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![]() Los primeros balances en París indicaron unos setenta millones de dólares sólo en la devastación de edificios como el Palacio de Versalles, además de las pérdidas de los ciudadanos que vieron cómo caían árboles, chimeneas, y mampostería sobre sus casas dejándolo todo como si hubiese arrasado un batallón de artillería. En Francia ayer murieron otras siete personas y así la cifra de victimas mortales llegó a 40. Anoche, en el norte del país, todavía quedaban 900.000 hogares sin electricidad. Ayer, el primer ministro Lionel Jospin volvió a París para ver de cerca el drama: "Lo excepcional no siempre puede ser previsto", se excusó. Las perspectivas eran negras ayer para el País Vasco, donde la tormenta de ayer dejó cinco muertos y cincuenta heridos. Asturias y Cantabria también recibían la violencia de la tempestad. Allí se cortaron rutas, y se bloquearon vías férreas. En Bilbao, dos transeúntes murieron al ser aplastados por una grúa de construcción que volcó por culpa de las ráfagas de 140 kilómetros por hora que cruzaron la ciudad.
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