Por Facundo Martínez Después de
participar en cuatro mundiales, y de no poder hacerlo en el último por falta de
patrocinadores, la Argentina organizará entre el 17 y 23 de enero, en Mar del Plata, su
primer campeonato internacional de Beach Soccer (fútbol de playa), un deporte que
comenzó a practicarse en los países costeros de mayor tradición futbolística como
Brasil, España e Italia, y que rápidamente se fue ganando adeptos en Estados Unidos,
Inglaterra, Holanda, Corea, Japón, Francia, Portugal, Uruguay y Argentina, entre otros.
Este torneo, denominado Fase Argentina, que se jugará en un estadio con capacidad para
4000 espectadores y que se está construyendo en la playa Bristol, tendrá status
clasificatorio para el Mundial de Brasil 2000, que se disputará entre los días 15 y 20
de febrero próximos. En diálogo con Página/12 el jugador y entrenador del combinado
nacional, ex defensor de River y Gimnasia, Carlos Russo, habló sobre las expectativas de
la inserción de este deporte a nivel nacional y explicó algunos de los secretos del
Beach Soccer, un juego que comenzó como un espectáculo playero para convertirse en una
alternativa válida para los futbolistas que salen del circuito profesional.El único
país donde el Beach Soccer está profesionalizado es Brasil, máxima potencia de este
deporte, que cuenta entre sus filas a ex glorias del fútbol mundial como Zico, Junior,
Romario y Edmundo. Y es precisamente este país el principal promotor de este derivado del
fútbol a nivel internacional, organizando torneos y hasta cubriendo los gastos de las
delegaciones invitadas que no consiguen sus propios sponsors. La Argentina comenzó a
participar en esta disciplina en 1994, un año después de la creación de la
Internacional de Beach Soccer Asociación (IBSA), aunque los trámites reconocimiento
institucional de la Asociación Argentina de Beach Soccer tienen sólo cuatro meses. En
estos cuatro años, el combinado nacional contó con jugadores de la talla del Pato
Fillol, Mario Kempes, Nery Pumpido, el Loco Enrique, Claudio Borghi y Sergio Batista,
figuras convocadas para promocionar el deporte a nivel nacional. Y para este torneo,
además del propio Russo, fueron convocados Sergio Goycochea, Julio Olarticochea, Néstor
Clausen, Walter Rojas y Dardo Cortéz, entre otros. Jugadores de experiencia y
renombre y otros más jóvenes que fueron quedando libres en sus respectivos clubes,
explica Russo. El límite de edad para jugar es hasta 45 años y eso es bueno,
porque un jugador que tiene 30 o más sabe que en el Beach Soccer le quedan más de 10
años para seguir jugando, viajando, es decir, haciendo todo lo que uno extraña cuando
deja de jugar profesionalmente. Lo bueno sería conseguir sponsors para que aquí se
juegue profesionalmente. Por ahora el único país en el que los jugadores trabajan todo
el año y son pagos es en Brasil. Ahí un jugador como Junior puede cobrar entre 12 o 15
mil dólares por torneo, aunque esto dependa de la publicidad, cuenta Russo, quien
anhela en algún momento poder contar con futbolistas en actividad que estén de
vacaciones y quieran sumarse a este proyecto, por lo menos un partido.Como no
hay canchas en el país, la selección argentina de Beach Soccer no se entrena durante
todo el año, comienza a hacerlo a partir de octubre hasta el final del verano, y lo hace
en una cancha de Punta Carrasco, que el complejo les cede de favor. Para ponerse en forma
e ir ganando ritmo, la selección participa en varios torneos internacionales
recientemente vienen de Japón y en torneos de la Liga Sudamericana junto a
Venezuela, Uruguay, Chile, Perú y Brasil. Todas estas competencias nos sirven para
llegar bien al Mundial, cuenta el ex defensor.Russo sueña con que con el tiempo
este deporte gane en popularidad como lo hizo en Brasil. Piensa que algún día, los
clubes o los municipios de la Costa lo tendrán incorporado a sus actividades. Por ahora,
el técnico y jugador de la selección invita a conocer el espectáculo,
totalmentegratuito, eso sí, tempranito, dice, para que la arena
no les queme los pies descalzos.
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