No
queremos otro Yacyretá, enfatizó ayer Fernando de la Rúa al dar el puntapié
inicial al plan federal de obras públicas que aplicará la Alianza durante los próximos
cuatro años. La inversión mínima prevista es de 12 mil millones de dólares, con fondos
aportados por la Nación, las provincias y organismos multilaterales de crédito.
Deberá haber rigor en el gasto y serenidad en la gestión. No queremos obras que se
inicien y se paralicen por falta de previsiones financieras adecuadas, porque después
terminan costando 10 veces más de lo presupuestado, sentenció el Presidente,
buscando marcar claras diferencias con la administración menemista en esta área. La
Nación y las provincias definirán en conjunto las obras a realizarse y qué porcentaje
integrarán para su financiación. Este esquema mereció la aprobación de los ministros
de Obras Públicas provinciales, quienes estuvieron presentes en el acto.El anuncio del
plan de obras públicas fue también una excusa para presentar formalmente al nuevo
Ministerio de Infraestructura y Vivienda. Su máximo responsable, Nicolás Gallo, repasó
otro de los temas candentes en su cartera. Seguimos peleando punto por punto, pero
hay dificultades en la negociación, admitió, al referirse al diálogo con las
concesionarias de rutas nacionales para acordar una rebaja en los peajes. Si en las
próximas semanas no nos ponemos de acuerdo, prefiero decirle al periodismo hasta qué
punto llegamos y cuáles son las diferencias, añadió el ministro, quien de todos
modos consideró que algo vamos a lograr. Pero para no dejar dudas de que su
tarea es complicada, remarcó que llegado el caso, voy a mostrar lo que no
logré. Según explicó, el problema central es que las empresas pretenden negociar
en conjunto, mientras que el Gobierno auspicia acuerdos puntuales con cada
concesionaria.Hay rutas que están en mejores condiciones que otras o tienen mayor
tráfico y pueden soportar mejor una rebaja. Pero las empresas se ponen todas en el mismo
lugar, quizá para sentirse sólidamente acompañadas entre sí, indicó. La
especulación es que las concesionarias están buscando hacer naufragar la negociación.
Ante ello, Gallo destacó que en el 2003 terminarán las concesiones,
desconociendo la renegociación de contratos practicada por el gobierno anterior, que
extendía los plazos tal como pretendían las empresas. Esta es la principal carta que
juega Gallo en la negociación con las empresas para lograr la reducción de los
peajes.Más grato resultó para el ministro informar sobre las características que
tendrá el plan de infraestructura durante los próximos cuatro años. Puntualizó que se
invertirán 3 mil millones en construcción de viviendas, 5200 millones en obras viales,
1200 millones en ferrocarriles, 900 millones en vías navegables, 100 millones en puertos,
800 millones en aeropuertos y otros 800 millones en obras de recursos hídricos. Esos 12
mil millones son el piso para la ejecución de programas de infraestructura. Pero, de
conseguirse mayor financiamiento, el monto se elevará. En ese sentido, la representante
del Banco Mundial en la Argentina, Myrna Alexander, comentó a Página/12 que
estamos dispuestos a asistir financieramente en más de 1300 millones, que es lo
previsto en este momento para los próximos cuatro años. Por lo tanto, las
inversiones superarían los 12 mil millones.En cuanto al financiamiento de aquellas obras,
Gallo indicó que el Estado aportaría el 45 por ciento, las provincias el 16 y el sector
privado el 39. En 45 días volverán a reunirse los funcionarios de Infraestructura con
sus pares provinciales, para comenzar a definir puntualmente cuáles serán los proyectos
a encararse. En esa etapa seguramente se darán negociaciones más acaloradas, dado que
cada provincia peleará por obtener una mayor cuota de aquellos 12 mil millones para obras
en su territorio. Y el problema, como indicó Gallo, es que hay un atraso fenomenal
en infraestructura pública y los recursos no son tantos.
De nuevo, el Canal Federal El Canal Federal, la obra que permitirá llevar agua a las áridas tierras de
Catamarca y La Rioja, sigue siendo motivo de polémica. Ya no por la concesión de avales
del Estado a las empresas adjudicatarias de la construcción, motivo de interminables
peleas entre Carlos Menem y Roque Fernández que finalmente ganó el ex ministro de
Economía, al negarse a entregar avales incondicionales, sino por el diseño mismo
de la obra. Ayer, el gobernador riojano, Angel Maza, le pidió al ministro de
Infraestructura, Nicolás Gallo, que intermediara en la discusión que mantiene su par
catamarqueño, Oscar Castillo, por el trazado del canal. Maza pretende que éste se
extienda aún más en territorio riojano, para lo cual habría que modificar las
condiciones del contrato con las empresas. Castillo no quiere que haya más demoras,
aunque, en definitiva, las obras todavía no comenzaron por las características de los
avales. |
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