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Por Pablo Plotkin Nito Mestre parecía estar artísticamente perdido en el tiempo un día del verano de 1997 en que volvió a la televisión, las radios, los diarios, las revistas. Pero no fue por sus méritos artísticos: una mala mezcla de depresión, tranquilizantes y alcohol lo habían arrojado en coma a una cama de hospital. Estuvo allí una semana, entre la vida y la muerte, y al salir supo que los cambios con que venía amenazándose desde hace tiempo eran ahora o nunca. Unos pocos meses después empezó el proyecto de disco que acaba de cristalizar. El álbum se llama Colores puros (un título que le sugirió Fito Páez, que además le aportó una canción) y no es producto de una resurrección, ni nada parecido, se preocupa por aclarar. Es un buen momento para editarlo, pisándole los talones al 2000, pero no lo planeé así. Es un disco muy importante en mi carrera, uno muy bueno, pero van a seguir otros mejores, promete el ex Sui Generis, desayunando un licuado de ananá en un bar. Ahora tengo que pagar el derecho de piso por haber dejado de grabar por cuatro o cinco años. Pero tengo ganas. Voy a hacer el quilombo necesario para que se enteren de que salió un disco mío. No parece el disco de un artista de rock. ¿En qué lugar preferiría que lo ubicaran?Afuera se hacen muchos discos acústicos, ésa es la base del rock. Este álbum es canción pura, pero cuando con la gente de la compañía tuve que definir una categoría, dejé en claro que soy del rock. Soy un Sui Generis. El otro día veía un documental de rock en el canal People & Arts, y decían que el único grupo que cambió la historia del rock en la Argentina fue Sui Generis. Yo estoy puramente formado en la base de rock. En este disco no quise meter ninguna guitarra eléctrica para no ensuciarlo. Pero si tengo que elegir, prefiero que digan que soy un músico de rock que canta buenas canciones. Si a Los Pericos los ponen en el género rock, y hacen reggae, obvio que a mí me tienen que poner ahí, de acá a Japón. De todas maneras, que me pongan dónde quieran. Ahora hice un disco de canciones. Salvando las distancias, Paul McCartney o Paul Simon, por ejemplo, hacen lo mismo. ¿Sigue molestándole que le pregunten por Sui Generis?Ya no. Lo recuerdo igual que lo recuerda Charly (García): con mucho cariño, un grupo que le cambió la cabeza a muchísima gente. Aparte, ahora lo menciono porque me siento de ánimo, como cuando empecé. Tengo esa misma sensación. Estoy en cero. Tuve épocas de mantener una distancia prudencial con lo de Sui. Ahora estoy muy orgulloso. Dos tipos pertenecieron a Sui: Charly y yo, y Charly dice que es el mejor grupo que tuvo. Me rompe un poco cuando vienen a preguntarme si nos vamos a juntar y esas cosas. Dejá esa pregunta para nosotros solos.Cuando terminó de grabar el disco y lo escuchó, ¿qué cosas le pasaron por la cabeza?Creo que, de alguna manera, este disco corona una carrera bastante honorable, con 19 discos sin grandes pifies. Después de un año de terminar de grabarlo, no le cambiaría nada. Eso hace rato que no me pasa, porque soy muy cabrón con los discos. Lo veo muy mío, muy de corazón. Y lo voy a defender como una tigresa defiende a un hijo. Está muy bien hecho, no hay lola. Está bien tocado, bien cantado. Y no es un mérito solamente mío. León (Gieco) es de alguna manera quien me incentivó, me prestó canciones, me invitó de gira con él, y ahí empecé a foguear los temas. Puede venir un heavy metal al que no le gusta lo que hago, y lo acepto. Aunque, de hecho, Ricardo Iorio, de Almafuerte, me dice que para él soy un ídolo. Y no hay nadie más pesado que él. ¿En qué momentos recomienda escucharlo? Es un lindo disco para escuchar en viaje. Hay ciertas cosas del dolor, pero después del dolor. Es como un esto ya pasó. Tiene mucha esperanza, una búsqueda interior. Hay canciones de amor, pero no se le cae la miel. Como yo estoy limpio, el disco salió limpio, en todo sentido. Ahora ya no ando con eufemismos, como antes. Voy directamente al grano. Me preguntansi tuve problemas con el alcohol, les contesto que sí. ¿Con el alcohol y con las drogas? No, con el alcohol, ñato. Las drogas... Sí, tomé pastillas para dormir, como 12 mil. Llamo a las cosas por su nombre. Me pasó esto, no otra cosa. No tuve una gripe y estuve internado un mes. Me preguntan si me estuve por morir, y les digo que sí, no es que estuve un poquito delicado. Ningún problema. Eso es una actitud rockera. No tengo que andar ocultando nada. Para nadísima.
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