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Por Diego Fischerman Un pequeño tambo cercano a Punta del Este y llamado Lapataia alcanza para desmentir dos creencias fuertemente establecidas. Una es que el mejor dulce de leche es argentino. La otra, que para escuchar a los grandes nombres del jazz hay que irse muy lejos. Allí, subiendo el cerro que está enfrentado a Punta Ballena, se dan cita todos los años varios de los principales músicos del género, nucleados alrededor de la iniciativa y el criterio musical de Paquito DRivera, que además de tocar funciona como director artístico. El Festival Internacional de Jazz de Punta del Este llegará en el 2000 a su quinta edición consecutiva. A partir del 5 de enero próximo, no sólo podrá escucharse en ese ámbito a leyendas como Phil Woods, Benny Golson o Buster Williams sino también a monstruos de la generación intermedia como Michael Brecker o Terence Blanchard, y a emergentes de nuevas tendencias como la joven y talentosísima violinista Regina Carter. La movida, en realidad, empieza antes: desde el 30 de diciembre estará allí la notable cantante Lenny Andrade, animando lo que los organizadores llaman el jazz cooking del tambo. Luego integrará el homenaje a Ellington, que funcionará como apertura oficial, el 5 a las 19, junto al quinteto de DRivera. El grupo del saxofonista y clarinetista cubano estará integrado por los argentinos Diego Urcola en trompeta y Darío Eskenazi en piano, Oscar Stagnaro en bajo y Mark Walker en batería. El mismo grupo pero con los uruguayos Osvaldo Fattorusso en batería y Federico Righi en bajo abrirá la sesión del jueves 6. Y luego seguirán dos lujos: primero el quinteto de Woods, el único saxofonista que logró seguir a Charlie Parker sin ser su imitador. Con un estilo claramente inscripto en el Bop, posiblemente sea el intérprete con mejor técnica en su instrumento de los últimos cuarenta años. Tanto en el saxo alto como en el clarinete sus versiones son de un virtuosismo y una musicalidad apabullantes y su grupo, cuya base Steve Gilmore en contrabajo y Bill Goodwin en batería permanece estable desde hace décadas, es uno de los más afiatados de la historia del jazz. La conformación actual del quinteto incluye a Brian Lynch en trompeta y al pianista Bill Mays. Cerrando la noche, estará el cuarteto de Michael Brecker, otro virtuoso y sin duda uno de los saxofonistas más influyentes e imitados de los últimos tiempos. Brecker, que acaba de editar un disco notable para el sello Verve, aquí estará junto a su grupo estable compuesto por tres músicos de primera línea: el contrabajista James Genus que toca habitualmente con el trompetista Dave Douglas y grabó con él uno de sus mejores discos, Moving Portrait, el excelente pianista Joey Calderazzo y el baterista Jeff Tain Watts. El viernes 7 habrá un grupo casi exclusivamente femenino formado por la pianista Renee Rosnes, la violinista Regina Carter y la impactante baterista Terri Lyne Carrington (que fue parte de la banda de John Scofield). Junto a ellas estará el bajista John Patitucci. La segunda parte del concierto estará a cargo del trompetista Terence Blanchard, con David Pulphus en contrabajo, Brice Winston en saxo tenor, Aaron Fletcher en alto, Edward Simon en piano y Eric Harland en batería. El sábado 8, además del grupo de DRivera y el trío del contrabajista Buster Williams (con Carl Allen en contrabajo y Billy Childs en piano), actuará Benny Golson, saxofonista del famoso Jazztet, que dirigió junto a Art Farmer y compositor de clásicos como I Remember Clifford.
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