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Arreglar un semáforo que no anda
ahora es cuestión de media hora

A partir de hoy, un sistema computarizado detecta al instante la falla de cualquier semáforo de la ciudad. Y en ese mismo momento se enviará la cuadrilla para solucionar el problema.

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El control computarizado de ordenamiento de tránsito también permite controlar las ondas verdes.
También se podrá modificar el ritmo de los semáforos en caso de producirse embotellamientos.

Por Pedro Lipcovich

t.gif (862 bytes) Si un semáforo se descompuso y tardan más de media hora en arreglarlo, los porteños tienen, a partir de hoy, derecho a protestar. Porque el gobierno de la ciudad inauguró un sistema que detecta instantáneamente las fallas y permite enviar equipos de reparación que, aseguran, no demoran más que eso en llegar. Además, desde el 1º de enero, podrán verse en Internet las imágenes en tiempo real de varias esquinas clave en materia de embotellamientos. Todo esto forma parte del sistema computarizado de ordenamiento de tránsito que, también, permite controlar las “ondas verdes” y modificar el ritmo de los semáforos en caso de embotellamientos. La computarización de los semáforos abarca ya el macrocentro y se extenderá en los próximos meses.
Lo mejor es eso de ver las esquinas por Internet. Supongamos que uno quiere citarse con una persona en Corrientes y Callao, y clavarla: a la hora indicada, cómodamente sentado en casa ante la compu, uno va a www.buenosaires.gov.ar, clickea en “señalización luminosa” y presencia cómo, en la vereda de La Opera, la persona citada llega, espera, se impacienta, sufre, se decepciona y se va.
Las esquinas visibles a toda hora por Internet, gracias a estas “cámaras de supervisión visual del tránsito”, serán, además, las de Santa Fe y Cerrito, Corrientes y Pueyrredón, Avenida del Libertador y San Martín, Libertador y Callao, Córdoba y Cerrito, Corrientes y 9 de Julio, Diagonal Norte y Suipacha, y también Plaza de Mayo y Plaza Congreso.
Claro que los que deben prestar atención a esas imágenes son, ante todo, quienes operan el Comando de Control Centralizado de Tránsito, que funciona en Carlos Pellegrini y Sarmiento. Allí es donde se inauguró, ayer, el “panel mímico”, vasto plano mural donde titilan centenares de lucecitas, cada una de las cuales representa un semáforo. Si uno de los artefactos deja de funcionar correctamente, a la lucecita le pasa lo mismo y, de inmediato, el comando avisa al servicio de reparación, que está concesionado. El equipo de reparaciones –cuyos vehículos están supervisados por seguimiento satelital– debe llegar en 20 o 30 minutos al lugar.
El “panel mímico” (que no hace sino visualizar los datos que los operadores reciben en sus computadoras) también reproduce las “ondas verdes” de los semáforos. La computarización total permitirá suprimir o reducir al mínimo los fastidiosos carteles de “A 100 metros, nueva onda verde”, que se deben a la insuficiente coordinación entre los sistemas de los distintos distritos de la ciudad.
En condiciones normales, el ciclo completo de un semáforo (el tiempo que pasa desde que se pone en un color hasta que vuelve al mismo color) tarda entre 80 y 110 segundos. En el macrocentro, entre las 9 de la mañana y las 10 de la noche dura 110 segundos; de 7 a 9 de la mañana, con menor densidad de tránsito, dura 100, y en la noche alcanza con 80 segundos. Dentro de cada ciclo, a cada calle del cruce le corresponde un lapso mayor o menor según la cantidad de tráfico que por ella circula; a las calles que llevan al centro se les otorga más tiempo a la mañana, y a las que salen del centro se les da más tiempo al atardecer. Todo esto responde a distintos programas de computación, que pueden intercambiarse para reordenar la circulación cuando hay embotellamientos, choques o manifestaciones callejeras.
El sistema se completará con la puesta en servicio de los detectores vehiculares: son cables en espiral insertados en el pavimento, en un rectángulo de tres metros por dos, generan un campo magnético que detecta las masas metálicas de los autos y así permite contarlos. “Cuando esté a punto el sistema de espiras detectoras, la computadora misma va a modificar los ritmos de los semáforos según la cantidad de tránsito. Hasta ahora tenemos colocado un 35 por ciento de estos detectores, cuya instalación es bastante costosa, pero confiamos en que el año que viene varios distritos de la ciudad funcionen con este sistema”, explicó a este diario Carlos Milovich, jefe del Departamento de Operación de Sistemas.
Hasta ahora, la computarización del macrocentro abarca el área entre las calles Jujuy, Venezuela y el río, y en los próximos días llegará a la avenida Independencia.

 

 

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