Por Facundo Martínez Se va el año, se
fue. Un año que trajo y dejó de todo: Boca y River campeones; Central y San Lorenzo
clasificados para la Libertadores; y un sinnúmero de buenos momentos y otro tanto de
malos tragos. Este es un pequeño y arbitrario balance, de hechos y personajes que se
destacaron por diversos motivos, de situaciones que sería bueno se repitieran el próximo
y los próximos años, y de algunos que sería mejor desterrar de este deporte: el fútbol
argentino, tan pasional e imperfecto, como preciso y bello. Los jugadores: Juan Román
Riquelme y Javier Saviola, porque ambos se destacaron como los mejores del país. El de
Boca, porque es un virtuoso. Y este año logró consolidar su estilo particular de juego:
el de pisar la pelota, el de llevarse consigo la marca de los rivales y meter el pase
ahí, donde les queda cómodo a sus compañeros. Además de ser la manija del Boca
bicampeón, se destacó por su visión panorámica que, según el propio Bianchi, es su
sello de distinción. El de River, porque si bien todos dicen que explotó, da la
sensación de que todavía tiene mucho más para dar. Es joven y prometedor y demostró
que es rápido para resolver situaciones dentro del área. Gracias a su talento y su
habilidad, fue el goleador del último torneo y una pieza clave del River campeón. Los
partidos. El triunfo de Boca sobre River 2-1, en la Bombonera: en ese encuentro se
lesionaron Roberto Abbondancieri y Mauricio Serna, y se fue expulsado Jorge Bermúdez, y
cuando River logró empatar y arrinconar a los locales, Martín Palermo consiguió la
victoria con un zapatazo de media vuelta y 40 metros. Igual de recordable fue la victoria
de River por 2-0 sobre Boca, en el último torneo. Los de Ramón Díaz demostraron que
querían ser los campeones y jugaron un partido impresionante. Tanto Pablo Aimar como
Diego Placente se las arreglaron para hacer del Boca bicampeón apenas una sombra. El
empate 4-4 entre Chacarita y River, porque los de San Martín fueron aleccionadores y
encendieron el final del Apertura; y el 7-5 de Gimnasia frente a los jujeños, porque fue
un show de goles.Los técnicos. Los destacados fueron Carlos Bianchi y Ramón Díaz.
Bianchi sacó a Boca de un largo período sin triunfos y puso al club en lo más alto del
fútbol local. Además de esto, lo mejor que hizo fue el trabajo de ordenamiento de un
equipo que venía de dos procesos muy irregulares. Díaz, con su estilo, logró torcer el
brazo de la dirigencia que lo quería echar del club y coronó su estadía en River con un
nuevo campeonato. Los equipos. Con 40 partidos invicto, Boca logró sacarle la marca al
Racing del ‘66. River cumplió el sueño de Macri: un equipo con juveniles en
explosión. Los papelones. En el plano deportivo, lo peor fueron, sin dudas, los tres
penales que Palermo desperdició frente a Colombia en la Copa América. También la pelea
pública entre Marcelo Bielsa y José Luis Calderón.La decepción. La seguridad dejó
mucho que desear: por ello llegó a suspenderse el fútbol del ascenso, lo que llevó a
una huelga de jugadores que impidió el comienzo del Clausura. Los encargados de la
seguridad demostraron ser grandes improvisadores. Sobre los barrabravas, ni los dirigentes
ni los funcionarios han sido claros y contundentes al respecto. Los ejemplos. Cuando todos
sueñan con el pasaporte para irse a jugar al exterior, Riquelme, que parece salido de
otra época, sueña con jugar toda la vida en Boca. “No pienso en una transferencia,
quiero seguir jugando siempre en Boca”, repite cada vez que le preguntan si se quiere
ir. Otro ejemplo es Saviola. El pibe salió campeón con River, y esa misma noche,
después de los festejos, llegó a su casa y se puso a estudiar inglés porque en la
mañana debía rendir libre esa materia. Es que el goleador les prometió a sus padres que
va a terminar sí o sí el secundario.Lo inútil. Nada más superficial que el fugaz
intento de Macri de agregarle colorido al fútbol incorporando a un grupo de jovencitas
alespectáculo: “Las porristas”. La gente las recibió bien, sobre todo cuando
se agachaban, pero después fueron perdiendo adeptos y patrocinadores. Las sorpresas:
Central y Talleres. Los rosarinos fueron subcampeones del Apertura y consiguieron un lugar
en la Copa Libertadores. Los cordobeses fueron regulares en el campeonato y consiguieron
la Copa Conmebol, su primer título internacional. También han hecho un gran trabajo los
juveniles de San Lorenzo, entre los que se destacó Leandro Romagnoli. Lo censurable. El
tema de la incentivación. La ley la prohíbe, pero muchos dirigentes y jugadores la
bendijeron públicamente. Es otro punto oscuro de la estructura del fútbol que merece
más atención por parte de la AFA. Lo elogiable. La toma de conciencia de algunos
sectores de la dirigencia argentina para mejorar las economías de los clubes. El
mamarracho. Lo que hicieron los últimos tres ex presidentes de Racing quienes, además de
perjudicar al club, fueron prófugos de la Justicia, cuando ésta trató de esclarecer
algunos de los hechos que envolvieron al club en la crisis económica que lo tiene al
borde de la desaparición.
Un podio destacado para los deportes
varios
PICHOT, HANG, NARVAEZ, CAÑAS, MEOLANS, ONETO, CORREA, GONZALEZ, GARCIA, HEGUY
Por P.V. y G.C.
No
necesariamente fueron las diez mejores figuras deportivas –excluido el fútbol–
de 1999, pero sí simbolizaron en muchos aspectos aquello que el deporte tiene de
significado, más allá de los resultados. Por eso, los elegimos como exponentes
emblemáticos del año que se va, no sólo por lo que hicieron sino por lo que
representaron para el deporte. No logró el Olimpia, pero es indudable que Agustín Pichot
fue la cara del rugby en 1999. Probablemente porque su perfil de niño simpático y
carismático entró mucho en la gente común que se acercó al rugby durante el Mundial, o
porque ese mismo perfil fue ampliamente requerido por los medios, lo que no le ahorró
críticas al medio scrum en el mundillo ovalado. Se destacó en el juego y contribuyó a
popularizar aún más un deporte todavía considerado por muchos como elitista.No fue el
automovilista del año en cuanto a logros: Juan María Traverso lo aventajó. Pero Adrián
Hang se ganó este reconocimiento en base a su fortaleza anímica, al espíritu deportivo
que lo empujó a salir campeón argentino corriendo con dos prótesis en lugar de piernas,
siempre con un magnífico humor a bordo que envidiarían los comicastros de TV.Pablo
Chacón y Jorge Barrios pueden atraer las luces, pero Omar Narváez se merece esta
mención más que ellos. Surgido de un medio humilde, ganó la medalla de oro en los
Panamericanos, ganó un importante torneo amateur y estuvo a punto de ser campeón mundial
en Houston. Como figura sobresaliente del boxeo amateur, es la esperanza para
Sydney.Pareció que iba a ser el año de Mariano Puerta, después fue el de Mariano
Zabaleta. Pero el momento más fuerte del año a nivel tenístico quedó reflejado en
aquel titánico partido que Guillermo Cañas le ganó a Tim Henman en el US Open. No fue
el mejor triunfo, sí el más explosivo y vivificante.A los 20 años, José Meolans obtuvo
el segundo puesto en los 50 metros libres en el Mundial de Hong Kong detrás de Mark
Foster y compitiendo con profesionales de la talla de Alexander Popov. Además obtuvo dos
medallas plateadas en los 50 y 100 metros libres y un bronce en los 100 metros mariposa en
Winnipeg. Carisma, experiencia y efectividad fueron las características de Vanina Oneto,
goleadora del seleccionado de hóckey sobre césped campeón panamericano. Fue la primera
gran sorpresa argentina de los Panamericanos, con tres medallas de oro y una de plata. De
Río Negro, kayakista, Javier Correa también logró la plaza olímpica para Sydney y
demostró que su nivel no está sujeto a la competencias panamericana.Aunque no repitió
la performance de los Odesur 1998, en los que logró 14 medallas, Andrea González
reconquistó, además de una medalla de oro, una de plata y una de bronce en Winnipeg, la
atención de los argentinos. La dejaron afuera de Atlanta ‘96 y se vengó en
Winnipeg. Alejandra García saltó 4.30 metros con su garrocha, consiguió la medalla de
oro panamericana, borró 40 años de frustraciones argentinas e igualó el record
sudamericano que ella misma poseía desde mayo. Al ganar el Abierto de Palermo con Indios
Chapaleufú II, Ignacio Heguy quedó confirmado como el mejor defensor del mejor polo del
mundo. El cierra esta lista particular que pretende ser resumen y reconocimiento.
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