Por Adrián H. Mouján y Fernando Cibeira Entró como si
fuera su casa. José Luis Manzano acomodó su adelgazada figura dentro del traje negro e
ingresó a la Casa de Gobierno por la explanada de Rivadavia el mismo lugar por
donde salió hace 7 años cuando dejó de ser ministro de Carlos Menem a las 12.40.
Se retiró, sin hacer declaraciones, a las 13.20. Estuvo con el viceministro de Interior,
Carlos Becerra, al menos 15 minutos. Según el funcionario, fue un mero encuentro de dos
viejos conocidos para conversar de temas generales. Pero Página/12 pudo establecer que
Manzano llegó a la Casa Rosada en su carácter de socio del grupo periodístico Vila y
con la intención de defender el decreto de Menem que compensa con publicidad futura las
deudas fiscales de los medios. El grupo Vila le debe al Estado 12 millones de pesos.El
presidente Fernando de la Rúa ya tomó la decisión de derogar el decreto de Menem, pero
ayer la decisión aún no había sido publicada en el Boletín Oficial.La muda presencia
de Manzano bastó para provocar un revuelo. El Ministerio del Interior elaboró una
respuesta oficial para explicar la extraña visita. La conversación mantenida en la
oportunidad giró sobre distintos puntos de vista expresados por el ex ministro y
referidos a aspectos de la realidad nacional, sostuvo Becerra en su breve y vago
comunicado. En el último párrafo señala que el funcionario tiene abiertas las
puertas de su despacho para recibir las opiniones de los diversos integrantes de todos los
sectores del quehacer nacional. La visita de Manzano fue el primer acontecimiento
que mereció un comunicado del viceministro.El ministro Federico Storani tampoco fue muy
preciso. Deben haber conversado sobre cuestiones de rutina, respondió.
Además, aseguró no sentirse extrañado por la inusual presencia de Manzano en la Rosada
delarruista. Siempre nos reunimos con personalidades cuestionadas, explicó
con un dejo irónico. Pero Manzano tenía otras preocupaciones más concretas. El 10 de
diciembre el día del cambio de mando presidencial, el Boletín Oficial
publicó los últimos decretos firmados por Menem y sus ministros. Allí figuraba el 1520
que aceptaba la cancelación de sus deudas fiscales por los medios
audiovisuales y gráficos a cambio de espacios publicitarios en la programación de
las emisoras o en sus publicaciones.El decreto apuntaba a favorecer a medios que
mantienen una abultada deuda con el fisco y dejaba en desventaja a los que están en regla
con el Estado. Darío Lopérfido, secretario de Comunicación y Cultura, dijo la semana
pasada que el régimen de último momento crea una profunda desigualdad y perjudica
a quienes pagaron impuestos y prometió derogarlo. Según informaciones
extraoficiales, el Grupo Vila que también integran Jorge Mas Canosa (h.) y Manzano
que edita el diario Uno de Mendoza y La Capital de Rosario, cuenta con 36 operadores
de cable y varias radios le adeuda al Estado 12 millones de dólares. José
Luis (por Manzano) no fue por ninguna cuestión política, utilizó sus contactos para
tratar con la gente de De la Rúa cuestiones empresariales. Fue a cuidar sus
negocios, le explicó a este diario un colaborador del ex ministro del Interior,
quien luego confirmó que el tema que lo llevó a Manzano a visitar a sus viejos
adversarios políticos, era la deuda del grupo Vila. Son 12 millones de dólares, es
mucha plata para un grupo que recién empieza a expandirse. El artículo segundo del
decreto 1520 ordenaba que el 50 por ciento del valor de las deudas fiscales de los medios
serían utilizadas por el Ministerio del Interior, que las distribuiría en segundos, o en
páginas, entre los partidos políticos. Pero, ayer, en Interior intentaban jurar que
Manzano no había dicho palabra sobre el tema. Becerra repetía que se había cruzado con
el ex ministro autor de la frase Robo para la corona para explicar el
sistema de corrupción oficial en un pasillo. Fueron 15minutos en que hablamos
de cómo andan nuestras cosas y nada más. A mí no me avisó que venía ni yo lo dejé
entrar. Estaba ahí, insistía ayer Becerra. Pero otros funcionarios de esa cartera
relataron que Manzano ingresó por la explanada derecho al despacho de Becerra. Y
allegados al propio secretario de Interior remarcaban que Manzano permaneció casi media
hora en la Rosada, más allá de la reunión que ambos mantuvieron, y seguramente no
estuvo paseando por un edificio que conoce, y mucho.Si Manzano buscaba a quienes tuvieran
que ver con el famoso decreto, además de Interior, podría haberse dirigido dentro
de la Rosada al despacho de Lopérfido, el del jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno o
bien al del secretario general de la Presidencia, Jorge de la Rúa. Lopérfido, porque es
secretario de Comunicación. Terragno porque el decreto de Menem establecía que la
jefatura de Gabinete podía establecer los cambios de presupuesto en el canje de
publicidad por deuda. De la Rúa porque la Secretaría General es accionista minoritaria
en todos los medios oficiales. En cada una de esas oficinas negaron siquiera haber
avistado de lejos al ex ministro de Menem. No me reuní con Manzano. Creo que lo vi
una sola vez en mi vida, respondió anoche por ejemplo Lopérfido, que aseguraba
haberse enterado del paso de Manzano por un cable de agencia. Hasta ayer, la información
era que el decreto de derogación del 1520 estaba a la firma de De la Rúa, el dato que
habría motivado un último intento de Manzano. Según informó la Secretaría de
Comunicación, el Presidente firmó la derogación el lunes, aunque el contradecreto aún
no fue publicado en el Boletín Oficial.
MANZANO, NOSIGLIA, BECERRA
Tres viejos amigos
Por Sergio Moreno
Se
conocieron cuando el cordobés Carlos Becerra era secretario general de la Presidencia de
Raúl Alfonsín y José Luis Manzano era el joven renovador y progresista jefe de la
bancada de diputados nacionales del peronismo. Ambos tenían un amigo común amistad
que aún hoy siguen cultivando en Enrique Coti Nosiglia. Tales lazos,
históricos, afectivos y políticos, dieron firmeza y decisión a los pasos del ex
ministro del Interior que, raudamente, lo llevaron hasta el despacho del secretario de
Asuntos Políticos de la cartera que comanda Federico Storani.Carlos Martín y Alberto
Giordanelli, funcionarios de la Secretaría de Seguridad, esperaban en la puerta de la
oficina de Fredi. Manzano, sin saludar, pasó como un huracán a su lado y se metió en la
sala que ocupa Becerra. Una hora más tarde, el ministro del Interior llamó a su vice
para enterarse de la conversación (ver nota central).Storani no tiene trato con Manzano.
Podría decirse que la relación prácticamente no existe. Algo similar le ocurre con
Nosiglia, de quien lo fue alejando la praxis política a punto tal de saludarse fríamente
y de lejos cuando la ocasión lo hace irremediable.Becerra fue uno de los militantes de la
vieja Junta Coordinadora Nacional que nunca rompió lanzas con Nosiglia a quien supo
reportar en esa época, a diferencia de Storani que comenzó su alejamiento con el
Coti ya en los últimos años de gobierno de Alfonsín. La relación entre Nosiglia y
Manzano es el producto de un deslumbramiento especular de vieja data. Se conocieron en
mayo de 1986, gracias a los buenos oficios de Gloria Alonso Masey por entonces joven
secretaria del radical, y desde entonces no hicieron más que admirarse mutuamente y
compartir la certeza de que el sistema democrático debe asentarse en una serie de
acuerdos entre los dos grandes partidos nacionales PJ y UCR que repartan los
espacios de poder del Estado, al estilo de la extinta lottizazione que durante años
ejercieron los partidos políticos italianos y que se derrumbó tras el proceso del mani
pulite en la península.Hablan poco, Nosiglia menos que Manzano, pero no esconden que
siguen siendo amigos. Algunas noches puede vérselos juntos, cenando en alguno de los
restaurantes del barrio Las Cañitas o en la parrilla La Raya, de Ortiz de Ocampo y
Cabello. A ambos les fascina el poder: Coti gusta ejercerlo desde el bajo perfil, en
silencio, sin hacer ruido cuando camina; Chupete supo ser estridente, teatral y
grandilocuente, pero su accidentada salida del poder redujo su histrionismo a la actividad
privada y a las charlas reservadas, lejos de los medios, a los cuales era adepto.Ayer
Manzano entró a paso firme en el despacho de Becerra. Años de amistades cruzadas lo
hicieron posible.
El decretodisparador El decreto 1520 firmado por Carlos Menem establece que los titulares de
medios gráficos y audiovisuales pueden cancelar en forma total sus deudas fiscales
pendientes, entregando a cambio espacios de publicidad oficial. Fernando de la Rúa
anulará esta normativa, y ésa fue la razón por la que José Luis Manzano reapareció
ayer, después de mucho tiempo, en la Casa Rosada. En su artículo segundo, el decreto
establece la forma en que se dividiría la utilización de espacios. El destino del 30
ciento de los espacios debería resolverlo la Secretaría de Cultura y Comunicación
-actualmente a cargo de Darío Lopérfido, a través de la agencia Télam, que
distribuye la publicidad oficial. Mientras que la Administración Federal de Ingresos
Públicos (AFIP) dispondría de un 20 por ciento para difundir su actividad como ente
recaudador. Pero el grueso de la torta publicitaria quedaría según el
decreto en manos del Ministerio del Interior (cartera que ayer visitó Manzano) que
debería manejar el 50 por ciento para distribuirlo entre los partidos políticos,
alianzas y confederaciones. Consultado hace una semana por La Nación, Lopérfido
calificó de disparate el decreto. Estamos analizando junto con la
Secretaría de Hacienda las medidas a tomar. El decreto crea una profunda desigualdad y
perjudica a quienes pagaron impuestos, y la visión del Presidente es la de reconocer a
quienes pagan. |
Santibañes completa la SIDE con
los hombres de Coti y Pertiné
Nosiglia aportó a dos de los
suyos para el espionaje criollo, uno de ellos el general Bossi, que aún no fue
confirmado. El cuñado del Presidente puso a otro marino que había actuado en la
Municipalidad, de donde debió irse en 1998.
Marino: Fisher fue reclutado por Basilio Pertiné
para formar parte del grupo de ex militares que trabajaron bajo las órdenes del capitán
Norberto Varela.
Santibañes es, desde ayer, además de
jefe de la SIDE, secretario interino de lucha contra la droga. |
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Por José Natanson
Fernando de
Santibañes comenzó a definir el equipo que lo secundará al frente de la SIDE. Además
de Darío Richarte, un ex militante de Franja Morada, el ex banquero tendría entre sus
colaboradores a dos hombres cuyo respaldo político es el mismo: Enrique Coti
Nosiglia. El primero es el general (R) Ernesto Bossi, a quien el ex ministro del Interior
candidateó sin éxito para jefatura del Ejército. El segundo es Juan José Vila, un
funcionario de línea de la SIDE que tiene trato diario con Nosiglia. El cuadro se
completa con el contraalmirante (R) Horacio Fisher, que llegó a la secretaría de la mano
de Basilio Pertiné, cuñado de Fernando de la Rúa.Además de su nueva función como
titular provisorio de Narcotráfico (ver recuadro), Santibañes se encuentra trabajando
como jefe definitivo de los espías criollos. El ex banquero y amigo personal de De la
Rúa tiene ambiciosos planes para modificar el enfoque de la secretaría: pretende que
también se ocupe de controlar el lavado de dinero, la evasión impositiva y que funcione
como una gran usina de políticas estratégicas para el Presidente. Santibañes ya
comenzó a definir a sus colaboradores, entre los que figuran dos militares retirados y
dos civiles.El primero es el contraalmirante (R) Horacio Arturo Fisher, perteneciente a la
promoción 90 de la Escuela Naval. Ex oficial de inteligencia, Fisher ocupó la jefatura
del área durante la comandancia de Enrique Molina Pico y se habría alejado de la fuerza
luego de oponerse a la venta del portaaviones 25 de Mayo. Cuando abandonó la
Marina, Fisher fue reclutado por su amigo Basilio Pertiné para formar parte del grupo de
ex militares que trabajaron bajo las órdenes del capitán de navío Norberto Varela, ex
miembro del servicio de inteligencia naval durante el Proceso. Luego de que se ventilara
el trabajo de Varela en la jefatura de gobierno, Fisher se alejó junto a su jefe y a
Fernando López Izmicoz, quien fue Personal Civil de Inteligencia (PCI) de la Fuerza
Aérea durante la dictadura. Fisher tendría una buena relación con otro ex marino, el
represor Alfredo Astiz, y es amigo del fiscal Juan Manuel Romero Victorica, cuyo hijo,
Juan Cruz, trabaja en el área 3 (Interior) de la SIDE. Aunque aún no fue confirmado,
Fisher podría ser designado al frente de la Escuela Nacional de Inteligencia.El segundo
militar que podría ingresar a la SIDE es el general (R) Ernesto Bossi, quien estuvo
destacado en Bolivia cuando ocurrió el golpe de los narcoroneles. Bossi fue secretario
general del Ejército y lideró al sector militar que impulsa la intervención de las
Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad interior. Estuvo acusado en la causa por la
venta de armas y respaldó el ascenso de militares torturadores. Además de estos dudosos
antecedentes, Bossi tiene una excelente relación con Nosiglia, que intentó sin éxito
convertirlo en el sucesor de Martín Balza al frente del Ejército. Todavía no fue
designado, pero si ello ocurre es probable que se haga cargo de Central Nacional de
Inteligencia (CNI), un organismo que nuclea a la SIDE y a los servicios de inteligencia de
las Fuerzas Armadas.La decisión de Santibañes de designar en puestos claves del servicio
de inteligencia civil a dos ex militares fue cuestionada ayer por los diputados
socialistas Alfredo Bravo, Jorge Rivas y Héctor Polino, que pidieron que estas tareas
queden en manos de hombres y mujeres comprometidos con los principios de la
democracia. Otra designación es la de Juan José Vila, un funcionario de línea de
la SIDE que trabaja con Santibañes desde hace un tiempo en la reformulación del rol de
la secretaría. Vila es un hombre cercano a Nosiglia y estará al frente, por lo menos por
el momento, del área de Inteligencia Exterior. La probable designación de Bossi y de
Vila permite apreciar la influencia que tendrá Nosiglia en la nueva conducción de los
espías criollos. El ex ministro del Interior, que a pesar de su pésima imagen pública y
de su aura fantasmal sigue siendo un peso pesado del radicalismo, no había logrado
designar a hombres de su confianza en lasprimeras líneas del Gabinete. La revancha parece
haberle llegado de la mano de su amigo Santibañes, quien habría aceptado nombrar en
puestos claves de la SIDE a dos hombres de trato cotidiano con el fundador de la
Coordinadora.El último nombre confirmado es Darío Richarte. Ex militante de Franja
Morada, Richarte fue secretario general de la UBA y es un hombre de confianza de Oscar
Shuberoff. Ayer fue confirmado extraoficialmente como titular de la Subsecretaría de
Inteligencia Interior de la SIDE, desde donde planea pilotear el cambio de rostro que
Santibañes quiere imprimirle a la casa, como gustan llamarla los espías.
El ex banquero en la secretaria contra la droga
Para ocupar el tiempo libre
Por J.N.
Como si
conducir la SIDE fuera una tarea fácil, ayer se confirmó que Fernando de Santibañes se
hará cargo interinamente de la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico, que
permanecía acéfala. El ex asesor delarruista Román Albornoz fue designado por el
antiguo banquero para que se ocupe de las cuestiones más inmediatas del área.Poco
después de asumir, Fernando de la Rúa dio marcha atrás con la idea original de que la
secretaría pase a depender de algún ministerio y, ante las presiones de los Estados
Unidos, decidió su permanencia bajo la órbita de Presidencia. Aunque el dirigente
bonaerense Gastón Ortiz Maldonado sonó como el hombre con más posibilidades de ocupar
el lugar, ayer se difundió en el Boletín Oficial un decreto firmado el 23 de diciembre
que precisa que Santibañes se hará cargo interinamente de la secretaría que
lideraba Eduardo Amadeo. Ayer al mediodía, Santibañes fue acompañado por Albornoz a la
sede de la secretaría y saludó a los funcionarios de planta. Egresado de la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, Albornoz militó en el peronismo, fue
dirigente de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y, más tarde, asesor de De
la Rúa en el Gobierno porteño. Integró el equipo de campaña de la Alianza y trabajó
junto a Patricia Bullrich en el diseño de un ambicioso plan para controlar la
corrupción. También se ocupó de asesorar a Santibañes en temas vinculados con los
servicios de inteligencia.Albornoz tiene la misión específica de visitar todos los días
la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico para ocuparse de las cuestiones más
urgentes hasta que De la Rúa decida quién será el titular definitivo del área. Los
problemas más inmediatos aseguran en la Alianza se vinculan con la necesidad
de que un funcionario con la firma autorizada agilice las cuestiones administrativas.
Hasta ayer, ante la acefalía del organismo, todos los trámites debían ser refrendados
por De la Rúa.
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