Mientras los
cortes de luz siguen azotando a los porteños anoche fueron afectados 10 mil
clientes de Boedo, Caballito y Palermo, el Gobierno anunció que tomará medidas
especiales, el 31 de diciembre y el 1º de enero, para prevenir posibles atentados o actos
de sabotaje contra la red eléctrica. Para ello, se instruyó a la Policía Federal, a la
SIDE y a las empresas del sector para que realicen en esos días una estricta
vigilancia de las líneas de alta tensión que suministran energía a los grandes
centros urbanos. Con el mismo objetivo, se dispuso que para la alimentación del sistema
se privilegie la intervención de las centrales térmicas y nucleares, más caras que las
hidroeléctricas, pero menos vulnerables a un posible ataque contra la red de
transmisión, como el ocurrido hace menos de un mes.La salida de servicio de un cable de
media tensión en la subestación Independencia dejó sin luz a 6000 usuarios de Edesur,
en Caballito y Boedo, entre las 20.40 y las 22.05. Edenor también tuvo lo suyo: a las
21.30, otro desperfecto en una línea de media tensión dejó a oscuras a 3500 usuarios,
en el área delimitada por Libertador, Cerviño, Las Heras y Lafinur. La mitad de ellos
recuperó la luz a las 22.10, pero el resto seguía sin suministro al cierre de esta
edición.Los cortes van sembrando inquietud a medida que se acerca fin de año, por las
consecuencias del denominado efecto 2000. El secretario de Energía de la Nación, Daniel
Montamat, intentó llevar tranquilidad a la población: Se han tomado todos los
recaudos para reducir al mínimo los riesgos de fallas en el servicio tanto como para
paliar sus efectos, en caso de que se produzcan, dijo. Por lo pronto, las
operaciones a lo largo de toda la cadena eléctrica se realizarán bajo control manual,
reduciendo al mínimo el uso de controles automáticos.También se dispuso el refuerzo de
las guardias técnicas en las centrales de generación, los centros de despacho y de
transformación y las cuadrillas de reparación, para acelerar la velocidad de respuesta
en el caso de que se produzcan fallas. El operativo de seguridad del sistema eléctrico
para la noche del 31 de diciembre involucra la participación de 2500 personas
calificadas, con un promedio de veinte años de experiencia, informó la cartera de
Energía. Las medidas apuntan a prevenir eventuales consecuencias del efecto 2000, una
falla por la cual los sistemas de computación no reconocerían el doble cero del año
2000 como tal sino como del año 1900. Esto puede afectar a cualquier sistema informático
especialmente si no se le realizó la correspondiente conversión, pero sus
consecuencias en el sistema eléctrico son las más temidas porque un corte masivo puede
dejar a la ciudad sin semáforos, a los edificios sin ascensores y a la gente sin agua.Por
eso, los mayores esfuerzos tienden a apuntalar el sistema eléctrico y, por las dudas,
dotar de equipos electrógenos a los lugares críticos, como hospitales, policía y
Defensa Civil. Pero las previsiones no son sólo técnicas. La Secretaría de Energía
informó al Ministerio del Interior, a la SIDE y a la Policía Federal sobre los
puntos más vulnerables del sistema para prevenir eventuales medidas de sabotaje.
Voceros de esa cartera explicaron a Página/12 que se acordó con las fuerzas de seguridad
y las empresas del sector la vigilancia permanente a través de helicópteros de las
líneas de alta tensión que vienen desde el Comahue, en Neuquén y desde
Yacyretá.El 30 de noviembre último, un triple atentado contra las torres de alta
tensión que conducen energía desde el Comahue dejó sin luz a dos millones de usuarios
de todo el país. En ese momento, la empresa Transener, concesionaria del servicio,
admitió que la red es vulnerable: se trata de un tendido de 7500 kilómetros de cables,
sostenidas por 16.000 torres, casi imposible de controlar.Con el mismo criterio, la
Secretaría de Energía dispuso que el 31 y el 1º, el Sistema Argentino de
Interconexión, organismo encargado de losdespachos mayoristas de electricidad, actúe de
manera inversa a la habitual: en lugar de privilegiar el ingreso de energía generada por
las centrales hidroeléctricas, que tiene un costo menor, se priorizará la suministrada
por las centrales térmicas y nucleares, según explicó a Página/12 una fuente de la
secretaría. La energía no será despachada con un criterio exclusivamente
económico sino que se privilegiará la seguridad, para reducir al máximo una posible
caída de las líneas de transmisión, agregó la misma fuente.
Ruckauf amenaza cancelar El gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, amenazó con la cancelar las
concesiones otorgadas por la provincia a compañías privadas en el caso de que se
produzcan cortes de servicio o incumplimientos en las inversiones y le reclamó al
gobierno de Fernando de la Rúa que adopte el mismo criterio a nivel nacional con las
empresas de electricidad ante la persistencia de apagones. El tema fue analizado ayer en
la reunión del gabinete provincial, donde se consideró las situaciones de emergencia que
se vivieron en muchas ciudades de la provincia a partir de los reiterados cortes de
energía eléctrica que se vienen produciendo. A su término, Ruckauf anunció que le
había dado órdenes a su ministro de Obras y Servicios Públicos, Julián Domínguez,
para que plantee una política que lleve a la cancelación de los derechos de los
permisionarios privados de electricidad, si se continúa con los cortes de
energía.También le solicité que sugiera la inmediata concreción de una
nueva política de control de las empresas privatizadas, porque no estamos conformes con
lo que se ha venido realizando, señaló el gobernador. La situación actual
no puede sostenerse más agregó, fundamentalmente después de las inversiones
que tendrían que haber hecho estas empresas. Y reveló que invitará a la Alianza
a participar de los sistemas de control en cada uno de los organismos que tengan que
ver con los servicios públicos de la provincia.
Crearon un Comité 2000
En línea con las acciones que se siguen en previsión del
eventual colapso de los sistemas informáticos conocido como Y2K, la Jefatura de Gabinete
creó el Comité de Respuesta Efecto 2000. Su titular, Rodolfo Terragno, puso
ayer a cargo del recientemente creado Servicio Federal de Emergencias Sifem al
subsecretario de Coordinación Interministerial, Juan Carlos Rabbat, y designó al coronel
Luis Menéndez para la dirección de cualquier operación de contingencia a gran escala
que pudiera surgir. Todavía en la Cámara de Diputados, Terragno dirigió un estudio que
incluyó la encuesta a 253 organizaciones, públicas y privadas, para conocer las
potenciales consecuencias que el efecto Y2K podría generar. Desde su asunción, el
ministro relevó los planes de contingencia previstos en todas las áreas de la
administración pública y de los prestadores privados de servicios públicos. La
conclusión de la Jefatura de Gabinete fue que, aunque la mayoría de las empresas y
organismos aseguraron la satisfactoria adaptación de sus equipos, no se puede obviar la
posibilidad de fallas previstas e imprevistas. Por ello se decidió instrumentar un plan
para enfrentar eventuales contingencias y que incluyó el pedido de colaboración de
técnicos israelíes, que desde el 13 de diciembre participan en la evaluación de
estrategias. A su vez, a través del Ministerio de Defensa, se solicitó al Estado Mayor
Conjunto un experto para la conducción de operaciones de contingencia, tarea para la que
fue designado Menéndez, quien tiene actualmente a su cargo el Comando de las Fuerzas de
Despliegue Rápido. |
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