Por Raúl Kollmann Arma se vende.
Distintos abogados y el propio gobernador Eduardo Duhalde recibieron propuestas para
comprar una pistola que, según el vendedor, fue la utilizada en el asesinato de Cabezas.
Página/12 accedió a las fotos de ese arma que, aunque aparece lateralmente, tiene la
mirilla roja, un detalle que figura en las declaraciones de dos de los horneros, pero que
bien se podría pintar con posterioridad en cualquier pistola. El precio que le pidieron a
los abogados y al gobernador varía, pero en algún caso trepó a los 180.000 dólares.
Supuestamente, con la aparición de la pistola se pretendería cuestionar el revólver
calibre 32 largo que está en el expediente. Esa arma fue analizada en cinco pericias
distintas que en forma prácticamente unánime ratificaron que de esa pistola Colt salió
la bala que se encontró en el cerebro de Cabezas.Hasta el momento, el movedizo vendedor
de la pistola no se ha dado a conocer o, por lo menos, su identidad fue ocultada por el ex
gobernador Duhalde y los abogados que tuvieron en sus manos la propuesta. Uno de esos
letrados le contó a Página/12 la siguiente historia:Un individuo llamó a mi
estudio y pidió una entrevista como si fuera un cliente. El día convenido llegó y no
quiso dar a conocer su identidad. Me quedé con la sensación de que era policía, pero no
puedo confirmarlo. Lo concreto es que me dijo que tenía un arma que fue utilizada en el
asesinato de José Luis Cabezas. No me la trajo ni me la mostró. Insistió en que esa
arma podría ayudar a mi defendido, aunque sólo explicó que estuvo registrada a nombre
de un oficial o suboficial de la Bonaerense. En concreto, cuando pidió esa suma
increíble de dinero, le dije que ni mi cliente ni yo podíamos pagar semejante cifra. El
individuo me dijo que de todas maneras me enviaría las fotos del arma como prueba de que
lo que decía era verdad. Un día más tarde me llegó un sobre de papel madera con tres
fotos reveladas y un rollo sin revelar.¿Por qué pide usted reserva de su
nombre? preguntó este diario.Simplemente porque estoy investigando qué hay
de cierto en toda esta historia y quién está detrás. La cuestión del arma es uno de
los grandes misterios del caso Cabezas. El revólver oficial, el que está en la causa, ya
pasó el obstáculo de cinco pericias. La primera, de la Policía Bonaerense, estableció
que la bala encontrada en el cerebro del fotógrafo salió de ese Colt 32 largo. Además,
un examen de ADN de un pedacito de piel que quedó metida dentro de la bala ratificó que
se trataba de la piel de Cabezas. Una segunda pericia balística, de la Asesoría Pericial
de la Corte y el tercer estudio, hecho por la Policía Federal, confirmaron los resultados
iniciales y finalmente una pericia de Scotland Yard indicó que, revisando los estudios
anteriores, podía concluir que estaban bien hechos. Lo que no cierra por ningún lado es
la historia que el juez José Luis Macchi y el comisario Víctor Fogelman quisieron armar,
ayudados por Carlos Redruello, el confidente policial. Ese revólver fue encontrado en la
casa de Mar del Plata de Luis Martínez Maidana, un hombre al que nunca se le pudo
comprobar relación con el crimen, con Pinamar, con Prellezo o con Los Horneros. Todo
indica que los policías presentes en la cava le metieron otro balazo a Cabezas la
bala que efectivamente se encontró después en el cerebro y se guardaron el arma
para colocársela a algún posible acusado, en este caso a Martínez
Maidana.En verdad, está claro que en el crimen de Cabezas se utilizó otra arma y de ella
salieron los primeros disparos, los que el fotógrafo recibió al principio. El problema
es que, aunque aparezca esa arma, no se va a poder periciar, básicamente porque la
primera o las primeras balas nunca aparecieron. Se perdieron en la cava o en el auto o los
policías que participaron de la instrucción hicieron desaparecer. Lo único que
sepodría hacer es que Los Horneros reconocieran el arma fantasma, algo que por sí sólo
no sería concluyente.
DECLARO EL PERITO PSIQUIATRA
Son todos psicópatas
Son
una cofradía de psicópatas. Así definió a los diez imputados por el crimen de
José Luis Cabezas el perito oficial José Antonio Abásolo, que declaró ayer en la
décima jornada del juicio oral. El testimonio del médico psiquiatra Abásolo
polémico y clave para la suerte de los acusados incluyó, además del
resultado de las pericias psiquiátricas, detalles de la conversación que mantuvo con
Gustavo Prellezo, en una presunta violación del secreto profesional. Durante la
realización de la pericia, el presunto autor material del crimen de Cabezas le dijo a
Abásolo que Alfredo Yabrán estaba detrás del asesinato. Ayer, el perito relató cómo
Prellezo se quebró y le contó que Yabrán estaba detrás del crimen. Sin
embargo, casi todas las partes coincidieron en que la pericia de Abásolo violó
garantías constitucionales y que la declaración no deberá ser tenida en cuenta. Jorge
Sandro defensor de Gregorio Ríos pidió al Tribunal que la declaración del
perito Abásolo fuera desestimada a la hora de dictar el fallo. Si es valorada, se
corre el riesgo de que en Casación anulen la sentencia, advirtieron a Página/12
abogados allegados a la querella, que también consideran ilegítimo al testimonio del
polémico perito psiquiatra.José Abásolo, impecablemente trajeado, declaró por más de
dos horas en medio de citas de Santo Tomás de Aquino. En tono académico, volvió a
informar el resultado de las pericias psiquiátricas. Los acusados tienen
comportamientos desadaptativos y padecen de psicopatías graves, explicó. Pero la
polémica estalló cuando confirmó que durante la pericia Prellezo le dijo que había
participado del asesinato del reportero gráfico. Yo empecé a escribir la palabra
Yabrán y él me dijo que no lo haga, que tenía miedo, relató Abásolo
en la sala de audiencias. Hace dos años el perito le había informado al juez de la
instrucción José Luis Macchi la confesión de Prellezo y lo que dijeron los
horneros en las pericias. Ayer, se lo acusó de haber actuado como investigador y no
como perito, de violar garantías constitucionales y de ejercer tortura
psicológica sobre los imputados. Abásolo se defendió argumentando que los datos
que aportó podían cambiar la suerte de otros imputados, y que el perito es ojos y
oídos del juez. Cuando se retiraba de la sala, Carlos Redruello imputado como
partícipe secundario le gritó: ¡Mentiroso! Además de Abásolo, declararon ayer
la psicóloga Silvia Dulau Dumm que participó en las discutidas pericias,
Daniel Cibert amigo de Cabezas y encargado de la estancia Dos Montes, el
contador de las empresas de Yabrán Oscar Janurek, y el suboficial de la Policía
Bonaerense Alberto Capay. Cibert explicó que Cabezas tenía miedo y sospechaba de
Yabrán. Me están pasando cosas que hacen que tenga miedo, tengo llamadas
telefónicas, en el auto nos pasan cosas, me doy cuenta que me la quieren dar, le
dijo el reportero gráfico en la estancia de Cariló.
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