Los excesos
de Navidad, incorporados a la identidad argentina casi tanto como el mate o el fútbol,
volvieron a hacer estragos: unas 300 personas resultaron heridas, en todo el país, por
cabecear corchos endemoniados o por ponerle las manos o el cuerpo a las bengalas y cohetes
que, sólo en la Capital Federal, provocaron 48 incendios. Hubo dos muertes atribuibles al
mismo fenómeno: en Rosario, un hombre de 65 años falleció atragantado por un trozo de
lechón, mientras que otro habitante de la misma ciudad, en total estado de ebriedad,
asesinó a un vecino de una cuchillada. Como la actitud desaforada de algunos se convierte
en rutina, el jefe del Gobierno porteño opinó que se trató de una Navidad muy
tranquila en la cual no pasó nada grave. Un capítulo aparte fueron los
accidentes de tránsito, tan frecuentes en las fiestas tradicionales como en el resto del
año, que produjeron diez muertes. El accidente de tránsito más grave ocurrió en la
localidad bonaerense de Glew, donde chocaron una moto Honda y un ciclomotor Zanella. En el
hecho murieron Juan Bautista Núñez, de 20 años, y Héctor Guerrero, de 30, quienes
conducían los dos rodados, mientras que los acompañantes de ambos sufrieron heridas de
importancia. Otras cuatro muertes ocurrieron en la provincia de Córdoba, donde hubo tres
accidentes en distintas localidades.Los otros decesos fueron en La Pampa, Puerto Madryn,
Santa Fe y Posadas. Los casos policiales comenzaron el viernes 24, con dos robos a bancos,
aprovechando el relajamiento de la seguridad que suele acompañar a las horas previas al
festejo navideño. Fue asaltada la sucursal del Banco Bisel, en Maipú 568, en pleno
centro de la ciudad de Buenos Aires. El otro caso sucedió en la sucursal del BankBoston
ubicada en la localidad bonaerense de Boulogne. Allí se supo que el monto robado rondaba
entre los 20 y los 25 mil pesos. En la ciudad de Buenos Aires hubo unos 200 heridos por
pirotecnia y por el impacto de corchos despedidos por botellas de sidra o de champaña. Un
total de 125 personas 46 menores y 79 mayores fueron asistidos en el Hospital
Oftalmológico Santa Lucía, donde se citó, sin dar el nombre, el caso de un paciente que
perdió la visión de los dos ojos por la explosión de una bomba. En el Instituto del
Quemado los asistidos fueron 36, en todos los casos lesionados por el uso imprudente de
artículos de pirotecnia. Mientras tanto, en el Hospital Ofalmológico Lagleyze se
recibió a 39 personas con lesiones oculares producidas por cohetes y bengalas. Al
Lagleyze fue llevada una nena de seis años que perdió un ojo, al ser alcanzada por la
explosión de un petardo. Un trozo de cuatro centímetros todavía estaba alojado en
uno de los ojos de la nena, informó el médico de guardia Guillermo Gómez. En
Rosario, Bernardo Catori, de 65 años, murió atragantado cuando estaba comiendo lechón
asado. El episodio ocurrió en una vivienda de esa ciudad, donde la víctima participaba
de una reunión familiar. Otro hecho fatal ocurrió en la misma ciudad cuando Damián
Antonio Cisneros, de 44 años, entró abruptamente en la vivienda en la que se encontraban
Rubén Alvarez, de 41, y su esposa, Liliana González, de 39. Cisneros, que era vecino de
Alvarez y González, estaba ebrio y los atacó a ambos con un cuchillo, sin que mediara
discusión alguna. El hombre murió y la mujer resultó herida.
Internet duplicó ventas Las ventas por Internet continúan su vertiginoso aumento, especialmente
durante las fiestas de fin de año. El diario The New York Times publicó que las ventas
navideñas se duplicaron este año, con respecto a lo ocurrido en 1998, lo que está
indicando que los consumidores prefieren hacer las compras por la red, desde el calor del
hogar, evitando así el tumulto de los grandes almacenes. Una encuesta realizada entre el
17 y el 19 de diciembre demostró que el 17 por ciento de los adultos norteamericanos
había comprado sus regalos de Navidad, o planeaban hacerlo, a través de la red. Fuentes
de la firma Visa, que nuclea el 50 por ciento de las ventas con tarjeta de crédito en los
Estados Unidos, precisaron que sus clientes gastaron, vía Internet, la suma de 1.470
millones de dólares entre noviembre y diciembre. Los que en cambio prefieren el frío y
el riesgo, en vivo y en directo, son los 18 expedicionarios de distintas nacionalidades
que esperan llegar el próximo 31 de diciembre, a pie o sobre esquís, al Polo Sur, para
celebrar el cambio de milenio en ese extremo del mundo, soportando temperaturas de 20
grados bajo cero. |
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