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Las luces de los nazis en Berlín

Un espectáculo de luces por el 2000 fuecriticado por Günter Grass, entre otros,por el parecido con los festejos de Hitler.

Berlín se preparó a lo grande para los festejos por el 2000.
El espectáculo de luz transmite una “mala imagen de Alemania”.

Uso: “Las catedrales de luz y los desfiles de antorchas son rituales masivos utilizados por los sistemas políticos totalitarios”, decían los críticos.

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Por Sandra Ellegiers
Desde Berlín

t.gif (862 bytes)  La catedral de luz, un juego de focos de colores que iba a ser la culminación de las fiestas del milenio en Berlín, tuvo que ser modificada ante la protesta de un grupo de intelectuales, que denunció el proyecto por imitar la estética de las grandes conmemoraciones nazis de los años treinta. El espectáculo de luz transmite, en opinión de sus detractores, una “mala imagen de Alemania y de Berlín”. “Las catedrales de luz y los desfiles de antorchas son rituales masivos seudosacros utilizados por los sistemas políticos totalitarios”, añadieron en un documento dado a conocer el martes.Un gigantesco cono de luz iluminará al cielo nocturno alrededor de la Columna de la Victoria, en el centro histórico de la capital alemana, en la noche de fin de año. Según los organizadores, el cono será uno de los puntos culminantes de las fiestas públicas del milenio de Berlín que, a lo largo de cuatro kilómetros, reunirá más gente que el Love parade, el desfile musical tecno que atrae a cerca de un millón de jóvenes cada año. Pero bajo el lema “Demasiada sombra sobre esta luz”, historiadores, escritores y artistas, entre ellos el ganador del premio Nobel de literatura, Günter Grass, escribieron una carta dirigida a la empresa organizadora del proyecto, Art in Heaven, en la que critican el espectáculo. El debate en torno a la estética de la catedral de luz había comenzado cuando el presidente del Instituto Goëthe, Hilmar Hoffmann, dijo a un diario alemán que el espectáculo tiene una “gigantomanía” que “recuerda fatalmente al III Reich y a Albert Speer”. Albert Speer estudiaba la luz como elemento arquitectónico, y aplicó sus ideas en la decoración de las grandes reuniones públicas de los nazis. En el congreso del Partido Nacional Socialista Alemán (Nsdap) en Nuremberg, en el año 1937, el “decorador jefe” de Hitler rodeó la plaza donde desfilaban los nazis con 152 focos de luz, separándolos 12 metros uno del otro, de manera que insinuaban un espacio arquitectónico, una catedral de luz que creaba un ambiente místico. Mientras los artistas de Art in Heaven rechazan tales comparaciones de su proyecto, con el argumento de que la luz en sí no es política, Irene Rusta, portavoz en asuntos culturales del partido gubernamental, Partido Social Demócrata (SPD), dijo que “el arte es libre”, pero que la catedral de luz tiene un contenido simbólico. A fines del milenio “no se deberían recordar conflictos nada gloriosos”. Los productores del espectáculo, Achim Perleberg y Egon Banghard, y el director Gert Hof, los tres de Art in Heaven, en cambio, negaron un paralelismo entre su obra y las de Speer. Su catedral será el “espectáculo más impresionante que jamás se habrá visto”. Simboliza, según los organizadores del proyecto, “una estación de tren en el camino hacia el tercer milenio”. El portavoz de Art in Heaven, Peter Maffine, afirma que “el movimiento y los colores de las luces no tienen nada que ver con la estética nazi”. Maffine cree que el espectáculo fue malinterpretado. “Las imágenes que simulan el espectáculo jamás deberían haberse publicado porque no mostraban lo que en realidad es”, defendió. El cambio más importante consiste en que la Columna de la Victoria, punto de encuentro de las calles más importantes de la ciudad, ya no será el centro del espectáculo.

 


 

LOS FESTEJOS EN LAS GRANDES CIUDADES DEL MUNDO
Ellos sí que no son aburridos

t.gif (862 bytes) A diferencia de Buenos Aires, las principales ciudades del mundo vibrarán con grandiosos festejos y vistosos espectáculos de luces y fuegos artificiales para celebrar el cambio de milenio. En Nueva York, la fiesta se extenderá durante 24 horas y comenzará cuando el primer huso horario, en el Océano Pacífico, marque el inicio del año nuevo, a las 6.30 hora local (una hora menos que en Argentina). El epicentro del festejo será la famosa Times Square, en el corazón de Manhattan, donde se espera que se concentren más de un millón de personas. En un área de seis cuadras fueron colocadas siete pantallas gigantes de televisión y unos 54 altoparlantes que transmitirán las celebraciones en distintas partes del planeta. En París, la protagonista de la noche de Año Nuevo será la Torre Eiffel. El espectáculo empezará a palpitarse tres minutos antes de la medianoche. En el primer segundo del 2000, la Torre quedará completamente encendida, por efecto de fuegos artificiales, y al mismo tiempo se lanzarán desde el aire, en todas las direcciones, alrededor de 5000 cohetes, mientras que otros 15.000 se quemarán al pie de la estructura de hierro, en los Campos de Marte. En Egipto, más de cincuenta mil personas –entre ellas los reyes de España– se sentarán al pie de las majestuosas pirámides y la esfinge para disfrutar de un concierto que brindará el músico francés Jean Michel Jarré. La fantástica Keops, la mayor de las pirámides, será cubierta con telas doradas e iluminadas especialmente para la ocasión. En Río de Janeiro, los festejos se concentrarán en las playas, con música y fuegos artificiales, mientras que en Punta del Este y Montevideo, el nuevo milenio será recibido con fiestas particulares.En China, la actividad central se instalará a lo largo de la Gran Muralla, donde habrá casamientos colectivos y músicos tradicionales, con tambores, que harán retumbar de punta a punta mensajes que recordarán la historia y la cultura. En Japón, la celebración durará casi una semana, pero lejos del descontrol que se espera en otras latitudes, la gente aprovechará esos días para visitar templos y las casas de sus parientes.

 

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