Por Cristian Alarcón Así como en las invasiones
extraterrestres del cine norteamericano siempre es el mismísimo presidente el que
enfrenta al enemigo con mucha más maña que fuerza, aquí, en Buenos Aires, será el
propio jefe de Gobierno, Enrique Olivera, el hombre al frente de un gigantesco operativo
para enfrentar las consecuencias no deseadas del 2000. Una flamante Central Operativa de
Emergencias (COE) que incluye a casi todo el gabinete funcionará coordinada
por Olivera durante la noche del 31 y hasta la madrugada del 1º de enero en las oficinas
del ejecutivo. Entre arañas de comienzos de siglo, y con un lunch tan austero que podría
ahuyentar a los familiares más festivos de los funcionarios, Olivera y sus hombres
brindarán en sus puestos mientras unos 500 móviles recorren la ciudad para detectar los
posibles defectos del milenio. Sin marcianos en el cielo, pero con un Y2K omnipresente,
los funcionarios montarán guardia, mientras saludan suegras y rezan porque no colapse el
sistema energético, algo así como el mayor talón de Aquiles que hayan descubierto los
argentinos después de sepultar aquellas fantasías de primer mundo.
El COE es una red de seguridad organizada por el Ejecutivo a la manera en que lo vienen
haciendo las grandes capitales del mundo. Con Defensa Civil a la cabeza, y 295 móviles de
Policía Federal, 5 del SAME, bomberos, la Guardia de Auxilio, los Auxiliares de los
Centros de Participación y Gestión y las camionetas con psicólogos entrenados en
situaciones de crisis del programa Buenos Aires Presente se intentará cubrir los riesgos
que significa el famoso Y2K. De todos ellos el que desvela al Ejecutivo es el posible
colapso del sistema eléctrico, que generaría una catarata de inconvenientes en los
servicios de Salud y Seguridad, además de situaciones como los ascensores trabados o un
caos automovilístico producto de 1600 semáforos fuera de control. Ayer, en una
conferencia de prensa después de una reunión del COE, el jefe de Gobierno lo dejó
claro: Nos aseguran que puede haber cortes pero que serán breves. También se
mostró confiado el ministro de Economía, José Luis Machinea, quien aconsejó no comprar
velas (ver página 20).
Como sucederá en las empresas privadas preocupadas por el efecto 2000, los operativos de
prevención se pondrán en marcha al mediodía del 31. En el caso del COE, el batallón de
móviles comenzará las recorridas a esa hora mientras en la central de Defensa Civil,
sobre la calle Estados Unidos, comienzan a monitorear lo que vaya sucediendo en otros
países: Nueva Zelanda, España y Francia. No obstante, en las capitales del primer mundo
los riesgos son distintos. A mayor informatización, mayor es el peligro de caos en los
sistemas y servicios públicos. Lo que distingue a Buenos Aires es la vulnerabilidad del
sistema eléctrico evidenciada en los últimos meses del milenio. Cuando ayer este diario
le preguntó a Olivera si las empresas eléctricas cuando reconocen que puede haber cortes
explican por qué, en qué zonas y cómo serán resueltos, dijo: No han hecho una
previsión suficientemente ajustada. Si la hubieran hecho se evitarían los cortes.
Claro que en el gobierno prevén no solo la oscuridad posible. Ayer Olivera incluyó en el
listado de riesgos del 2000 la efusividad de los festejos y el ausentismo que suele haber
el 31 en las empresas públicas.
Durante las celebraciones actuamos de maneras diferentes a los días corrientes.
Puede haber excesos y concentraciones de mucha gente en poco espacio, predijo.
Basado en esa lista de peligros es que el Ejecutivo bajó un discurso aplacador de
cualquier grandilocuencia para las fiestas del milenio. Los únicos eventos programados
son los fuegos artificiales que habrá en 16 plazas porteñas. Por lo demás, la
recomendación echa por tierra la antológica caravana: En su casa y en su barrio.
Austeridad, baja concentración y mínimos desplazamientos.
Desde Lidia Satragno, Pinki, secretaria de Promoción Social, hasta Abel Fatala, nuevo
secretario de Obras Públicas, pasando por el equipo deprensa del Ejecutivo, deciden en
estas horas a quiénes invitan a su particular año nuevo. La idea es que deben ser sólo
los más cercanos los que acompañen la guardia gubernamental del 2000. No habrá cena,
sino sencillo copetín. Todavía no se sabe cuántos de los cinco hijos de Olivera
y sus niños participarán del brindis de emergencia. Lo cierto es que su despacho será
un bunker con televisores, computadoras y radios en conexión con el resto de la ciudad y
en lugar de teléfono rojo el jefe de Gobierno tendrá una conexión punto a punto con las
empresas de energía eléctrica y Defensa Civil. Si para la 0.30 del primero se esfumó la
amenaza del Y2K es posible que el gabinete porteño y sus proles lleguen al Parque Lezama
donde habrá fuegos. No mucho más allá. Austeros.
Cómo se prepararon los hospitales de todo el país
El plan de alerta para la salud
No
debería haber problemas porque se han tomado todas las medidas preventivas. Pero puede
haber imponderables, advirtió el ministro de Salud, Héctor Lombardo, al enunciar
el plan de alerta nacional, en previsión del denominado efecto 2000. En ese
marco, funcionarán tres cabeceras de emergencia para todo el país: una en el hospital
Garrahan, para cubrir la ciudad de Buenos Aires y el territorio bonaerense; otra en
Catamarca, para el norte, y la tercera en Viedma, para el sur. En tanto, aviones de la
Fuerza Aérea estarán listos para eventuales traslados de pacientes.
La mayor preocupación de Lombardo, además de un posible corte de energía, es el riesgo
de que salgan de servicio incubadoras y respiradores artificiales. Para el primer
caso, se pidió que haya equipos de reserva donde puedan ser trasladados los pacientes;
para el segundo, es necesario contar con respiradores manuales, explicó Lombardo.
El ministro hizo los anuncios en un paréntesis de la primera reunión del Consejo Federal
de Salud (Cofesa), en la que participaron los ministros del área de todas las provincias,
representantes de la intervención del PAMI, de las confederaciones de profesionales de la
salud y de la medicina privada.
Para graficar lo que puede ocurrir a la hora cero del 1º de enero, Lombardo comparó el
sistema de salud con un auto de la Fórmula 1. La máquina puede estar muy bien
preparada, pero nada garantiza que no haya un desperfecto y tenga que parar en
boxes, explicó. Toda la aparatología médica se ha chequeado, se han tomado
todas las previsiones, pero por si algo falla, están previstos planes de
contingencia, aseguró el ministro.
¿Tiene chequeado que en todas las provincias se haya hecho la homologación de los
equipos? le preguntó Página/12.
Tenemos los informes que nos han dado las propias provincias. Es imposible chequear
los hospitales de todo el país.
Como una ventaja a favor, Lombardo mencionó el contacto que se tendrá a partir de las 13
con la ciudad de Sydney, en Australia, donde a esa hora será la medianoche. Si
ellos tuvieron algún problema imprevisto, nosotros tendremos 11 horas para tomar más
previsiones, dijo el ministro.
En la reunión del Cofesa, Lombardo delineó los ejes de su gestión: Se acabaron en
la Argentina los pacientes privados y los públicos. Aquí hay sólo pacientes. Tenemos
que garantizarles a los que se atienden en el sector público la misma calidad
prestacional, hotelera y el mismo cuidado, afirmó el ministro.
Hay que dar urgente respuesta en medicamentos, en drogas oncológicas, y dinamizar
la atención de los infectados por el HIV. Además, implementaremos rápidamente un plan
de inmunización para todo el país, anunció.
Se terminó esa Argentina injusta que hizo que gran cantidad de habitantes, por
razones económicas, no puedan disfrutar de los avances tecnológicos de la medicina
moderna concluyó. No debe quedar ni un solo habitante fuera de la prevención
de las enfermedades que nos acechan desde el hambre y la miseria, como la tuberculosis, la
lepra, el chagas, el sarampión y la poliomielitis.
Las empresas, listas
Aguas Argentinas: durante el próximo fin de semana habrá
guardias activas y pasivas. En materia de recursos técnicos, la compañía tiene previsto
un contingente de 26 grupos electrógenos, 37 camiones cisterna y otros servicios
contratados, como remises y motos.
Edenor y Edesur: han diseñado planes especiales de
contingencia y aseguran que se han asignado recursos necesarios para afrontar cualquier
eventualidad. Habrá guardias activas y pasivas. El Gobierno nacional exigió a las
empresas trabajar con generación de energía en exceso para tener reservas. Edenor
informó que tendrá mil hombres de guardia la noche del 31. Edesur explicó que 27
subestaciones tendrán guardias de emergencia y contarán con nueve centros de
transformación móviles.
Subtes y trenes: Metrovías que maneja
las cinco líneas de subte, el Premetro y la línea Urquiza de ferrocarriles
explicó que en caso de corte de luz, si las distribuidoras no lograsen la
reposición, el personal de guardia implementará el sistema por interconexiones.
Habrá guardias fijas y móviles para el 31. TBA indicó que se incrementó entre 20 y 25
por ciento la cantidad de personas que integran las guardias técnicas. La empresa Trenes
Metropolitanos explicó que los trenes se detendrán minutos antes de las 24 y quedarán
con las puertas abiertas hasta comprobar si el sistema funciona correctamente.
Ya hubo un efecto Y2K
En Córdoba quisieron ser los primeros: ya tuvieron su falla
del milenio. Debido a una falencia informática, la Empresa Provincial de Energía de
Córdoba distribuyó miles de facturas de luz con vencimiento en enero, pero del año
1900. Muchos de los usuarios que recibieron las boletas el día 28 de diciembre creyeron
que la fecha impresa en las facturas era una broma del Día de los Inocentes, sin darse
cuenta de que, en realidad, era obra del temido Y2K. Funcionarios de la EPEC pidieron
disculpas por el error y aclararon que las facturas se deberán pagar, ya que estaba
absolutamente chequeado que el cuerpo de la boleta donde se detallaron los montos, los
suministros y los consumos, es correcto. También explicaron que la empresa estaba
trabajando desde hacía dos años y medio en un plan que contempla varias etapas de prueba
y aprobación de equipos, para poder llegar al fin del milenio sin inconvenientes, pero
obviamente alguno ha aparecido, por lo menos en la faz administrativa. |
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