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“Jamás fui el banquero de Carlos Menem. Jamás fui el banquero del poder”.
Raúl Moneta utilizó la mañana de ayer para defenderse. Su voz se escuchó por las
principales radios, y en cada entrevista que concedió disparó artillería pesada contra
del juez federal de Mendoza, Luis Leiva, el mismo que le había dictado la orden de
captura. “Siento un gran dolor por el daño moral al que fui sometido. Todo es parte
de una conjura que apuntaba a detenerme. El juzgado de Leiva es la ESMA de la
democracia”, acusó el ex banquero. El juez Leiva no tardó en replicar las
acusaciones de Moneta. Calificó de “barbaries y mentiras” a los conceptos
vertidos por el ex banquero y aseguró que “si yo hubiera sido juez federal con
injerencia en la ESMA, seguramente habría muchos menos desaparecidos en este país, o por
lo menos no los hubiera habido allí”, dijo desde Mendoza. En su ataque frontal contra el magistrado mendocino, Moneta –quien ya pidió el juicio político del magistrado ante el Consejo de la Magistratura– acusó ayer a Leiva de formar parte de “un grupo que actúa con absoluta impunidad desde hace muchísimos años y que ha dejado en Mendoza montones de víctimas inocentes”.Moneta reapareció hace una semana después de haber permanecido prófugo durante 195 días, no bien la Justicia Federal dejó sin efecto la orden de captura que sobre él pesaba desde principios de junio. Y en las próximas horas el juez Gustavo Literas, quien por orden de la Corte Suprema centraliza las actuaciones contra Moneta, le fijará fecha y hora para tomarle declaración indagatoria. Esto sucedería recién durante febrero.“Yo soy una víctima y lo voy a demostrar en la Justicia. Esto va a permitir desenmascarar a jueces que le hacen muchísimo daño al país”, repitió Moneta en cada una de los reportajes radiales que le hicieron ayer. “Mi familia ha sido amenazada, agraviada, anónimamente advertida de cosas horribles”, denunció. En cambio, prefirió no responder cada vez que le preguntaron por el lugar en donde permaneció escondido a lo largo de todo un semestre. “Estuve incómodo y moviéndome permanentemente. Algún día lo voy a contar”, prometió. Al respecto, relató que durante el tiempo que escapó de la Justicia mantenía “esporádicas” comunicaciones con su familia y con sus socios del CEI Citicorp Holding. “Es público y notorio que he hablado con Tom Hicks (el empresario estadounidense que preside el fondo de inversión) y con algunos otros socios. Pero a Carlos Menem no lo he vuelto a ver desde principios de año. Ni siquiera tuve un contacto telefónico con él ni con ningún miembro del gobierno (anterior). No toqué, en mi vida, un centavo ni de Menem ni de ningún miembro del gobierno”, apuntó.Por otra parte, confirmó que aún retiene una parte (el 27 por ciento) del paquete accionario del CEI. Cuando la Justicia lo reclamó, Moneta fue reemplazado en la presidencia del holding dueño de las revistas de Editorial Atlántida (El Gráfico, Billiken y Gente), del control de CableVisión y de la mitad del capital de Cointel, grupo de control de Telefónica y de una serie de compañías de telecomunicaciones. “Al vislumbrar problemas y complicaciones con el Banco Mendoza, pedí que me relevaran”, comentó Moneta. Pero, además, el ex banquero se desprendió de acciones del CEI por un total de 125 millones de pesos. “Nadie me obligó a vender. Sentí la obligación para que los bancos (Mendoza y República) tuvieran los fondos necesarios para que todo el mundo cobrara”, señaló. Al respecto, aseguró que el Mendoza “jamás quebró, jamás fue vaciado, es todo un absurdo, una patraña”, y reveló que esa entidad financiera tiene depositados 30 millones en plazos fijos en dólares en el Banco Nación.En todo momento, Moneta aseguró que fue víctima de un “manejo mediático” elaborado por el juez Leiva. “Fue una campaña mediática muy fuerte en contra mío. Si Página/12 saca una tapa en la cual dice que Raúl Moneta lava dinero, se imagina que el directorio del Central se pregunta ‘¿Qué estará pasando acá’? Los funcionarios son muy sensibles a los medios”, destacó. “Todo esto me ha perjudicado económicamente, pero no soy vengativo. Tengo profundas ideas religiosas”, ensayó. No obstante, aseveró: “He vuelto. Y estamos trabajando para hacer nuevas presentaciones (contra Leiva) más adelante”.
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