Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


DE LA RUA JUSTIFICO LA NECESIDAD DE SUBIR IMPUESTOS POR EL DEFICIT HEREDADO
“Sólo le pido comprensión al pueblo”

El Presidente de la Nación argumentó que el país no podía funcionar en una situación de crisis. Los liberales aplauden la reforma; algunos aliancistas la critican.

Machinea, ministro de Economía, en la Casa Rosada. De la Rúa le alivió el peso de las justificaciones.
Las críticas internas de la coalición apuntan sobre la ausencia de tributos a las rentas financieras.

na11fo01.jpg (11431 bytes)

t.gif (862 bytes)  Fernando de la Rúa pidió ayer “comprensión al pueblo argentino” por la reforma tributaria que dispuso la Alianza. “A nadie le gusta promover nuevos impuestos, pero el país no puede funcionar con un agujero fiscal y con una situación de crisis”, continuó el jefe de Estado, al asumir personalmente la tarea de justificar la aplicación del paquete impositivo. Pero al mismo tiempo, De la Rúa se esforzó en remarcar que la responsabilidad final por esa medida es del gobierno anterior. “Les pido no pensar tanto en los impuestos, sino en el déficit que nos dejaron”, señaló. La Alianza utilizó ese argumento durante la discusión de la ley en el Congreso, buscando descargar el costo político en el menemismo.
El Gobierno presentó ante la opinión pública la decisión de aumentar los impuestos como la única alternativa posible para reordenar la economía. Y ante las críticas por incluir en el paquete incrementos tributarios a productos de consumo masivo, como los cigarrillos, las gaseosas, el agua mineral y la cerveza, el Presidente destacó que “sólo el 9 por ciento de los aumentos recaen sobre los sectores populares”. “Yo dije que el ajuste lo haría la política, y estamos haciendo un recorte de gastos nunca visto. Lo estamos promoviendo en los sueldos de los funcionarios de todo el país, por dar un ejemplo”, subrayó De la Rúa.
En línea con las expresiones del primer mandatario, Horacio Pernasetti, jefe del subloque radical de la Cámara de Diputados, enfatizó ayer que “no somos responsables de la herencia”. “Si no hacíamos esto (por el aumento de impuestos), estábamos engañando a la gente. Nos eligieron para gobernar con responsabilidad, y no podemos hacer demagogia. Tenemos que bajar el déficit”, aseguró. El diputado también se hizo eco del discurso habitual de economistas ortodoxos para explicar la necesidad de elevar los ingresos tributarios. “Necesitamos estos recursos, porque si no bajamos el déficit, no baja el riesgo país, ni las tasas de interés, y no habrá reactivación”, consideró. Lo mismo sostuvo Roque Fernández en las dos oportunidades que envió al Congreso proyectos de ley de reforma impositiva.
“Hubiera sido muy malo que el paquete impositivo no pasara por el Congreso, porque habría puesto en riesgo el modelo”, evaluó Manuel Solanet, economista que integra el consejo directivo de la ultraliberal consultora FIEL. De todos modos, reconoció que “subir impuestos reduce la capacidad de consumo, y por ese lado la medida es recesiva”. “Pero por el otro consolida la confianza de los inversores, lo que tiene un impacto reactivante”.
Idéntica lectura realizó el ex viceministro de Economía Orlando Ferreres, quien ocupó el cargo cuando Menem le ofreció la conducción del Ministerio de Economía al grupo Bunge & Born. “No se puede festejar la suba de impuestos, pero esto ordenará las cuentas públicas”, expresó. Su conclusión es que “el gobierno priorizó la cuestión del riesgo país, y eso es correcto”.
En cambio, el tributarista Horacio Casabé, quien trabajó antes de las elecciones en el Instituto Programático de la Alianza, cuestionó que “el esfuerzo de esta reforma está focalizado en los sectores medios”, y que “todavía no se hizo nada en las rentas del sector financiero, en las rentas del capital y en los dividendos girados al extranjero”. “No sé exactamente qué está pasando con el equipo económico –continuó–, pero me da la impresión de que se han estrechado los márgenes en la política argentina para avanzar sobre sectores que se enriquecieron muchísimo en la última década, especialmente las que trabajan en mercados monopólicos”.
Finalmente, De la Rúa prometió que “ahora se avanzará con los planes sociales y los programas para las pequeñas y medianas empresas”.

 

La reacción ante el paquete

Guillermo Calvo, economista.
“Impacto positivo”
“El plan de la Alianza está basado en que vuelvan los capitales. Me parece que se ha dado un paso muy importante en esa dirección. Soy optimista en que el paquete impositivo, el Presupuesto y el Pacto Fiscal tendrán un impacto positivo sobre la economía. Hoy en día las cosas funcionan al revés que otros tiempos, de una manera muy antikeynesiana. Hace 20 o 25 años nadie hubiera pensado en hacer un ajuste fiscal justamente cuando la economía está en recesión. Pero se ha comprobado que para los países que dependen del ingreso de capitales, el ajuste es reactivante. Ahora el paso siguiente es avanzar con las reformas estructurales”.

Domingo Cavallo, diputado.
“Efecto negativo”
“El efecto del paquete impositivo va a ser negativo, porque encarecerá productos como las gaseosas, las cervezas, los automóviles de más de 15 mil pesos y todo eso tiene un impacto depresivo sobre la demanda. Por otra parte, el impuesto que afecta los ingresos de la gente recae en las familias de salarios medios. Un paquete como éste alienta la evasión y crea injusticias. Por eso no va a tener efectos positivos. El Gobierno debió haber hecho un esfuerzo adicional para reducir el gasto público. Es cierto que dispuso un recorte de 1400 millones de pesos, pero es la mitad de lo que hace falta”.

Carlos Melconian, economista.
“El paquete es muy malo”
“Es muy positivo que el Gobierno sea responsable en asegurar la solvencia fiscal. Pero ahí termina el elogio, porque el paquete impositivo es un retroceso y es muy malo. Tres cuartas partes lo compone la suba de Impuestos Internos. Y es muy malo el capítulo de Ganancias, porque se arma un gran corralito con los que ya estamos pagando y se castiga al que gana dinero. También se castiga al champagne para mostrar progresismo, cuando es una inutilidad total. Es cierto que, si los inversores ven que el programa fiscal empieza a cerrar, las tasas de interés pueden caer y eso compensará el impacto negativo sobre el consumo”.

 

PRINCIPAL