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BALANCE FUTBOLISTICO DE UNA TEMPORADA CON BEMOLES
El año en que el Superclásico pudo con todo

Boca y River fueron los mejores equipos; Riquelme y Saviola, los jugadores más destacados; Díaz y Bianchi, los técnicos sobresalientes. La rivalidad arrasó.

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Por Facundo Martínez

t.gif (862 bytes)  Se va el año, se fue. Un año que trajo y dejó de todo: Boca y River campeones; Central y San Lorenzo clasificados para la Libertadores; y un sinnúmero de buenos momentos y otro tanto de malos tragos. Este es un pequeño y arbitrario balance, de hechos y personajes que se destacaron por diversos motivos, de situaciones que sería bueno se repitieran el próximo y los próximos años, y de algunos que sería mejor desterrar de este deporte: el fútbol argentino, tan pasional e imperfecto, como preciso y bello. Los jugadores: Juan Román Riquelme y Javier Saviola, porque ambos se destacaron como los mejores del país. El de Boca, porque es un virtuoso. Y este año logró consolidar su estilo particular de juego: el de pisar la pelota, el de llevarse consigo la marca de los rivales y meter el pase ahí, donde les queda cómodo a sus compañeros. Además de ser la manija del Boca bicampeón, se destacó por su visión panorámica que, según el propio Bianchi, es su sello de distinción. El de River, porque si bien todos dicen que explotó, da la sensación de que todavía tiene mucho más para dar. Es joven y prometedor y demostró que es rápido para resolver situaciones dentro del área. Gracias a su talento y su habilidad, fue el goleador del último torneo y una pieza clave del River campeón. Los partidos. El triunfo de Boca sobre River 2-1, en la Bombonera: en ese encuentro se lesionaron Roberto Abbondancieri y Mauricio Serna, y se fue expulsado Jorge Bermúdez, y cuando River logró empatar y arrinconar a los locales, Martín Palermo consiguió la victoria con un zapatazo de media vuelta y 40 metros. Igual de recordable fue la victoria de River por 2-0 sobre Boca, en el último torneo. Los de Ramón Díaz demostraron que querían ser los campeones y jugaron un partido impresionante. Tanto Pablo Aimar como Diego Placente se las arreglaron para hacer del Boca bicampeón apenas una sombra. El empate 4-4 entre Chacarita y River, porque los de San Martín fueron aleccionadores y encendieron el final del Apertura; y el 7-5 de Gimnasia frente a los jujeños, porque fue un show de goles.Los técnicos. Los destacados fueron Carlos Bianchi y Ramón Díaz. Bianchi sacó a Boca de un largo período sin triunfos y puso al club en lo más alto del fútbol local. Además de esto, lo mejor que hizo fue el trabajo de ordenamiento de un equipo que venía de dos procesos muy irregulares. Díaz, con su estilo, logró torcer el brazo de la dirigencia que lo quería echar del club y coronó su estadía en River con un nuevo campeonato. Los equipos. Con 40 partidos invicto, Boca logró sacarle la marca al Racing del ‘66. River cumplió el sueño de Macri: un equipo con juveniles en explosión. Los papelones. En el plano deportivo, lo peor fueron, sin dudas, los tres penales que Palermo desperdició frente a Colombia en la Copa América. También la pelea pública entre Marcelo Bielsa y José Luis Calderón.La decepción. La seguridad dejó mucho que desear: por ello llegó a suspenderse el fútbol del ascenso, lo que llevó a una huelga de jugadores que impidió el comienzo del Clausura. Los encargados de la seguridad demostraron ser grandes improvisadores. Sobre los barrabravas, ni los dirigentes ni los funcionarios han sido claros y contundentes al respecto. Los ejemplos. Cuando todos sueñan con el pasaporte para irse a jugar al exterior, Riquelme, que parece salido de otra época, sueña con jugar toda la vida en Boca. “No pienso en una transferencia, quiero seguir jugando siempre en Boca”, repite cada vez que le preguntan si se quiere ir. Otro ejemplo es Saviola. El pibe salió campeón con River, y esa misma noche, después de los festejos, llegó a su casa y se puso a estudiar inglés porque en la mañana debía rendir libre esa materia. Es que el goleador les prometió a sus padres que va a terminar sí o sí el secundario.Lo inútil. Nada más superficial que el fugaz intento de Macri de agregarle colorido al fútbol incorporando a un grupo de jovencitas alespectáculo: “Las porristas”. La gente las recibió bien, sobre todo cuando se agachaban, pero después fueron perdiendo adeptos y patrocinadores. Las sorpresas: Central y Talleres. Los rosarinos fueron subcampeones del Apertura y consiguieron un lugar en la Copa Libertadores. Los cordobeses fueron regulares en el campeonato y consiguieron la Copa Conmebol, su primer título internacional. También han hecho un gran trabajo los juveniles de San Lorenzo, entre los que se destacó Leandro Romagnoli. Lo censurable. El tema de la incentivación. La ley la prohíbe, pero muchos dirigentes y jugadores la bendijeron públicamente. Es otro punto oscuro de la estructura del fútbol que merece más atención por parte de la AFA. Lo elogiable. La toma de conciencia de algunos sectores de la dirigencia argentina para mejorar las economías de los clubes. El mamarracho. Lo que hicieron los últimos tres ex presidentes de Racing quienes, además de perjudicar al club, fueron prófugos de la Justicia, cuando ésta trató de esclarecer algunos de los hechos que envolvieron al club en la crisis económica que lo tiene al borde de la desaparición.

 


 

Un podio destacado para los deportes varios
PICHOT, HANG, NARVAEZ, CAÑAS, MEOLANS, ONETO, CORREA, GONZALEZ, GARCIA, HEGUY

Por P.V. y G.C.

t.gif (862 bytes) No necesariamente fueron las diez mejores figuras deportivas –excluido el fútbol– de 1999, pero sí simbolizaron en muchos aspectos aquello que el deporte tiene de significado, más allá de los resultados. Por eso, los elegimos como exponentes emblemáticos del año que se va, no sólo por lo que hicieron sino por lo que representaron para el deporte. No logró el Olimpia, pero es indudable que Agustín Pichot fue la cara del rugby en 1999. Probablemente porque su perfil de niño simpático y carismático entró mucho en la gente común que se acercó al rugby durante el Mundial, o porque ese mismo perfil fue ampliamente requerido por los medios, lo que no le ahorró críticas al medio scrum en el mundillo ovalado. Se destacó en el juego y contribuyó a popularizar aún más un deporte todavía considerado por muchos como elitista.No fue el automovilista del año en cuanto a logros: Juan María Traverso lo aventajó. Pero Adrián Hang se ganó este reconocimiento en base a su fortaleza anímica, al espíritu deportivo que lo empujó a salir campeón argentino corriendo con dos prótesis en lugar de piernas, siempre con un magnífico humor a bordo que envidiarían los comicastros de TV.Pablo Chacón y Jorge Barrios pueden atraer las luces, pero Omar Narváez se merece esta mención más que ellos. Surgido de un medio humilde, ganó la medalla de oro en los Panamericanos, ganó un importante torneo amateur y estuvo a punto de ser campeón mundial en Houston. Como figura sobresaliente del boxeo amateur, es la esperanza para Sydney.Pareció que iba a ser el año de Mariano Puerta, después fue el de Mariano Zabaleta. Pero el momento más fuerte del año a nivel tenístico quedó reflejado en aquel titánico partido que Guillermo Cañas le ganó a Tim Henman en el US Open. No fue el mejor triunfo, sí el más explosivo y vivificante.A los 20 años, José Meolans obtuvo el segundo puesto en los 50 metros libres en el Mundial de Hong Kong detrás de Mark Foster y compitiendo con profesionales de la talla de Alexander Popov. Además obtuvo dos medallas plateadas en los 50 y 100 metros libres y un bronce en los 100 metros mariposa en Winnipeg. Carisma, experiencia y efectividad fueron las características de Vanina Oneto, goleadora del seleccionado de hóckey sobre césped campeón panamericano. Fue la primera gran sorpresa argentina de los Panamericanos, con tres medallas de oro y una de plata. De Río Negro, kayakista, Javier Correa también logró la plaza olímpica para Sydney y demostró que su nivel no está sujeto a la competencias panamericana.Aunque no repitió la performance de los Odesur 1998, en los que logró 14 medallas, Andrea González reconquistó, además de una medalla de oro, una de plata y una de bronce en Winnipeg, la atención de los argentinos. La dejaron afuera de Atlanta ‘96 y se vengó en Winnipeg. Alejandra García saltó 4.30 metros con su garrocha, consiguió la medalla de oro panamericana, borró 40 años de frustraciones argentinas e igualó el record sudamericano que ella misma poseía desde mayo. Al ganar el Abierto de Palermo con Indios Chapaleufú II, Ignacio Heguy quedó confirmado como el mejor defensor del mejor polo del mundo. El cierra esta lista particular que pretende ser resumen y reconocimiento.

 

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