Página/12
en Paraguay Por Darío
Pignotti
Desde Asunción
En 1992,
Martín Almada descubrió los Archivos del Terror: cinco toneladas de documentos
probatorios de la coordinación represiva en el Cono Sur durante los años 70, que
estudió el juez español Baltasar Garzón y que son una pieza clave del juicio de Madrid
contra Augusto Pinochet. Hoy denuncia, el Cóndor sigue actuando y en los últimos
años contó con la complicidad del oviedismo. Almada, presidente del Tribunal Etico
contra la Impunidad, estuvo preso por el stronissmo entre 1974 y 1977. Estamos
frente al Cóndor II. El primero voló durante el terrorismo de Estado, como una criatura
concebida por Pinochet. El actual comenzó a funcionar después de la instalación de los
gobiernos democráticos en América latina y tuvo varios continuadores, entre ellos Lino
Oviedo. Así se deja resumir la tesis de Almada. ¿Qué documentos lo
respaldan?El miércoles, al cumplirse los 7 años del descubrimiento de los Archivos
del Terror, hemos presentado al presidente paraguayo González Macchi una denuncia del
proyecto de integración de un servicio de inteligencia de las FF.AA. y policía
paraguaya. Para ello contrataron a dos ex elementos de la DINA, la policía política
chilena. ¿Quiénes son?Son por lo menos 2 hombres que vienen trabajando desde
1994. Uno es Ramón Vallejos, quien fue hombre del área de política de la CNI chilena
(la sucesora de la DINA) y desde 1994 ha sido asesor de inteligencia del ex vicepresidente
oviedista Angel Seifart, de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y últimamente
estuvo vinculado a los generales Goselle y Gaona. El otro es Rodrigo Court Lovos, ex
capitán del ejército chileno y ex miembro de la CNI, quien ha pasado por la Senad, la
policía y el proyecto de Organización de Inteligencia Conjunta. ¿Cómo se
articula el cuadro paraguayo con una coordinación regional?Le aporto otra evidencia, como
la carta del Coronel Francisco Ramón Ledesma, del ejército paraguayo, que remitió una
lista de subversivos a la conferencia de ejércitos americanos de Ecuador en
1997, la última a la que asistió Pinochet (ver facsímil). Y esos
desocupados chilenos habrían sido los que asesoraron al ejército paraguayo
en la elaboración de ese listado. ¿Y la complicidad Cóndor II-Oviedo?El
hecho es que Lino Oviedo fue el hombre excluyente del ejército por muchos años, luego de
desplazar a Stroessner y de haber sido el factótum de la caída de la dictadura. Ninguna
decisión estratégica se adoptaba en el ejército paraguayo contra su voluntad o sus
negocios. Y no se olvide que él jamás cortó las muy buenas relaciones del ejército
stronissta con el pinochetismo, o el ejército chileno que es decir lo mismo. Hay muchas
huellas de continuidad entre los Cóndores I y II. ¿Por ejemplo?Luego de
haber hallado los Archivos del Terror en Paraguay puede reconstruirse que en esos años
del Cóndor I nuestro país fue un depositario o banco de datos de todo el operativo, es
decir que teníamos un lugar en la división del trabajo pensada por Pinochet. Ahora se
estaría planteando otra división del trabajo y otra coordinación cuyas formas no
conocemos totalmente. Pero yo me empiezo vislumbrar que los militares chilenos, Vallejos y
Court Lobos vienen a reorganizar la asociación criminal en democracia. ¿Hay lugar
para neodictaduras? En Paraguay son posibles. Cuando Oviedo era el hombre fuerte del
ejército él manifestó más de una vez que instauraría la dictadura de ser necesario.
Recuerdo que por entonces yo era presidente de la asociación americana de juristas y en
ese carácter le respondió que sólo un militar trasnochado podía tener esa aspiración.
Porque para nosotros la democracia es irreversible. Pero para ellos no. A Oviedo le
gustaba esa frase de Stroessner que decía a los amigos todo, a los enemigos palos y balas
y a los indiferentes la ley. ¿Oviedo pretendía algún liderazgo entre los
militares de la región?Tengo un recorte de prensa de un encuentro militar en
Montevideo que resalta cómo Oviedo presumía de una actitud antiimperialista, ése es un
gesto que habla del liderazgo que él imagina entre sus pares. En aquella reunión él nos
sorprendió por su posición antiyanqui, tipo lo que hace Chávez hoy. ¿Cómo
juegan las Conferencias de Ejércitos?Creo que son un elemento clave de todo el
reordenamiento. Tengo una visión propia del tema: los ejércitos del mundo están en
plena crisis, los militares europeos ya encontraron trabajo con las misiones de paz, no
son más desocupados. Pero en América latina no se resolvió el problema de la
desocupación militar, y siguen con la mentalidad de la Guerra Fría y se reúnen
periódicamente para justificarse a sí mismos inventando nuevos subversivos que son los
sin techo, los sin tierra, los periodistas, los defensores de derechos humanos. Fue por
eso que nosotros, el Tribunal Etico argentino y paraguayo, pedimos la presencia de
observadores en la última CEA en La Paz. No creo que hayan tenido suerte.No
la tuvimos. Hugo Banzer, anfitrión como presidente, no nos dio ni la hora. Esta
noche Oviedo sería entrevistado por Mariano Grondona. Supe esta mañana a través de
Nelson Castro algo sobre ese reportaje. Yo le diría a Oviedo que no gaste más llamadas
satelitales, son muy caras. Está muy claro que él quiere impactar en el millón de
paraguayos que viven en su país (Argentina) y crear más inestabilidad en el Paraguay.
Oviedo es un irresponsable con estos golpes psicológicos. Mejor sería que Oviedo se
presentara ante la Justicia, igual que lo debiera hacer Stroessner. Paraguay está sumido
en una pobreza explosiva y Oviedo es un irresponsable que con estos golpes psicológicos
puede estar encendiendo la mecha. Yo le diría que, si seguimos así, Paraguay termina
siendo Chiapas. ¿Ejércitos antiimperialistas en los 90?En el último tiempo
se ve cómo los ejércitos empiezan a revelarse, relativamente, frente al alineamiento con
el Pentágono de los 70, cuando no había lugar para posiciones diferentes. Y Lino Oviedo
pretendió canalizar ese estado de ánimo, pero sin el liderazgo que sí tenía Pinochet
en las últimas cumbres de ejércitos del 93, 95 y 97.
Un prototipo de la represión
Por D. P.
El juez Garzón, en abril de este año, me pidió un caso típico del Cóndor
entre Paraguay y Argentina y entonces yo le entregué la historia de Marta Landi, detenida
en Asunción el 29 de marzo de 1977 y embarcada en una nave militar argentina el 16 de
mayo de ese año, fecha de su desaparición.A mi vuelta de Madrid me intrigó más
la historia de Marta y volví a los archivos, siempre estoy volviendo, dice Martín
Almada.
¿Y qué halló?
Encontré que ella y José Logoluso, su compañero también desaparecido, habrían
tenido una criatura de 2 años y medio, y encontré una nota de la presidenta de la
Comisión de Derechos Humanos del Paraguay, Carmen de Lara Castro, diciéndole al jefe de
policía que no era justo que esta criatura siguiera en una celda, y pidiéndola en
guarda.
¿A quién fue entregado el niño?
No tengo seguridad, pero finalmente encontré un documento policial (ver facsímil),
en mayo de ese año, que dice que se habría hecho entrega del niño el 15 de octubre de
1979 a Clara Dilia Aguirre de Pizarro, con domicilio en Mendoza Sur 605, provincia de San
Juan. El documento está firmado por Marisa Estela Pizarro. Este papel nos abre un nuevo y
serio interrogante. Y por este medio pido a los organismos de derechos humanos de la
Argentina la colaboración que puedan facilitarnos para esclarecer este hecho.
CUANDO PINOCHET Y OVIEDO ESTABAN SANOS E IMPUNES
Crónica de una visita a la cárcel
Por D. P.
Oviedo y
Pinochet vivían días de gloria e impunidad. Era mayo de 1998: el paraguayo había
consagrado a un subalterno (Raúl Cubas, piloto de rallies) como presidente de la
república. El chileno se paseaba por las Conferencias de Ejércitos Americanos (Brasil
93, Argentina 95, Ecuador 97) de América del Sur propalando y aun
rehaciendo la trama del Cóndor, pero ahora legalmente. El dictador setentista no
imaginaba lo de Londres. Oviedo, un fascista pop de los 90, tampoco esperaba la pueblada
que iba a echarlo del Paraguay tras el asesinato de Argaña. Aunque todavía purgaba una
pena de 10 años de prisión en la I División de Infantería por sedición en 1996 contra
el ex presidente y contratista aventajado Juan Carlos Wasmosy, el encierro de Oviedo
parecía casi protocolar. Ya había ordenado al presidente electo Cubas que lo liberara,
algo que el piloto-presidente cumplió con celeridad 3 días después de asumir. ¿Qué
más podían pedir? ¿Por qué ocultarían Pinochet y Oviedo una sana simpatía? De hecho,
no lo hicieron. El 17 de mayo de 1998 centenares de personas, muchas llegadas a Asunción
de departamentos lejanos como Itapuá o Paraná, hacían fila frente al cuartel para
felicitar a Oviedo por la victoria del domingo anterior. Los simpatizantes
colorados pugnaban por obtener unos minutos en la agenda del líder preso.
Aquel domingo había unos 300 inscriptos pero nadie pudo ingresar. ¿Por que se suspenden
las visitas?, preguntó este cronista mientras hacía cola. Están viniendo de Chile
con saludos para el general Oviedo, explicó una activista UNACE, Unión Nacional de
Colorados Eticos. A las 11 de la mañana, la delegación posó ante los reporteros.
Confirmó que venían desde Santiago con calurosos saludos del general Pinochet.
|