El
ex gobernador Eduardo Duhalde iba a tener que responder hoy varias preguntas claves. Entre
ellas, éstas dos:
* "¿Hizo usted un arreglo ilegal con
los ladrones de Los Hornos, prometiéndoles a ellos una conmutación de pena a cambio de
que mantengan sus dudosas y contradictorias declaraciones?" Los Horneros, por
ejemplo, dicen que no hubo zona liberada para cometer el asesinato y que --contra todas
las evidencias-- no había otros policías en la cava.
* "Se dijo que a usted le ofrecieron
entregarle un arma relacionada con el crimen. ¿Quién se la ofreció? ¿Dónde está esa
arma ahora?"
Duhalde iba a tener que contestar bajo
juramento esas y otras preguntas pero su declaración fue cancelada por partida doble.
Por un lado, el abogado de la familia
Yabrán, Jorge Sandro, renunció a hacer las preguntas, en lo que suena fuertemente a
pacto de no agresión. A primera vista, el proyecto es que Prellezo y Los Horneros sean
condenados a cadena perpetua --sin conmutación de pena, porque ése es apenas un
engaña-pichanga para que Los Horneros mantengan su versión--, en tanto que zafarían
Yabrán y los jefes de la Bonaerense. La pelea se limitará exclusivamente a Ríos, que en
caso de resultar con condena, habría actuado casi por su cuenta. En esa lógica, el
crimen fue ordenado y ejecutado por una bandita de poca monta, a pesar de que los hechos
indican lo contrario: a Cabezas le pegaron dos o tres tiros en la nuca, le dejaron las
esposas, quemaron el cadáver con combustible comprado o preparado con anterioridad y lo
dejaron en el camino por donde iba a pasar el gobernador bonaerense.
Es claro que los abogados de la Asociación
de Reporteros Gráficos de la Argentina (Aargra) nada tienen que ver con esos pactos que
se urden en las sombras, fuera de los Tribunales. Sus motivos para desistir de la
declaración del ex gobernador deben ser otros. Pero, aun así, la decisión es
criticable. Ante la posibilidad de que haya un pacto, un arreglo, los hombres del gremio
deberían haber tratado de sacar las cosas a la luz del día.
El juicio por el asesinato de Cabezas
transita una zona más que riesgosa. Se han incrementado las sospechas sobre cambios de
bando de imputados y abogados, pactos de no agresión y arreglos de dinero. La verdad
sólo saldrá de la confrontación. El gran peligro es que el proceso se termine sin que
se sepa realmente quién mató a Cabezas y por qué. |