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COMO SE PREPARAN LOS BANCOS PARA EL Y2K
La city está tranquila


t.gif (862 bytes)  El problema del año 2000, conocido por sus siglas en inglés como Y2K, tiene una doble dimensión. La estrictamente técnica, que puede producirse cuando las computadoras, preparadas para reconocer los años por sus últimos dos dígitos, interpreten al 2000 como 1900. Y la dimensión económica, que surgiría de la caída del sistema. Frente a los temores de los usuarios del sistema financiero y para conocer las previsiones que se han tomado para evitar potenciales inconvenientes, Página/12 consultó a funcionarios del Banco Central y ejecutivos de las redes de cajeros automáticos.

El Central fue, desde 1997, el encargado de coordinar la estrategia para enfrentar la problemática en el sector financiero. Además de definir el plan global, tuvo a su cargo la función de auditar el sistema, tarea para la que contrató a la consultora española Sema Group. Además de las tareas de reemplazo y actualización de hardware y software, las principales líneas de acción del BC han sido y serán medidas de flexibilización en materia de liquidez y la instrumentación de prácticas para acompañar los problemas que puedan surgir en las distintas entidades.

Uno de los principales temores de los ahorristas es el relativo a la pérdida de información sobre saldos y transacciones. Desde una perspectiva estadística, sin embargo, este fenómeno aún no se ha manifestado de manera clara. El vicepresidente del Central, Martín Lagos, informó una merma en los depósitos del sistema de unos 600 millones de dólares. No obstante, la justificó como una baja relativamente normal para esta época del año que, si bien excede las reducciones registradas años anteriores, muestra los niveles de preferencia por la liquidez propia de fin de año. De todas maneras, Lagos no descartó que una parte de esta merma se haya debido al efecto Y2K.

A fin de garantizar que el público pueda acceder a su efectivo sin problemas, el BC flexibilizó algunas normas. En lo que respecta a los cajeros automáticos se permitirá que el dinero en ellos depositado tenga el mismo carácter que el efectivo mínimo que los entidades están obligadas a mantener en las arcas del Central. Para los bancos esto significará que no deberán sacrificar rentabilidad --el Central paga un interés del 5 por ciento anual por esas reservas--, lo que hace presuponer que las gerencias financieras no retacearán el abastecimiento de los cajeros. Además, el control mensual de efectivo mínimo correspondiente a diciembre se aplazará para fines de enero, es decir que será bimestral por esta vez.

Si bien los bancos por rutina, al final de cada jornada, bajan el registro de sus operaciones a un soporte magnético y lo imprimen, para la actual contingencia el Central exigirá que el 31 de diciembre le sea remitida una copia extra de las operaciones del día, la cual deberá ser enviada en un soporte con lenguaje informático preestablecido. Paralelamente y antes de las 20 horas de ese día, cada banco, deberá presentar obligatoriamente una declaración jurada que asegure su reapertura el 3 de enero sin problemas. Esta declaración será fundamento del plan de continuidad de negocios de la entidad, pues si en esa jornada aparece algún problema considerado mayor, la entidad dejará de operar momentáneamente.

Fuentes del BC informaron a Página/12 que el riesgo de corridas por el Y2K ya pasó, pues ya no existe tiempo para que ocurran. No obstante, destacaron que, de haber ocurrido, el sistema estaba protegido por los 14 mil millones de dólares de la línea REPO, constituida en forma solidaria por el conjunto de bancos de plaza.

Por último también se ha elaborado un plan de contingencia frente a los peores escenarios. Está previsto que a través de grupos electrógenos propios y sistemas de comunicación independientes de las redes públicas, el sistema financiero pueda seguir operando en ausencia de los servicios telefónico y eléctrico. También se ha creado el "equipo ad hoc de la contingencia del año 2000", tal su nombre, que operará el 31 de diciembre desde las 11 de la mañana hasta alrededor de las 21 horas. En contacto con el Banco de Basilea y el Central español se monitoreará el efecto en los distintos países del mundo a medida que vaya ocurriendo, además de atender problemas focalizados que puedan surgir. A partir de las 3 de la mañana del 1º de enero el equipo realizará pruebas internas en sus equipamientos y entre las 11 y las 16 horas de ese día se activarán los equipos para pruebas en tiempo real.

Armando Abagnina, gerente comercial de Red Link, confirmó a Página/12 las previsiones de mayor efectivo para el abastecimiento de los cajeros automáticos y consideró injustificadas las predicciones alarmistas sobre el efecto 2000, puesto que se han hecho suficientes pruebas y simulaciones que garantizan la adecuada preparación de las redes. Dijo que es imposible que se pierdan saldos y operaciones, porque independientemente de lo que ocurra con los sistemas informáticos todas las transacciones suponen, paralelamente, registros impresos. Si bien destacó que diciembre marcó un record histórico de operaciones, las atribuyó a la mayor extensión de la red y a efectos estacionales.

 

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