Por Hilda Cabrera El cordobés
Oscar Brambilla y el porteño Rubens Correa están a punto de hacerse cargo del Teatro
Cervantes y del Instituto Nacional de Teatro, respectivamente, dos de los organismos clave
del funcionamiento de la ex Secretaría de Cultura de la Nación, ahora fusionada con la
de Medios. Los decretos de designación están a la firma del presidente Fernando de la
Rúa, pero ambos funcionarios ya acordaron con el titular del área, Darío Lopérfido, su
incorporación a la arena de la gestión pública. En diálogo con Página/12, estos
teatristas de intensa trayectoria expusieron algunos lineamientos de sus futuras
gestiones. Brambilla, de quien el INT publicó recientemente una de sus últimas obras,
Una noche de amor, pasión fatal y un intento de asesinato en el Hotel Continental, fue
director de la Comedia Cordobesa y trabajó con el fallecido director Carlos Giménez.
Tiempo atrás se lo vio en Buenos Aires como actor del grupo Rajatablas, que estrenó El
coronel no tiene quien le escriba, adaptación de la novela de Gabriel García Márquez.
¿Cuál será su decisión respecto de la programación del Cervantes para el 2000
anunciada por el subdirector Osvaldo Calatayud? Esta es una programación sugerida.
Pido un poco de paciencia, porque recién la estoy estudiando. Necesito analizar el
presupuesto. Mi intención primera es respetarla, incluso ver si se puede hacer algún
agregado. En principio, la obra de Osvaldo Dragún se va a estrenar. ¿Qué
repertorio le interesa? Estoy de acuerdo con tomar como referencia principal obras
de autores argentinos. Esto no significa que deje afuera a los iberoamericanos. Me
interesa estrenar piezas de autores nuevos, obras recientes de autores viejos y revisitar
a los clásicos argentinos. Creo necesario afianzar la idea de que el Cervantes es un
teatro nacional y debe integrar a teatristas de todo el país. ¿Instalar un
circuito de giras, por ejemplo? Me gustaría, pero mi propósito es armar un sistema
de coproducciones con el teatro independiente y realizar convenios con las Secretarías de
Cultura de las provincias para producir. La intención es integrar elencos, por ejemplo,
convocando a directores de Capital y asistentes o actores del interior. También reforzar
la relación con el INT, que en este momento maneja los instrumentos necesarios para el
conocimiento profundo de las instituciones teatrales del país. Pensamos implementar un
sistema de becas y pasantías con las provincias, y que el Cervantes no sea sólo un lugar
donde se ensaye y estrene sino un espacio de investigación en contacto con instituciones
internacionales. ¿Sabe con qué presupuesto cuenta? El mismo del período
anterior. Unos 3,8 millones, quizás un poco menos por el último recorte, y para todo,
incluidos sueldos, producciones y mantenimiento del edificio. ¿Piensa buscar
auspicios? Sí, lo que no quiere decir privatizar el teatro. Por su parte, Correa,
que integra actualmente el Consejo de Dirección del INT (que se renueva en febrero), dice
que recién está enterándose de los problemas inherentes a la dirección, asuntos
más puntuales, porque desde el Consejo la visión es más global. ¿Cuáles
serían esos asuntos? Los más urgentes, los que se relacionan con el presupuesto y
con un conflicto con el Comfer sobre cómo liquidar el porcentaje del impuesto (el teatro
recibe el 8% de lo que ingresa). Perdimos casi tres millones en este ejercicio: el Comfer
debía liquidar sobre el ciento por ciento de los ingresos, pero en lugar de esto
descuenta primero lo que le da al Instituto del Cine, y sobre el resto hace los cálculos.
En cuanto a los subsidios al teatro independiente, ¿hubo acuerdo con los grupos y
los dueños de salas? Se les pudo pagar hasta noviembre y quedó pendiente
diciembre. Con los recortes que hubo en el 99, el presupuesto del 2000 quedó
comprometido en dos millones y medio, que estaban destinados al pago de subsidios. Se van
a mantener, pero vamos a jerarquizar las salas que tienen más actividad. ¿Qué
queda para el 2000? El presupuesto está en 8,3 millones. A esto hay que restarle el
aporte que se hace al Tesoro nacional, de 1,1 millón. La cifra no está lejos de lo que
nos quedó en el 99 después de los recortes. ¿Seguirán realizándose las
fiestas nacionales? En principio van a continuar, pero tenemos que revisar las
actividades del INT. Tendremos una reunión con el Consejo el 20 de enero y ahí se
decidirá. Ahora no puedo precisar demasiado. Supongo que cuando esté el decreto firmado
habrá un pequeño acto de asunción, y para ese momento tendré un esquema de acción
básico.
|