Página/12 en EE.UU.
Por Mónica Flores Correa Desde Nueva York En los últimos
días del siglo, los norteamericanos están tan ocupados en comprar fideos, latas de atún
y botellones de agua para las emergencias del Y2K, como en aprovisionarse de pavo y de
champagne para festejar el fin de año. La temida y largamente anunciada posibilidad de
que los sistemas de computación se derrumben en las primeras horas del 2000, provocando
un caos nacional e inclusive mundial, entibia el espíritu de festejo de los
estadounidenses. Con grados muy diversos de fatalismo, se recela de eventuales
catástrofes, entre las que figuran un retorno galopante a la edad de piedra, como
consecuencia del colapso cibernético, y la posibilidad, no menos preocupante, de
convertirse en blanco de un misil ruso disparado por error de las computadoras
confundidas. Aunque la información oficial del gobierno federal indica que todo está
bajo control, las propias autoridades municipales recomiendan a la gente aprovisionarse de
todo un poco como para una tormenta de nieve. La ciudad de Nueva York tendrá
un gabinete de crisis montado en el piso 23 del World Trade Center para
controlar desde allí lo que pudiera suceder. A estas inquietudes se sumó recientemente
la amenaza de ataques terroristas, con la detención en un paso de la frontera con Canadá
del argelino Ahmed Rassam, presuntamente vinculado con grupos extremistas internacionales
y el arresto de un segundo argelino que intentó entrar en el país con pasaporte falso.
Frente a este panorama, no es extraño que a la pregunta ¿Dónde pasan Año
Nuevo?, la mayoría de los norteamericanos conteste decidimos quedarnos en
casa y no hacer nada especial.Todas las agencias del gobierno susceptibles de sufrir
fallas emitieron comunicados asegurando que están perfectamente preparadas para que sus
máquinas, que identifican el año por los dos últimos dígitos, no interpreten
erróneamente el año 2000 por 1900. Recientemente, el secretario de energía Bill
Richardson dijo que en su área, donde se temía que hubiese apagones y escasez de
petróleo, las computadoras han sido reacondicionadas. La industria energética
estadounidense ha gastado la colosal suma de 4,5 trillones de dólares en la adaptación
de los sistemas al nuevo calendario, hecho que le da motivos para sentirse confiada. Y lo
mismo han hecho otros servicios. Las autoridades sostienen que los hospitales, los
sistemas de control de tráfico aéreo y los centros de llamadas de emergencias, entre
otros, están listos para funcionar normalmente cuando comience el año 2000.Y, sin
embargo, la alcaldía de la ciudad de Nueva York aconseja que los residentes se preparen
para el Y2K como para afrontar los inconvenientes de una tormenta de nieve.
Recomienda el aprovisionamiento de alimentos secos, agua, pilas, linternas y la
disponibilidad de una suma de dinero cash, como para tres días, por si hay
problemas con las máquinas de extracción de dinero y con los bancos. La Cruz Roja
también reparte un panfleto en el que da instrucciones similares. El bunker montado en
las torres gemelas tuvo un costo de 13 millones de dólares: desde allí, con una vista
privilegiada, se controlará la situación de la ciudad. El alcalde, Rudolph Giuliani,
sólo se presentará en caso de emergencia.Para aventar el miedo supremo, el del misil o
los misiles rusos aterrizando explosivamente en algún lugar indeterminado de Estados
Unidos, dieciocho especialistas rusos en tecnología de misiles se instalaron la semana
pasada en el Comando Estratégico de Lanzamiento de Misiles (Norad) en Colorado Springs,
Colorado. Junto con colegas norteamericanos, estos expertos pasarán la noche de Año
Nuevo vigilando el sistema satelital que alerta en caso de un ataque misilístico. John
Hamre, subsecretario de Defensa, dijo que no se espera ninguna novedad de los satélites.
Tanto lascomputadoras que dirigen los misiles como los satélites han sido adaptados para
Y2K. Rusia tiene 2000 misiles nucleares y EE.UU., 2470.Con tantas previsiones adoptadas,
los expertos sostienen que el país no se derrumbará entre la medianoche y la primera
hora de la madrugada del 1º de enero. Advierten, sin embargo, que los preparativos en
otras naciones no han sido similares en intensidad y cuidado. Algunos países esperarán
hasta el momento en que se produzcan problemas para tomar las medidas correctivas
necesarias, pronostican.Los comerciantes, mientras tanto, no pierden el tiempo en tratar
de hacer su agosto. En Internet, el almacén ciberespacial Peapod vende dos paquetes de
productos. Uno es el Y2Kare Pessimist (que se traduciría aproximadamente como Y2Kuidado
para el Pesimista) y otro Y2Kare Optimist (lo mismo, pero para el Optimista). El primero
contiene pilas, velas, jabones, papel higiénico, alimentos enlatados y un mazo de cartas
para entretenerse mientras dura el apagón y otros desperfectos. Cuesta 69,95 dólares. El
paquete del optimista cuesta unos pocos dólares más e incluye snacks para copetín,
vasos para brindar, una cámara de fotos y aspirinas para combatir la resaca.
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